Hubo una tierra, en tiempos de los primeros intercambios comerciales, a la que los egipcios llamaron Tierra de Punt, o sea Tierra de Dios. Cuando los romanos arribaron a esta parte del continente africano lo llamaron el País de los aromas, por el incienso que allí obtenían. Estamos hablando de Somalía, que adquirió este nombre tras la colonización británica que comenzó en 1884 y que le había dado la denominación de Somalilandia.
En 1972 el país sufrió la sequía más severa de su historia. Por esos años pasó del apoyo de la URSS para paliar el hambre a la ayuda militar de los Estados Unidos en un ida y vuelta que se dio en tiempos de la Guerra Fría. En el inicio de la década del noventa, todo el país dependía de la ayuda alimentaria internacional que llegaba a través de los puertos y de fronteras terrestres aisladas. La Cruz Roja alimentaba a unas 700.000 personas en los campamentos del país.
Somalía siempre fue un país golpeado. En el último tiempo, las principales noticias sobre dicho país hacen mención a muertes, atentados, sufrimiento y hasta la mayor plaga de langostas en 25 años. A fines de 2019, este país del Cuerno de África sufrió la más grave inundación desde 1981, tras el desbordamiento del río Shebelle. "Es una de las naciones más empobrecidas del mundo y sufre un conflicto armado prolongado. Además, es una de las más olvidadas pues no posee importantes recursos naturales en su haber pese a tener una posición estratégica valorable. En otras palabras, está intentando ser un país desde que 1991 entró en el caos, tras la caída del régimen autoritario de Siad Barre. A partir de ese momento la dinámica clánica lo hizo estallar en varios feudos rivales y los señores de la guerra tuvieron vía libre para operar, pero ninguno sin poder imponerse sobre el resto", sostiene el historiador africanista Omer Freixa ante nuestra consulta.
En este contexto, el fútbol, como en todos los rincones del continente africano, suele ser una vía de escape, de alegrías e ilusiones para los pueblos más olvidados y castigados. En la última década se dieron algunos sucesos –pequeños pero fuertes- que invitan a ilusionarse. Por ejemplo en 2015, la cadena estatal SNTV retransmitió por primera vez un partido de fútbol, en lo que fue considerado un hecho histórico. El partido enfrentó al equipo del ejército, el Horseed, y al de la Policía, el Heegan FC, en la final de la Copa del General Daud y fue ganado 2-1 por el primero en el capitalino estadio Banadir.
En 2017 se dio otro acontecimiento de importancia para el país: se volvió a jugar un partido oficial de noche después de más de 30 años. El mayor impedimento para poder llevar adelante algo tan común en la mayoría de los países era la luz. Y es que todos los encuentros eran programados a plena luz del día debido a la dificultad para emplear luz artificial en los campos de fútbol. El encuentro levantó una gran expectativa y las gradas registraron un lleno absoluto.
El suceso fue tan relevante que desde la cuenta de twitter oficial de la presidencia destacaron la vuelta al fútbol de noche desde finales de los años 80. El partido disputado enfrentó al Waberi y al Hodan por la final de la Benadir Cup, un torneo para jóvenes de entre 16 y 18 años que se desarrolló en Mogadiscio. Fue triunfo 3-1 y título para Waberi.
En 2018, el gobierno anunció que las tropas panafricanas se retirarían del estadio de fútbol de la capital para que esa instalación vuelva a la normalidad. Había llegado el momento de usar las instalaciones sin la presencia de las fuerzas de mantenimiento de la paz desplegadas allí por la Misión de la Unión Africana destacó el primer ministro de entonces, Hassan Ali Kheyre. El presidente de la SFF dijo: "La situación en el país está cambiando y estamos pasando de la anarquía a la paz y la estabilidad por lo que hemos decidido organizar nuestra juegos como local en casa. 2018 será un año de grandes cambios, ya que planeamos invitar a equipos nacionales de algunos países del este de África a participar en partidos amistosos". Abdiqani Said Arab también expresó su ambición de ser anfitriones y organizadores de torneos regionales del Council for East and Central Africa Football Associations (CECAFA). "Estoy muy contento de que nuestro gobierno esté preparando la construcción completa del Stadium Mogadishu. El tema de la retirada de tropas del estadio fue una de las razones principales de la visita del presidente de la CAF, Ahmad Ahmad, a Somalia en abril de 2017", concluyó.
Por los problemas de seguridad Somalía juega, desde hace años, sus encuentros en condición de local en lugares neutrales o fuera de casa. Por ejemplo para las Eliminatorias para el Mundial de Rusia, "recibió" a Níger en el Addis Abeba Stadium de Etiopía o en la etapa clasificatoria para la CHAN 2018 hizo las veces de local ante Sudán en Djibouti.
A mediados de 2019, pocos días después de la consagración de Argelia como rey de África, se llevó a cabo el sorteo de la ronda preliminar rumbo al Mundial de Qatar y Somalía quedó enfrentado con Zimbabwe -el mejor de las 28 selecciones que intervenían en esta etapa-. El ganador de la serie accedería a la fase de grupos. En la ida, disputada en el Stade El Hadj Hassan Gouled de la vecina Djiboutí, fue triunfo 1-0 para los somalíes, lo que significó la primera victoria para las Estrellas del Océano en su historia en las clasificatorias mundialistas.
El peor equipo del continente -202ª a nivel Mundial según el ranking FIFA de esos días- venció a Zimbabwe (112º) mediante un cabezazo agónico del ingresado Anwar Sidali Shakunda (1-0) y se volvió trending topic en la red social Twitter.
La resonancia fue aún mayor ya que Zimbabwe es un seleccionado de mayor nivel y había estado presente en la CAN 2019, con jugadores como Khama Billiat en sus filas. Además del goleador Shakunda, el equipo somalí al mando del ghanés Bashir Hayford contó con los hermanos Mohamud -instructor de manejo en Londres- y Ahmed Ali -capitán y asistidor en el gol de la histórica victoria-. "Tan pronto como sonó el silbato final supe que eramos noticia en el mundo", dijo Ahmed a la BBC.
A los pocos días se llevó a cabo la revancha en el Barbourfields Stadium de Bulawayo y al local le costó. Recién sobre los 77 minutos pudo igualar la serie por intermedio de Munetsi. Sobre los 84 Somalía puso el 1-1 con un gol de Omar Abdullah Mohamed y obligaba a Zimbabwe a marcar dos goles. Y esta vez la historia no tuvo un final feliz para los comandados por Hayford que parecieron relajarse, cuando más cerca estaban de dar el batacazo, y terminaron cayendo 3-1 por los goles de Muskwe y Billiat.
Para Omer Freixa, actualmente Somalía "se somete a la dureza, como todo el mundo, de la pandemia covid19, con un sistema sanitario deficiente y, como tema regional, una plaga de langostas que promete más inseguridad alimentaria en un país por demás ya comprometido donde una parte considerable de la población reside fuera como migrante o refugiada debido al conflicto y otras complicaciones". Pero otra vez el fútbol genera la esperanza con buenas noticias. Primero en julio de 2020, el presidente Mohamed Abdullahi Mohamed dio el puntapié inicial en la reapertura del renovado Mogadishu Stadium. En la vuelta de la Premier League somalí, tras una pausa de tres meses por la pandemia, el Horseed se impuso 2-1 al Mogadishu City Club.
Y a mediados de octubre la FIFA certificó al Mogadishu Stadium como habilitado para albergar encuentros internacionales y con el césped óptimo según los estándares internacionales. "Me complace que el campo de juego de nuestro estadio nacional haya ganado este prestigioso certificado. Las Estrellas del Océano están ansiosas por jugar sus partidos en casa, en su tierra natal", manifestó el presidente de la Federación Somalí, Abdiqani Said Araby, y agregó que en un futuro cercano el país aspira a tener más estadios que sean capaces de albergar competiciones internacionales. "El sistema de riego del estadio se ha instalado y está en pleno funcionamiento. Tener el sistema de riego adecuado es indispensable para nosotros, especialmente en los meses más calurosos", concluyó.
Consultado por Sporting África, el director de comunicaciones de la Federación Somalí, Shafi’i Mohyaddin Abokar, confesó que "hacer de locales en otro país fue muy difícil porque significó que todos nuestros partidos los jugábamos fuera. Tener el Mogadishu Stadium en condiciones para los juegos también nos ahorrará mucho dinero porque no haremos tantos viajes como antes", expresó. "El anuncio de FIFA también da esperanzas al pueblo somalí de que su país se está recuperando de años de conflictos que empujaron a los Ocean Stars a usar otro país como su hogar", cerró.
Una muestra más de que, aún en los países más golpeados, el fútbol es una herramienta de gran importancia para dar al menos un poco de esperanza. Con todo lo sucedido en Somalía en el último tiempo queda más que demostrado.
Fuentes: FIFA.com, Radio Dalsan, SFF, Archivo Sporting África y "Fútbol Africano: crónicas, historias e investigación".
https://www.voanews.com/africa/un-expert-somalia-backtracking-human-rights-commitments
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