Un país, una historia: Eritrea

[FIRMA INVITADA- Juan Zavala Díaz / @zavalajuanl] Las historias que nos regala África son notables, ocultas bajo un velo que esconde verdaderos relatos de lucha y determinación. Un continente de contrastes, donde hoy nos toca hablar de Eritrea. La nación donde todo el mundo tiene miedo de todo el mundo y nadie confía ni en la propia familia. Donde las estadísticas pierden sentido a medida que uno se adentra en la realidad. Los pocos que se atreven a hablar califican a su país como la "cárcel más grande" del mundo, donde las carencias y la represión representan el pan de cada día. 

Eritrea se independizó de Etiopía en 1993, mediante un referéndum de autodeterminación, pero las constantes disputas fronterizas entre ambos países ocasionaron una guerra con miles de víctimas y que terminó con la firma del Acuerdo de Argel a finales de 2000. Ya un año antes de ser soberanos debutaron como selección, empatando con Sudán en un torneo amistoso celebrado en Jartum. A fines de la década logran obtener el visto bueno de FIFA y la Confederación Africana para integrarse a su universo futbolístico.

Este diciembre pasado Eritrea logró llegar a la final de la CECAFA Cup, torneo jugado anualmente por países de África Central y Oriental. Esto significaba todo un hito para un equipo ubicado en el puesto 205... de 211 selecciones que integran la FIFA. Los Red Sea Camels, como se hacen llamar, llegaron a golear a Kenia (la victoria más importante de su historia futbolística) en un partido correspondiente a las semis del campeonato, todo esto antes de caer en la final contra la Uganda de Johnny McKinstry.

Curiosamente dos de los mejores jugadores nacidos en el país, Luciano e Italo Vassalo, ganaron la Copa Africana de Naciones en 1962... jugando para Etiopía, ya que Eritrea en ese momento tenía un status de entidad autónoma federada con ese país. Poco después el emperador etíope Haile Selassie incumplió este acuerdo y se desencadenó una guerra que terminaría a principios de los 90, como ya comentamos, cuando Isaías Afewerki creó un gobierno provisional. Incluso durante un tiempo la liga local estaba relacionada directamente con el campeonato italiano como parte de Serie D, esto debido a que el país europeo lo tomó como colonia en 1890.

Sin embargo, en lugar de ir hacia la democracia y el progreso económico, el camino del país se torció hacia un régimen autoritario, dirigido por el propio Afewerki. El país tenía previstas unas elecciones para 1997 que nunca tuvieron lugar, convirtiéndose en una especie de 'estado de excepción' permanente, sin libertades ni derechos básicos. En el terreno deportivo incluso se tenía pensado celebrar el primer partido amistoso entre ambas selecciones nacionales en par de décadas, en el marco de la firma del fin de la guerra ocurrida a mediados de 2018. Esto tras la invitación que hizo la Federación etíope a su homólogo eritreo.

Si observamos más de cerca los nombres que integran este equipo vemos que no hay manera de competir con otras selecciones del continente, llenas de jugadores experimentados que hacen vida en las mejores ligas de Europa. La mayoría participa en la poco competitiva Premier League eritrea, unos pocos en divisiones menores del fútbol nórdico y un delantero, Ezana Kahsay, que juega con Akron Zips en Estados Unidos. El nombre que salta a la vista, por trayectoria, es el de su capitán Henok Goitom -foto-. Goitom, nacido en Estocolmo, jugó durante muchos años en La Liga en equipos como Almería y Valladolid, aunque las últimas temporadas las haya pasado en AIK Solna, uno de los grandes de su país natal.

Igual Henok no logra igualar lo realizado por el jugador más representativo del equipo nacional, Yidnekachew Shimangus, que comparte el récord de máximo goleador y seleccionado con más partidos en su país. Shimangus solo ha participado en su carrera profesional con Adulis Club, club tres veces ganador una liga que domina históricamente Red Sea FC. No hay mucho de comentar de sus éxitos en el balompié, ya que nunca han logrado clasificar a una Copa Africana de Naciones (aunque estuvieron cerca en 2000 y 2008). Mucho menos una Copa Mundial. En los últimos años lo que resalta es la cantidad de jugadores que han abandonado el país buscando asilo o refugio en el extranjero. Se habla de más de 100 en los últimos 13 años, incluso hasta siete jugadores del equipo subcampeón de CECAFA Cup del año pasado se fugaron y terminaron pidiendo asilo en Uganda, sede del campeonato regional. Esto ha ocasionado que el mismo Alemseged Efren, DT eritreo desde 2015, busque convencer a chicos con doble nacionalidad que viven en Europa para conformar la selección.

Entre 2010 y 2015 no disputó partidos competitivos, lo que explica su caída en el ránking hasta enfrentar a Botswana por las Eliminatorias a Rusia 2018, donde diez jugadores se negaron a volver a Eritrea y decidieron pedir asilo. Hablamos de que un tercio de los inmigrantes que se lanzan al Mediterráneo en busca de llegar a Europa proceden de Eritrea. Relatos de vida espeluznantes, castigos inenarrables y duras condiciones de vida que llevan a emprender una travesía peligrosa. Por lo visto se hace lo necesario para salir del país más triste de África.

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