Después de más de un año, vuelve esta sección en la que las ciudades son las protagonistas. Ya pasamos por Dakar, El Cairo, Casablanca y Argel para recaer ahora en el centro del continente, más precisamente en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. Situada a las orillas del mítico río Congo, la ciudad fue fundada en 1881 por Henry Morton Stanley como Leopoldville. En la década del 20 se convirtió en la capital del Congo Belga y en 1960 pasó a ser la capital de la nueva nación independiente.
Kinshasa es el centro administrativo, económico y cultural del país. Hablamos de una ciudad impregnada de caos, música y ganas de vivir donde la clave está en experimentar todo lo que ofrece. Es una gran ciudad y el mejor sitio para conocer e introducirse en lo que es la vida congoleña. Las mayores áreas de la ciudad incluyen la Cité de I’OUA, sede del Gobierno, y la Zone de Matonge, conocida por su ferviente actividad nocturna.
Si nos centramos en el fútbol, Kinshasa no tiene al máximo ganador de la liga congoleña (TP Mazembe de Lubumbashi con 19 ligas) pero sí es la ciudad más ganadora con 31 por los campeonatos del AS Vita Club (15), DC Motema Pembe (12) y AS Dragons (4).
Los edificios más sorprendentes de Kinshasa son el Edificio de Sozacom y los rascacielos del Hotel Memling, el Mercado Central, el Museo de Kinshasa y la Academia de Bellas Artes.
En el centro de la ciudad destacan otras edificaciones, como el Edificio Gécamines o el Edificio de la Radio-Televisión congoleña. El Palacio de la Nación de Kinshasa es la residencia del presidente de la República y fue construido siguiendo el modelo del castillo de Laeken, en Bélgica. También se encuentra en la ciudad el Palacio del Pueblo, sede de la Asamblea nacional y del Senado, que fue construido entre 1975 y 1979 por China, y es la causa de la mayor parte de la deuda que posee RD Congo con el gigante asiático.
A pesar de haber sido campeón en los dos certámenes más importantes de selecciones del continente, la CAN en 1968 y 1974 y la CHAN en 2009 y 2016, RD Congo nunca fue anfitrión de ninguno de los torneos y, por lo tanto, Kinshasa no pudo albergar dichos compromisos. No obstante, en el Stade Tata Raphael (antes conocido como Rey Balduino o 20 de mayo), en tiempos de Zaire, el seleccionado nacional hizo de local en las Eliminatorias para el Mundial Alemania 1974, superando allí a Togo, Camerún, Ghana, Zambia y Marruecos en las distintas instancias para clasificar a su primer, y a la fecha único Mundial. El mismo estadio, fue el escenario en 1974, de la conocida pelea de boxeo entre Foreman y Alí, que estuvo precedido por Zaire’74, un festival musical en el que actuaron mitos de la música negra como James Brown, Celia Cruz and The Fania All-Stars, B.B. King, Miriam Makeba, The Spinners, Bill Withers, The Crusaders y Manu Dibango.
Dada la importancia de la capital en la vida del país, muchas veces los caminos del fútbol y la política se entrecruzan en Kinshasa. Así es que en muchas ocasiones tenemos ejemplos de cómo la élite congoleña utiliza el deporte para construir su reputación y mantenerse en el poder. Varios clubes han servido durante mucho tiempo a las intenciones políticas de legitimar un mandato o ganar en capital político. En este apartado no podemos dejar de mencionar al militar Gabriel Amisi -también conocido como Tango Four o el carnicero del este del Congo-, quien presidió con éxito al AS Vita Club entre 2007 y 2020 gracias a su cercanía con el presidente Joseph Kabila -foto-. Bajo el liderazgo de Amisi, el equipo ganó tres títulos nacionales (2010, 2015 y 2018) y se destacó internacionalmente (fue finalista de la Champions 2014 y la Confederation Cup 2018). Su liderazgo brindó estabilidad financiera, con salarios regulares y buenos, y suministros materiales. Esto lo hizo muy popular. Cuando Amisi intentó dimitir en 2012 tras una floja actuación en el campeonato nacional, los seguidores del club se opusieron a su renuncia y siguió al frente del equipo. Renuncia que sí llegó en mayo de 2020, cuando el Dr. Patrice Noha, asesor de la dirección de marketing del club, declaró a la prensa: “el presidente Amisi me ha pedido, en su nombre, que diga unas palabras de agradecimiento a toda la familia del Vita Club por la confianza que le han demostrado durante sus 12 años de mandato al frente del club. Hace 12 años Vita estaba completamente en la calle. Su cuerpo necesita descansar un poco, ya que también tiene responsabilidades en el país”, afirmó.
Además, la asociación con figuras del régimen brindó ventajas a los clubes de fútbol, como la protección contra el enjuiciamiento si los aficionados se veían envueltos en la violencia del estadio. Aquello hizo que fuera poco atractivo para los clubes asociarse con figuras de la oposición, que generalmente tienen menos dinero para invertir y menos poder político.
El fútbol fue particularmente importante para el régimen de Joseph Kabila, de 2001 a 2019. Pero mientras el apoyo económico a distintos clubes servía para mejorar la reputación y ganar votos, al mismo tiempo los estadios de Kinshasa se volvieron un escenario difícil para Kabila y compañía. Los estadios y las multitudes de aficionados en ellos se convirtieron en un lugar relativamente seguro para protestar contra el régimen represivo. Las canciones anti-Kabila empezaron a escucharse en cada fecha del certamen congoleño y en los encuentros internacionales de los Leopardos, el seleccionado nacional. En ocasiones, las estaciones de radio y televisión cortaron sus transmisiones cuando se cantaban canciones políticas de protesta. A fines de 2016, el ministro de deportes suspendió temporalmente la competencia nacional de fútbol por la “violencia excesiva en los estadios”, aunque el verdadero motivo fuera el temor a las protestas que perjudicaron al régimen Kabila.
Kinshasa, pasó de ser una ciudad en la que los aficionados futbolísticos participaron en las luchas de descolonización (por ejemplo en junio de 1957 , un partido entre el FC Leopoldville local y el Union Saint Gilloise belga provocó los primeros disturbios que condujeron a la independencia), luego con los hinchas del AS Vita jugando un papel importante en los disturbios decisivos contra las autoridades coloniales y ya en la actualidad con el presidente Felix Tshisekedi utilizando el fútbol como herramienta política con los principales clubes de Kinshasa presididos por aliados cercanos al presidente.
Para cerrar el capítulo Kinshasa armamos un equipo con jugadores nacidos en la ciudad. El arco es para el experimentado Ley Matampi, con pasos por los principales clubes del país además del seleccionado. La defensa la lidera
Chancel Mbemba -referente actual que emigró de muy joven a Europa y jugó en Newcastle, Anderlecht, Porto y Marsella- acompañado por Herita Ilunga y Kiki Musampa. Ilunga jugó las CAN 2004 y 2006 y tuvo destacados pasos por Saint Etienne (Francia) y West Ham (Inglaterra), entre otros; mientras que Musampa emigró de muy pequeño a Países Bajos (debutó en Ajax) y aunque jugó en las juveniles holandesas y en varios clubes de renombre (Manchester City, Atlético Madrid) nunca se pudo afianzar en la elite.
En el mediocampo aparece Claude Makelele, quien de muy pequeño emigró a Francia junto a su familia para convertirse en uno de los mejores del mundo en su puesto, con pasos por Nantes (Francia), Celta, Real Madrid (España) y Chelsea (Inglaterra), entre otros. Jugó los Mundiales 2002 y 2006 con Les Bleus. A sus lados ubicamos a
Tresor Mabi Mputu -mito del TP Mazembe y
ganador de la CHAN 2009 con los Leopardos, el mismo año en el que fue elegido el mejor futbolista africano militando en el propio continente- más Paul José Mpoku, de larga carrera en Europa y quién, habiendo representado a Bélgica en juveniles, luego se decantó por el seleccionado congoleño con 22 partidos y 6 goles, incluidos dos en la CAN 2017.
En los extremos del mediocampo se ubican Lua Lua y Elia Meschak. El primero,
Tresor Lomana, se inició en el fútbol inglés (Colchester, Newcastle y Portsmouth) y también destacó en Grecia y Turquía. Jugó cuatro ediciones de la CAN (2002, 2004, 2006 y 2013) siendo capitán en su último partido en dicho certamen. El otro, nacido en 1997, se inició en el Don Bosco y luego destacó en el TP Mazembe hasta dar el salto a Europa donde milita en el Young Boys (Suiza). Fue una de las figuras en la CHAN 2016 que ganaron los Leopardos.
Para la cuota goleadora los elegidos fueron Diumerci Mbokani -de vasta trayectoria en Europa y ganador de la Bota de Ébano en 2012 y 2020- y Blaise Nkufo, quien de muy pequeño emigró a Suiza y se nacionalizó por aquel país al que representó en el Mundial Sudáfrica 2010.
El banquillo lo ocupa
Florent Ibenge, con pasos exitosos por AS Vita Club y el seleccionado nacional siendo uno de los entrenadores jóvenes de África más destacados de los últimos años.
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