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La Vanguardia] Ana Cristina Maye hace años que lucha por abrir camino a todas las mujeres africanas. Emigró desde Guinea Ecuatorial a España con tan solo ocho años. Aquí creció y se formó hasta que decidió volver a sus orígenes para impulsar el fútbol y el liderazgo femenino en África.
Hoy es la coordinadora general de la Federación de Guinea Ecuatorial. Un cargo directivo que no siempre gusta en los círculos de poder de ciertos países: “Lo más habitual es que me miren y me pregunten: '¿Dónde está tu jefe?' Y entonces les contesto: 'La jefa soy yo'. Otras veces simplemente ni me miran, me ignoran. Pero yo siempre persisto porque no lo hago por mi, lo hago por las que vienen detrás”, explicaba a Mundo Deportivo, en cuya II Gala de Fútbol Femenino ejerció de embajadora este lunes (18h, Antigua Fábrica Damm).
Y es que en gran parte del continente africano las niñas aún tienen vetado este espacio: “Viajo por toda África y veo países donde una mujer ni siquiera puede tocar un balón. Está súper mal visto. Hay un arraigo cultural de que las niñas deben casarse y tener hijos, nada más. Esa es su función en la vida. Ya ni siquiera trabajar, solo dedicarse al hogar. Esto pasa aún en muchos lugares de África”, reconoce con tristeza.
Maye creció en España, practicando fútbol con una normalidad por la que ahora pelea en África. Sabía que para cambiar las cosas había que aplicarse a fondo, así que se licenció en Derecho Deportivo, se sacó la licencia de agente FIFA y trabajó para la Federación Española de Fútbol. Hasta que sintió la llamada de su tierra natal: “Entonces pensé: si África nos necesita, aunque yo haya crecido aquí, voy a aportar mis conocimientos y mi trayectoria a mi país de origen”.
Y se puso manos a la obra hasta alcanzar una de las posiciones más altas de la Federación de Guinea Ecuatorial, aunque no siempre se lo ponen fácil: “A veces entro en un sitio y noto el rechazo de los otros directivos. Te rechazan con la mirada, con un lenguaje no verbal. Yo estudio la cultura de un país antes de viajar y si es necesario me tapo el pelo con un pañuelo, pero exijo que me hablen”, sostiene. "El fútbol sigue estando muy masculinizado, pero la fuerza de la mujer se tiene que notar. Si nos dejasen podríamos hacer mucho más. ¿Por qué no?", se aventura la ecuatoguineana.
Junto a Ana Maye, embajadora de la II Gala de Fútbol Femenino de Mundo Deportivo, desfilaron este lunes decenas de mujeres, futbolistas, directivas… del mundo del deporte. Una fiesta en la que se reconoció al FC Barcelona con un premio especial por haber logrado batir el récord mundial de asistencia a un partido de fútbol femenino la pasada temporada. El Camp Nou abrió sus puertas el 30 de marzo para los cuartos de final de la Champions ante el Real Madrid llenándose con 91.553 espectadores. Un mes después, en la siguiente ronda ante el Wolfsburgo, se volvería a superar el récord con 91.648 espectadores, la que hasta ahora es la mejor entrada del mundo a un partido femenino.