[Por Diego Martín Yamus] Tras el boicot a los Juegos Olímpicos de Montreal 76, en 1980 Africa retornaba a la escena futbolística. Y si bien el continente iba progresando, como la gran actuación de Túnez en el Mundial de Argentina 78, aún no le alcanzaba para ocupar alguno de los tres lugares del podio. En las tres ediciones de la década, sólo Argelia, Egipto y Zambia lograron apenas llegar a los cuartos de final, el último en un recuerdo grandioso para la región.
Para los controvertidos Juegos de Moscú 80, los países africanos no fueron ajenos al boicot gestado por Estados Unidos, en repudio a la invasión de la Unión Soviética un año antes a Afganistán, sumido en guerra civil. Entonces, Egipto goleó a Zambia pero le dejó su lugar, Argelia pasó por no presentación de Libia y, en el colmo de los casos, Ghana y Liberia, que habían definido entre sí la tercera llave con triunfo ghanés, también se bajaron y fueron reemplazados por Nigeria, el reciente monarca continental en la Copa Africana en su país. De los tres que finalmente aparecieron, sin duda el mejor fue la Argelia de Rabah Madjer y Lakhdar Belloumi, con la base del conjunto que dos años después causaría sensación en la Copa del Mundo de España, eliminó a los hispanos en primera ronda y llegó a cuartos de final, cayendo con Yugoslavia, uno de los del bloque del Este, mucho mayor y fuerte que los demás. En cambio, Zambia y Nigeria se fueron en primera fase, los zambianos con tres derrotas y los nigerianos con sólo un empate ante el futuro campeón Checoslovaquia.
En 1984 lo mejor de la región estuvo en Los Angeles, en Estados Unidos. Egipto, con figuras como Abou Zeid, Abdelghani y Youssef eliminó a Argelia, otra vez con Belloumi y Madjer; Marruecos, con el gran Badou Zaki al arco, venció por penales a Nigeria, y Camerún, flamante campeón en la CAN de Costa de Marfil, fue con Roger Milla como líder. Los marroquíes no pudieron con Alemania Federal y Brasil, y los cameruneses le ganaron a Irak pero cayeron con Yugoslavia y Canadá. Entonces fueron los egipcios,dos años más tarde reyes de Africa, que llegaron hasta los cuartos de final perdiendo ante Francia, a la postre medalla de oro, en una digna actuación.
Pero los primeros momentos de gloria para el continente vinieron cuatro años más tarde, en Seúl 1988. Primero, las tres llaves decisivas fueron inolvidables: Túnez eliminó al mundialista Marruecos en el reino en el último minuto con un gol de Tarak Dhiab, Nigeria lo hizo con Argelia en tiempo suplementario y Zambia dejó en el camino a Ghana, venciendo 2-0 en Lusaka y perdiendo 0-1 en Accra, con una tarea consagratoria del inolvidable Efford Chabala, que sacó varias chances claras, hasta un penal. Los del cobre habían renunciado en 1984 a organizar la Copa Africana, y no se habían clasificado a la del 88. Pero en Corea del Sur, allá lejos en Asia oriental, un grupo de grandes futbolistas surgió a la consideración mundial con una soberbia actuación. Kalusha Bwalya y sus compañeros golearon 4-0 a Italia, 4-0 a Guatemala y se inclinaron ante la poderosa Alemania de Jürgen Klinsmann, luego bronce, pero dejando la huella de esos cuatro goles a Italia, tres de Kalusha, como una de las postales de esos Juegos. Por su parte, Nigeria y Túnez no pasaron la primera fase. Pero lo de Zambia era el anticipo, aunque sin medalla, de lo que Africa, el modesto Africa, estaba por vivir en los años siguientes.
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