martes, 30 de junio de 2020

Un país, una historia: Liberia

Entre mediados de los años ochenta y hasta el año 2000, Liberia atravesó un cruento tiempo de guerras civiles al mismo tiempo que el mejor jugador de la historia del país triunfaba en Europa y ganaba el Balón de Oro siendo el único africano en lograrlo a la fecha. Claro está que hablamos de George Weah, el hoy presidente liberiano. 
Para entender la guerra civil de Liberia hay que hablar de Charles Taylor. Fue a fines de 1989 que este liberiano formado en los Estados Unidos regresó al mando del Frente Patriótico Nacional de Liberia (NPFL) para lanzar una rebelión en contra del presidente Samuel Doe y derrocar su gobierno. Parte del accionar de los grupos de Taylor -presentes también en el limítrofe Sierra Leona- se ve reflejado en los miles de jóvenes sierraleoneses y liberianos a los que les faltan alguna de sus extremidades. Es que sus rebeldes sierraleoneses solían cortar brazos y/o piernas a los hombres que se negaban a sumarse a su guerrilla; en tanto que los amputados liberianos solían ser personas heridas en batalla que no podían encontrar un médico a tiempo para salvar su extremidad. 

En este contexto, y con el fútbol como una pasión de multitudes que no hace excepciones, cuando las cosas se calmaron esos jóvenes amputados se empezaron a organizar en equipos y pronto varios países africanos formaron sus seleccionados y hasta la Copa África de la modalidad. En Liberia el seleccionado de amputados se ha ido ganando una reputación y sus integrantes se sienten valorados y motivados al poder defender a su país en esta disciplina.

Como refleja The Guardian, en una nota de 2010, los futbolistas se apodan con los nombres de estrellas del fútbol africano. Por ejemplo, "Eto'o" es un joven que soñaba con convertirse en futbolista profesional hasta que un mortero le destruyó su pierna derecha en 2001. Sin trabajo, y con pocas posibilidades de encontrar uno, gracias al fútbol ya no lo discriminan y lo conocen en las calles de la capital Monrovia. Y es que "Eto'o" fue parte del plantel campeón en la Copa Africana para Amputados en 2008, al vencer en la final como local a Sierra Leona. El año anterior el mismo equipo había sido subcampeón.

Ese título ayudó a que cambie un poco la concepción del público en general de los amputados, muchos de los cuales suelen estar pidiendo limosna en las inmediaciones de centros comerciales y en las principales calles de Monrovia. Tras la guerra civil, los amputados solían ser rechazados y hasta los taxistas hacían la vista gorda cuando debían recogerlos volviéndose sus recorridos en largos trayectos de dolor con sus muletas. Es que muchos los ven como los hombres que destruyeron el país. Y en varios casos se trata de hombres que lucharon para las facciones de Taylor o el grupo contrario. Por ejemplo, Moses Koli, apodado Drogba y miembro del seleccionado de una década atrás, fue uno de los niños soldados de Taylor. Se sumó a los 14 años cuando su aldea fue atacada y mató a mucha gente. Pero gracias al fútbol de amputados logró que ante un gol lo abracen por igual, tanto los ex rebeldes como sus ex víctimas.

No obstante, a pesar de ser miembros del seleccionado, la mayoría de los integrantes del equipo liberiano viven en la pobreza o en condiciones muy desfavorables. "Lo único bueno que sucedió fue que la gente comenzó a reconocernos. Solían vernos como insectos, solíamos ser nada ... invisibles para el resto de la sociedad", reconoció Junior Kulie, MVP del título en 2008. "Pero nuestras vidas no han cambiado mucho -agregó-. Todavía tenemos que rogar para sobrevivir". La Federación Mundial de Fútbol Amputados se hacen cargo de los gastos cuando viajan al exterior a disputar torneos, pero una vez de vuelta en Liberia no les queda más que volver a las calles para mendigar y seguir sufriendo la falta de una vivienda digna que a veces los hace dormir en edificios abandonados.

Jimmy Harrison, uno de los pioneros cuando se creó la liga de amputados liberiana en 2006, dice que no puede dejar el fútbol. Entiende que en su país es difícil que sea prioridad la recreación deportiva y el bienestar cotidiano de las personas discapacitadas pero jugando al fútbol puede olvidar las dificultades y simplemente sentirse feliz cuando participa en un partido. 
En el último tiempo las condiciones del seleccionado de amputados de Liberia no parecen mejorar. En 2015, por ejemplo, el equipo viajó a los Estados Unidos para un torneo que sabían se había cancelado antes de volar desde Monrovia. Ya para ese entonces Liberia tenía en su haber tres títulos continentales (2008, 2011 -video- y 2014) pero decidieron viajar igualmente con el objetivo de dar a conocer sus condiciones de vida y para poder recaudar fondos. El accionar no cayó bien en el gobierno de su país. “Son la única federación que tiene un nuevo autobús; interactuamos con ellos a diario. La presidenta (Ellen Johnson-Sirleaf) ha hecho varias contribuciones a ellos diariamente a través de sus finanzas personales y también a través de los presupuestos de los distintos ministerios. Considero desafortunado que digan que no fueron honrados ni atendidos”, sostendría el ministro de Juventud y Deportes, Eugene Nagbe.

Hace casi un año volvieron los problemas cuando Liberia se preparaba para la CANAF (Cup of African Nations Amputee Football) en Angola y no disponía de los fondos ni del apoyo gubernamental. "Si nuestro equipo no dice presente en Angola sería algo frustrante para el tres veces campeón continental (...) Tenemos que estar allí como campeones defensores. Si no se iza nuestra bandera, será una desgracia”, sostuvo George Cooper, el presidente de la Federación de Amputados de Liberia.

Finalmente intercedió el ya para ese entonces presidente Weah y las cosas se solucionaron. Después de varias semanas de buscar el apoyo, el mismo llegó luego de una visita de los interesados a las oficinas del presidente. “Estamos muy agradecidos con nuestro Presidente, que ama el juego, y ha hecho mucho por él, y aún quiere hacer mucho más. La ayuda financiera a los amputados ha demostrado que el presidente Weah es un líder para todos los liberianos y todas las disciplinas deportivas. Podemos asegurarle al Presidente, al gobierno y al pueblo de Liberia que volveremos con el trofeo a nuestro país al final del torneo", manifestó en un comunicado George Cooper.

En octubre de 2019, Liberia pudo estar en la cita en Angola y estuvo cerca de la final. Se tuvieron que conformar con el tercer puesto -venciendo 2-1 a Tanzania- pero al menos este grupo de jugadores -y la disciplina en general en el continente- encuentran en el fútbol de amputados una forma de seguir vinculados al fútbol y de sentirse reconocidos. 

Fuentes: The Guardian, Chicago Tribune, Voa News, Front Page Africa y Liberian Observer

Entregas Anteriores
1-Angola: El goleador Chico Gordo
2-Argelia: MC Alger Champions 1976
3-Benín: Vitalor Ligue 1
4-Botswana: Los estadios
5-Burkina Faso: Las Juveniles
6-Burundí: El presidente
7-Cabo Verde: La Copa Amílcar Cabral
8-Camerún: Oro olímpico en Sydney 2000 por Juan Pablo Gatti
9-Chad: La extrañeza de gritar campeón
10-Comores: La ilusión de Bachirou
11-Costa de Marfil: Fútbol y guerra civil
12-Egipto: Míster Hassan Shehata
13-Eritrea: Fútbol en las sombras por Juan Zavala
14-Etiopía: La reina del fútbol etíope
15-Gabón: En el nombre del padre por Juan Manuel D'Angelo
16-Gambia: El árbitro Gassama
17-Ghana: La pasión de Abbey
18-Guinea: Los años dorados del Hafia
19-Guinea Bissau: ¿de referente a presidente?
20-Guinea Ecuatorial: El Mariscal Gomes
21-Kenia: Un clásico tribal
22-Lesotho: Conexión sudafricana del Bantu FC

domingo, 28 de junio de 2020

Un país, una historia: Lesotho

En la previa del Mundial Sudáfrica 2010, Coca Cola realizó una publicidad para la televisión argentina en la que hablaba de Lesotho. "Su selección quedó afuera del Mundial. El país queda adentro, en el medio de Sudáfrica", decía el locutor mientras se sucedían imágenes de este país que es uno de los tres del mundo -junto a San Marino y el Vaticano- que se encuentra totalmente dentro de otro. 
El pequeño reino lesothense empezó a formarse con Moshoeshoe -jefe de la tribuna bakwene- como líder de los grupos soto y facciones zulúes opuestas a los grupos expansionistas de Shaka. El líder empezó a ser llamado como el "Gran Jefe de la Montaña" y encabezó la resistencia desde los montes Drakensberg. Los basotos se establecieron allí y el 4 de diciembre de 1966 -con la independencia de Gran Bretaña- el territorio toma el nombre de Lesotho.

A nivel futbolístico Lesotho nunca estuvo cerca de clasificar a la Copa Africana de Naciones (CAN) y mucho menos a un Mundial pero igualmente el fútbol es pasión de multitudes en este país. La Premier League local ha sido dominada desde siempre por los equipos capitalinos. De Maseru son los tres más ganadores: Matlama FC (11 títulos), Lesotho Defence Force (8) y Lesotho Correctional Service (6). Sin embargo, en la última década hubo dos equipos de otras ciudades que empezaron a cuestionar la hegemonía de los mencionados. El Lioli FC de Teyateyaneng fue campeón en 2013, 2015 y 2016 para sumar 5 ligas mientras que el Bantu FC de Mafeteng obtuvo sus primeros tres campeonatos en 2014, 2017 y 2018.

Fue a fines de 2017 que empezó una disputa entre el Lioli FC y el Bantu FC que se extendió más allá del campo de juego. Desde la dirigencia del Lioli empezaron las quejas y las dudas sobre varios de los jugadores del Bantu que terminó por desencadenar una investigación sobre raros manejos en el fútbol lesothense y la inmigración en el país. La acusación manifestaba que el éxito del Bantu por esos años podría haber sido impulsado por el uso de jugadores sudafricanos que habían sido registrados como locales para eludir las regulaciones.

No fue la primera vez que el Bantu fue acusado de esta modalidad. Otros dos clubes del país, Likhopo FC y el Matlama, también llegaron a presentar quejas ante el tribunal de la liga, pero sus casos se desmoronaron al no presentar las pruebas suficientes. Al parecer, el Bantu creó un sistema bien engrasado para vulnerar las regulaciones futbolísticas y de inmigración. Para entender esto hay que saber que casi el 40% de la inmigración que recibe Lesotho es de ciudadanos de Sudáfrica. De este país serían los cuestionados Itumeleng Kenneth Falene, Pheko J ‘Molaoa, Thabo A Sedila y Matsipa I Phumoha.

Al parecer, el Bantu FC habría utilizado a altos funcionarios del Ministerio del Interior para manipular el sistema de registro nacional para que los jugadores parezcan ser de Lesotho. Usando esta modalidad pudieron registrar nueve jugadores extranjeros en lugar de los cinco permitidos por el reglamento. O sea, cinco fueron registrados como extranjeros, mientras que los otros cuatro obtuvieron documentos locales. Los jugadores tenían pasaportes, certificados de nacimiento y documentos de identidad (ID) de Lesotho. Estos son auténticos y habrían sido obtenidos de forma fraudulenta ya que  documentos del departamento de Asuntos Internos de Sudáfrica muestran que los cuatro tienen certificados de nacimiento e identificaciones que demuestran que estaban registrados en los equipos sudafricanos como sudafricanos.
Si tomamos uno de los casos como ejemplo se entenderá la modalidad. Itumeleng Falene tenía número de identificación sudafricana y estuvo registrado en el FC Hunters en la temporada 2015/16 como sudafricano. Pero en los registros de la liga de Lesotho, aparecía registrado con el Van Rooyen United FC, un equipo local con sede en Mafeteng, sin rastros de su transferencia internacional que demuestre su llegada desde el Hunters. Su identificación lesothense fue emitida el 24 de mayo de 2017 pero hay discrepancias entre su lugar de nacimiento local entre los registros nacionales y los del registro en la liga. Lo curioso es que Falene llegó a estar convocado para el equipo nacional de Lesotho y jugó la  COSAFA Cup. Al mismo tiempo, fue detenido por los oficiales de inmigración sudafricanos en la frontera de Maseru después de que descubrieron discrepancias en su documentación.

El Comité de Administración de la Premier League de Lesotho, presidido por John Leuta, estuvo en la mira en su momento por omisión o complicidad en la modalidad. Algo que toma mucho más sentido al saber que Leuta es también el presidente de Bantu FC. "El comité parece haber facilitado el registro de los jugadores a pesar de que no tenían transferencias internacionales y estaban siendo registrados como lesothenses cuando tenían documentos sudafricanos", se puede leer en una nota de esos días del sitio The Post.

La sentencia del tribunal le dio finalmente el partido por ganado al Lioli FC por 3 a 0 pero no evitó el campeonato del Bantu FC, que a pesar de esto se consagró como el mejor una vez más. Actualmente,  según se visualiza en su plantilla disponible en Transfermarkt el Bantu cuenta con los cinco extranjeros permitidos: los sudafricanos Tsietsi Khooa, Tsietsi Motseare, Lazola Jokojokwana y Lindokuhle Phungulwa más Tinotenda Mapuvire, de Zimbabwe.  

domingo, 21 de junio de 2020

Cuestión de Familia: Junio 2020

En la entrega de hoy nos encontramos con dos parejas de hermanos de Kenia y Guinea Ecuatorial más el liberiano George Weah y su hijo Timothy.
Los Weah (Liberia)
George es el más conocido. Nacido en Liberia en 1966 tuvo una destacada carrera en los mejores clubes de Europa (PSG, Milan, Chelsea, Mónaco y Manchester City) y es el único futbolista africano en haber ganado el Balón de Oro (1995). En 1989 y 1994 fue elegido como el mejor del continente y actualmente es el presidente de su país.

Timothy es uno de los hijos de George y nació en febrero de 2000 en los Estados Unidos, donde su padre se preparó para su objetivo de ser presidente y él dio sus primeros pasos futbolísticos en la Sub 15 del New York Red Bulls. Luego emigró hacia Europa para continuar en el PSG francés en el que debutó en la Ligue 1 en marzo de 2018. Luego pasaría a préstamo al Celtic escocés y actualmente milita en el Lille (Francia). A nivel selecciones representa a EEUU: ya debutó en la mayor y jugó los mundiales Sub 17 (India 2017) y Sub 20 (Polonia 2019). "La mitad de la gente que conozco no sabe que mi padre es George", dijo Timothy en una entrevista a inicios de 2019.

Los Edjogo Owono (Guinea Ecuatorial)
Ambos nacieron en España pero como su padre es de Guinea Ecuatorial representaron al Nzalang Nacional. Juvenal es el más grande de los dos (nacido en 1979) y tuvo una destacada trayectoria en el fútbol de ascenso español, con pasos por Espanyol, Levante, Racing de Santander, Alavés y Recreativo de Huelva, entre otros. En 2003 debutó con el seleccionado ecuatoguineano y se mantuvo hasta 2015, siendo parte del equipo en las CAN 2012 y 2015. Su última experiencia fue en el Santa Coloma andorrano.

Alberto es categoría 84 y también desarrolló su carrera en clubes del ascenso como Sabadell, Granollers, Sant Andreu, CF Badalona, Olímpic de Xativa y CD Blanes. Jugó en las juveniles y en la absoluta de Guinea Ecuatorial. Ya retirado se inclinó por los medios y tiene un libro de publicación reciente llamado "Indomable: cuadernos del fútbol africano" de Editorial Panenka. Es además un destacado comentarista televisivo y analista en distintas publicaciones. En los últimos días comenzó, junto a otros jóvenes valores, con Mister Underdog, un programa de fútbol que se puede seguir a través de Youtube.

McDonald Mariga y Víctor Wanyama (Kenia)
Nacidos en el seno de una familia deportiva, McDonald y Víctor se inclinaron por el fútbol. Su padre, Noé Wanyama, jugó en el AFC Leopard keniano y sus hijos siguieron sus pasos, mientras que su hija, Mercy, se inclinó por el basquet.

McDonald Mariga Wanyama nació en el año 1987 y tuvo sus pasos más destacados por Parma, Real Sociedad e Inter, donde ganó la Champions -primer keniata en jugar el certamen- y el Mundial de Clubes en 2010. Mientras que Víctor, de 28 años, jugó en el Beerschot AC (Bélgica), Celtic (Escocia), Southampton y Tottenham (Inglaterra). Actualmente juega en el Montreal Impact canadiense y es el capitán del seleccionado. Tienen además otro hermano, Thomas Wanyama, que juega en el Sofopaka de la liga local.

jueves, 18 de junio de 2020

La pelota rueda en Tanzania

[Por Diego Martín Yamus] Mientras en Europa cada vez más países retoman la actividad futbolística, el último fin de semana regresó otra liga de Primera División, en este caso en el continente africano. Se trata de la Ligi Kuu Bara, la máxima en Tanzania, en el este del continente, donde el líder y actual campeón Simba sigue firme y con importante ventaja a pesar de empatar.
En su cancha, uno de los grandes tanzanos igualó a un gol con Ruvu Shooting -foto-. Kichuya abrió temprano el marcador para el puntero pero Maganga puso el 1-1 final cerca del descanso. Aún así, Simba conserva una gran distancia de 15 puntos, 72 a 57, sobre el Azam FC, con nueve fechas para terminar.

El segundo, cuyo nombre responde a una compañía fabricante de helados, venció 2 a 0 al Mbao, con goles de Djodi y Chalunda. El tercero con 55 es otro grande y copero, el Young Africans, conocido como Yanga, que batió de visita 1-0 al Mwadui, gracias al tanto de Mapinduzi. El sábado, se midieron también el cuarto (Namungo) y el quinto (Coastal Union) terminando empatados a dos.

Este miércoles hubo actividad nuevamente y el Young Africans podría haber escalado a la segunda posición junto al Azam FC pero no pasó del empate 1-1 como visitante del JKT y se quedó en 55 puntos.
El retorno tras tres meses, otro aparte del de Burundi, fue posible por las fuertes medidas de protección sanitarias impuestas por el gobierno y la Federación tanzana frente a la pandemia de coronavirus. Se permitió el acceso de hinchas a los estadios, con distanciamiento social y toma de temperatura, así como personal médico y puestos de agua corriente para higienizarse. En tanto, los futbolistas titulares también recibieron medida de temperatura y los suplentes estuvieron en su lugar distanciados y con barbijos.

La liga tanzana se disputa oficialmente desde 1965, aunque desde 1921 existió la de la capital Dar es Salaam, de donde son los mejores clubes. Desde 2000, Simba y Young Africans han monopolizado los títulos, excepto uno del Azam. El último que no fuera uno de estos tres fue Prisons en 1999. 

Fuente: CAF Online

domingo, 14 de junio de 2020

Hace 30 años Camerún...

[Por Diego Martín Yamus] Este junio 2020 no hay mucho fútbol por el bendito coronavirus. Sí había hace 30 años, gracias al Mundial de Italia en 1990. Y a la selección de Camerún, que llegaba como una perfecta más y terminó siendo un ícono de ese torneo con su sensacional presencia, siendo el primer africano en arribar al grupo de los ocho mejores.
El país del centro del continente ya había dado la nota sonora en España 82, con Thomas N'Kono y Roger Milla al frente de un conjunto talentoso, que no pasó de fase sólo por un gol menos que el futuro campeón Italia, un gol que le anularon mal en su debut ante Perú. Pero no pudo continuar su tarea para México 86, cuando Zambia en gran forma lo goleó en la eliminatoria y lo dejó afuera. Los éxitos regresaron en 1988 cuando retuvo la Copa Africana, y se esperaba que en 1989 fuera gran candidato a clasificarse a su segundo Mundial.

La empresa parecía sencilla en el Grupo C, donde el ganador iba a las finales, con Nigeria, Gabón y Angola. Sería un mano a mano con los nigerianos, a quienes le habían ganado las dos CAN previas. Sin embargo, empezaron con un 1-1 de locales ante Angola. Un buen 3-1 en Gabón los reposicionó, pero Nigeria los venció 2-0 en Ibadan y fueron a por un triunfo en Angola que lograron 2-1 remontando desventaja inicial. El técnico, el soviético Valery Nepomniachi, llamó a N'Kono para los dos partidos decisivos, y a pesar de no contar con el artillero François Omam-Biyik, derrotaron a Gabón 2-1, y en su vuelta el delantero le marcó el 1-0 a Nigeria que los envió a las finales con Túnez. Un gran 2-0 en Yaoundé los puso con un pie y medio en la Copa, y el 19 de noviembre terminaron de concretarlo, cuando Biyik anotó otra vez el triunfo 1-0 que los depositó en Italia 90.

Tras su título en la Copa de la UDEAC (actual CEMAC), Camerún fue a defender su doble corona a la CAN de Argelia en marzo de 1990. Menuda sorpresa dio pero negativa: dos caídas ante Zambia y Senegal y un solo éxito sobre Kenia lo eliminaron en la primera fase. Y todos se confiaron de su mal paso, empezando por la Argentina de Bilardo y Maradona, su primer rival en el Grupo B del Mundial, junto con la potente URSS y la ascendente Rumania.

Casi todo estaba en contra de los Leones Indomables ese viernes 8 de junio en el estadio Giuseppe Meazza de Milán. Casi, porque los espectadores (excepto los argentinos) iban con los africanos. Y entre su fuerte aliento y un gran planteo táctico, con algo de juego fuerte también, el equipo se arregló muy bien ante el campeón del mundo y le creó peligro. Y a pesar de la expulsión de su mediocampista André Kana Biyik, hizo realidad lo irreal. Minutos después, a los 67, su hermano Omam cabeceó un tiro libre de Makanaky y la pelota se le escapó al arquero Nery Pumpido. Argentina buscó desesperadamente el empate, Camerún defendió bien y el otro símbolo del plantel, Roger Milla, generó un contraataque que casi es el segundo. Otra violenta falta de Masing lo dejó con nueve hombres, pero el golpe se consumó: 1-0 al campeón, en la inauguración, a la vista del mundo. No sería el único.

Su siguiente partido era el 14 de junio con Rumania en el Stadio San Nicola de Bari. Era un aburrido empate a cero, y a pesar de un nuevo ingreso de Milla desde el banco, parecía que no habría más. Sin embargo el gran Roger tuvo la palabra: a los 76 cuerpeó a un defensor y definió en comba para abrir e marcador, y diez después aprovechó un pelotazo cruzado y un quedo defensivo para volver a rematar y anotar el segundo. Balint descontó y generó la protesta de N'Kono que pidió supuesto offside, pero el 2-1 quedó fijo y Camerún sumó 4 puntos (eran dos por victoria) pasando a octavos de final y dejando en ridículo a los grandes. El 19 no empañó nada un 0-4 con una URSS que buscaba e pase, y terminó, como Marruecos cuatro años antes, llevándose el grupo.

La próxima cita era también dura, el 23 ante la estética Colombia. En el San Paolo de Nápoles, otro 0 a 0 los llevó al alargue. Y allí, Roger Milla afirmó su leyenda para siempre. A los 106 minutos se internó en el área y de zurda batió a René Higuita. Y cuatro minutos después, aprovechó que el arquero demoró con la pelota, se la robó y se fue al segundo, festejando con un singular baile junto a la bandera del córner. El descuento de Bernardo Redín llegó tarde, y por primera vez, Camerún ponía a Africa en los cuartos de final mundialistas.

La camiseta verde con tiras y un león amarillo era ya una imagen icónica del torneo. Y quería más el 1 de julio en Nápoles, pero era Inglaterra quien marcaría si su destino se alargaba o se frenaba. Un cabezazo de David Platt tras mala salida de N'Kono puso a los ingleses adelante. Entonces una vez más Milla entró en el campo y en acción. A los 60 Kunde igualó de penal, y cinco más tarde, tras gran jugada de la leyenda, otro sustituto, Eugene Ekeke, tocó por arriba de Peter Shilton para el desnivel. El equipo aguantó bien hasta que a los 81, una entrada de Platt obligó a Massing a derribarlo en el área. Gary Lineker batió a N'Kono y el partido fue a tiempo extra. Y en el primer alargue, Lineker escapó y el arquero lo agarró de su botín, otro penal que el mismo delantero concretó. Un 3-2 que no se pudo cambiar, como tampoco la proeza de Camerún. Porque hace 30 años, contra todo y contra todos, los Leones fueron realmente indomables.

jueves, 11 de junio de 2020

Un país, una historia: Kenia

[FIRMA INVITADA- Nahuel Lanzón / @nahuelzn] El fútbol es terreno fértil de representaciones simbólicas. En un partido de fútbol lo que se juega suele exceder el mero resultado deportivo, en especial cuando el público siente que algo de su identidad está en juego en el verde césped. Quizás los dos puntos cúlmines son las selecciones nacionales, dónde una nación se siente representada en sus once futbolistas “luchando” contra un país rival, y los clásicos. En un clásico, la rivalidad entre ambos equipos se suele apalancar en conflictos y tensiones sociales pre-existentes, que encuentran en esa dualidad una representación simbólica clara, con el agregado de los constantes encuentros y la satisfacción de derrotar a tu rival. Las tensiones en las que estos clásicos se enraízan pueden ser diversas, desde cuestiones de clases sociales o identificaciones políticas, hasta cuestiones territoriales, o como veremos en este caso particular, étnicas.
El fútbol llega a Kenia de la mano de los colonos británicos a finales del siglo XX. El territorio, que en ese momento era un protectorado inglés, estaba constituído por diversas “tribus” o grupos étnicos que la habitaban desde tiempos ancestrales. El grupo étnico más importante es el de los Kikuyu, que no solo son mayoría al día de hoy en Kenia (siendo casi diez millones en una nación de cincuenta millones de habitantes), sino que ha dominado la política local en especial desde que la Nación logró su independencia en 1964. Sin embargo, esta historia nos va a llevar a hablar de otros dos grupos étnicos importantes en la región: los Luo y los Luhya.

Con el dominio británico, también cambiaron los medios de producción. Muchas poblaciones se vieron forzadas a emigrar a Nairobi, la capital, en busca de trabajos y sustento que empezaron a hacer falta en sus regiones originales. Tal fue el caso de muchos Luos y Luhyas, que tuvieron que abandonar sus distritos de dónde vivían originalmente (North Nyanza y Elgon Nyanza respectivamente). Así, en tierras extrañas, cada grupo étnico trataba de mantenerse unido como modo de supervivencia. Y es aquí donde comienza a rodar la pelota.

Rápidamente el fútbol se vuelve una pasión entre los trabajadores keniatas, que le ofrecía un pasatiempo en contraposición a sus largas horas de trabajo. Y era especialmente una pasión para los Luo y los Luhya que trabajaban en las plantaciones de café en los alrededores de Nairobi. Así se fueron formando primero algunos equipos informales, que luego fueron dando lugar a clubes con un mayor grado de organización. Tal es el caso del Luo Union en un caso, o Maragoli United, Marama o Samia Union en el caso de los Luhya. De esta manera, lo que antes era un pasatiempo comenzó a ser también un punto de encuentro para los distintos grupos étnicos, que les permitía nuclearse alrededor de una pelota. Ante este rápido crecimiento del fútbol, los gobernadores británicos no solo permitieron sino que fomentaban su participación: veían en este nuevo fenómeno una manera mas de mantener a los distintos grupos étnicos rivalizando entre ellos, en vez de unirse para tratar de lograr el objetivo común de la independencia.

Si bien el fútbol tenía su historia detrás, recién en 1963 se formó la primera liga keniata oficial. Contaba con la participación de diez equipos. Todos principalmente de origen Luhya, a excepción del Luo Union, que iba a dominar esta competición en estos primeros momentos. Por tal motivo, en 1964 la mayoría de los equipos Luhya deciden dejar atrás sus diferencias y formar el Abaluhya United como una unión superadora de los mismos (Abaluhya es un homónimo de Luhya). Luego este nombre iba a cambiar por el conocido hoy en día: AFC Leopards. El nombre no es casual. El leopardo es un animal muy importante en la cultura Luhya, pues simboliza la ferocidad y la valentía. Rápidamente este equipo domina la nueva liga y obtiene el bicampeonato en 1966 y 1967. La estrategia había funcionado.

Del otro lado de la vereda, la historia es un poco mas confusa. Este equipo había sido fundado en la década del ’50 por el político y activista por la independencia Jaramogi Oginga Odinga, quien luego fue vicepresidente del país entre los años 1964 y 1966 cuando la nación se liberó del yugo británico. Ese mismo año el Luo Union se divide y varios jugadores forman el Luo Sports Club, que termina ocupando el lugar que le correspondía al Union en la liga. Esto facilitó que el Abaluhya United obtenga sus dos primeros títulos. A fines de 1967 se comienza a discutir la unificación de ambos clubes, incluyendo una intervención del ministro de economía de aquel entonces, Tom Mboya. Finalmente el 17 de Febrero de 1968 se llega a un acuerdo y ambos clubes se unifican dando lugar al Gor Mahia. Otra vez, el nombre ya nos habla de la identidad étnica del equipo: En la mitología Luo, un médico chamán muy importante es Gor, nieto de Ogalo, mas conocido como Gor Mahia. También el apodo del equipo, k’Ogalo, es otra forma de referirse a este mítico personaje.
De esta manera nacieron los dos equipos mas importantes del fútbol keniata aún hasta el día hoy, y la rivalidad entre ellos encumbrada en lo que se conoce como el Mashemeji Derby. El Gor Mahia es el equipo mas exitoso del país, teniendo 18 títulos de liga local, diversas copas y un título internacional, la Copa Africana de Ganadores de Copa (luego rebautizada como CAF Confederation Cup) en 1987. También son los claros dominadores en la actualidad, habiendo ganado seis de las últimas siete competiciones locales disputadas. El AFC Leopards logró doce títulos, aunque hace mas de dos décadas que no puede ganar una liga oficial, siendo la última la que obtuvo en 1998. El Gor Mahia también domina el historial entre ambos, con 30 partidos ganados ante los 23 del Leopards, y lleva un invicto de cuatro años.

Esta rivalidad deportiva, donde ambos equipos hegemonizaban el fútbol local, no hizo mas que exaltar las diferencias tribales existentes. Los partidos disputados en el mítico Nyayo Stadium atraen decenas de miles de espectadores, y tienen delimitadas las secciones para cada grupo étnico, aún aunque no haya un clásico disputándose. Los episodios de violencia suelen ser comunes, así como los largos festejos por las calles de Nairobi cuando uno de los dos equipos obtiene el clásico. Y durante mucho tiempo, ningún jugador de origen Luo o Luhya jugaba en el equipo rival. Con la mayor profesionalización del fútbol y con mejores oportunidades de pago, esta “regla tácita” comenzó a romprese, pero no sin amoldarse a esta rivalidad. Si un jugador Luhya, por ejemplo, comienza a jugar para el Gor Mahia, la hinchada lo rebautiza con un nombre propio de su tribu.

Si bien el clásico y el fútbol keniata en general tuvo un declive importante durante la década del ’90, en los últimos años se ha vivido un renacimiento importante de esta rivalidad. Las redes sociales, un mayor interés en el fútbol local, y un mayor foco de disputa entre ambas tribus y el grupo étnico dominante, le han dado un nuevo lugar a este derby que es uno de los más importantes y más apasionantes del fútbol africano.

Entregas Anteriores
1-Angola: El goleador Chico Gordo
2-Argelia: MC Alger Champions 1976
3-Benín: Vitalor Ligue 1
4-Botswana: Los estadios
5-Burkina Faso: Las Juveniles
6-Burundí: El presidente
7-Cabo Verde: La Copa Amílcar Cabral
8-Camerún: Oro olímpico en Sydney 2000 por Juan Pablo Gatti
9-Chad: La extrañeza de gritar campeón
10-Comores: La ilusión de Bachirou
11-Costa de Marfil: Fútbol y guerra civil
12-Egipto: Míster Hassan Shehata
13-Eritrea: Fútbol en las sombras por Juan Zavala
14-Etiopía: La reina del fútbol etíope
15-Gabón: En el nombre del padre por Juan Manuel D'Angelo
16-Gambia: El árbitro Gassama
17-Ghana: La pasión de Abbey
18-Guinea: Los años dorados del Hafia
19-Guinea Bissau: ¿de referente a presidente?
20-Guinea Ecuatorial: El Mariscal Gomes

martes, 9 de junio de 2020

Un país,una historia: GuineaEcuatorial

Rui Fernando Da Gracia Gomes Casalvas, más conocido como Rui, es desde hace una década uno de los habituales en el seleccionado de Guinea Ecuatorial. El hoy jugador del Gimnástica Segoviana FC dialogó con nosotros para el capítulo de su país en la sección Un país, una historia. Desde sus comienzos en el fútbol admirando lo que hacía Emilio Butragueño hasta la actualidad con sus entrenamientos en tiempos de coronavirus. Una linda charla con el Mariscal Gomes.
-¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol?
-Gracias a mi hermano que jugaba con sus amigos le fui cogiendo afición al deporte. Desde pequeñito me gustó el Real Madrid y mi jugador favorito era Emilio Butragueño. Me fijaba mucho en él, esos regates en seco que tenía eran espectaculares. En síntesis mis inicios fueron a través de mi hermano y viendo el fútbol del Real Madrid.

-¿Cuál es tu relación con Cabo Verde?
-Mis padres son de allí y a mediados de los setenta emigraron primero a Portugal y después a España. Me une algo con el país por ellos y es un país que me gusta en el que tengo amigos y familia. Es un sitio para visitar porque es hermoso. Deportivamente hablando podría haber jugado por los Tiburones Azules pero nunca tuve ningún contacto con ellos.

-¿Cómo se dio tu llegada al seleccionado ecuatoguineano?
-Llegué en 2010. Me habían contactado un tiempo antes a través de Benjamin Zarandona, que fue rival y luego compañero a nivel clubes. Fue él quien me comentó un poco la situación del país y del seleccionado y finalmente se dieron las condiciones para sumarme.

-¿Qué significa ser parte del Nzalang Nacional?
-Es la cosa más más hermosa que me ha tocado en mi carrera, o la que yo más destaco. La relación con mis compañeros y con los técnicos siempre ha sido muy buena. La verdad es que siempre se ha juntado un muy buen grupo. Mis primeros partidos me encantaron y fueron muy novedosos desde el punto de vista de descubrir la realidad del fútbol africano. Pasé de solamente verlo a sentirlo y vivirlo de primera mano.

-En 2012 fueron uno de los anfitriones de la CAN, ¿cómo fue esa experiencia?
-Describir nuestra primera Copa África es... verte en un torneo que años anteriores veía por televisión, y de la noche a la mañana encontrarte en el terreno de juego con todos esos jugadores de tanto nivel fue increíble. Lo viví de una manera muy intensa y siempre tratando de dar el máximo por Guinea Ecuatorial. Además, era nuestra primera participación y todos teníamos una ilusión enorme y fue muy productiva.
-África tiene grandes delanteros, ¿cuál fue el que más sufriste?
-Lo fácil siempre es decir Didier Drogba, porque es un jugador que todo el mundo lo conoce y por todo lo que ha hecho en su carrera. Pero también Demba Ba -con Senegal- o Aristide Bancé -con Burkina Faso- han sido delanteros muy fuertes y potentes y por lo tanto difíciles de marcar.

-En 2015 nuevamente jugaste la CAN de la mano del entrenador argentino Esteban Becker, ¿qué recuerdos tienes?
-Fue genial por cómo se dio. Con un cambio de entrenador que provocó la llegada de Esteban quien, con su equipo de trabajo, organizó todo en poco más de un mes. Consiguieron un equipo súper competitivo y muy renovado. Incluso para nosotros las expectativas fueron mayores a medida que avanzaba el torneo ya que empezamos a tener más confianza para alcanzar un cuarto lugar que es histórico. Tanto Esteban, como todo su cuerpo técnico, el tiempo que estuvieron con nosotros fue maravilloso y lo disfrutamos mucho. Esteban es una persona muy pasional y de la cual aprender que nos guió y nos llevó a un nivel más alto, demostrando que a pesar de ser un país pequeño podemos plantarle cara a cualquiera.

-¿Qué opinión te merece la polémica que siempre gira en torno a las nacionalizaciones fraudulentas en Guinea Ecuatorial?
-Es algo delicado y triste a la vez porque nos sancionan por cosas así. Hay muchas selecciones que también tienen jugadores nacionalizados y no pasa nada en absoluto pero bueno... Ojalá que de estos errores se aprendan y considero que al día de hoy el futuro de Guinea Ecuatorial está más que asegurado con jugadores de descendencia del país o nacidos en el mismo que han crecido mucho y ojalá lo sigan haciendo para que sus niveles y el de nuestra selección sea cada día mejor.

Con la vuelta al entrenamiento en los últimos días, Rui aspira a ingresar en los playoff y buscar el ascenso desde la Tercera División de España. "Es un jugador de gran juego aéreo tanto en ataque como en defensa y con experiencia fuera de España, en Chipre y en Malta. Yo lo llamaba el Flaco Rui y nos transmitía mucha seguridad a nivel deportivo. Marcó a grandes delanteros del continente como Mané, Salah, Trezeguet, Aubameyang, Gervinho y Drogba entre otros A mi entender es similar a Piqué, muy correcto en la salida del balón y de buen pase en corto y en largo. En lo personal gran persona y de mucho valor en el vestuario. Me acuerdo que tenía buena relación con Raúl Fabiani y siempre estaban con algún libro de Valdano o Guardiola", concluye su ex entrenador en el seleccionado Esteban Becker.

Entregas Anteriores
1-Angola: El goleador Chico Gordo
2-Argelia: MC Alger Champions 1976
3-Benín: Vitalor Ligue 1
4-Botswana: Los estadios
5-Burkina Faso: Las Juveniles
6-Burundí: El presidente
7-Cabo Verde: La Copa Amílcar Cabral
8-Camerún: Oro olímpico en Sydney 2000
9-Chad: La extrañeza de gritar campeón
10-Comores: La ilusión de Bachirou
11-Costa de Marfil: Fútbol y guerra civil
12-Egipto: Míster Hassan Shehata
13-Eritrea: Fútbol en las sombras
14-Etiopía: La reina del fútbol etíope
15-Gabón: En el nombre del padre
16-Gambia: El árbitro Gassama
17-Ghana: La pasión de Abbey
18-Guinea: Los años dorados del Hafia
19-Guinea Bissau: ¿de referente a presidente?

jueves, 4 de junio de 2020

Glorias de África: Hervé Renard

[Por Diego Martín Yamus] Como recordarán, las Glorias de África no son exclusivamente africanas, pueden ser extranjeros que hicieron grande al continente. Hemos escrito de entrenadores que han sembrado y cosechado buenos frutos en su árido suelo. Uno de ellos es el francés Hervé Renard (30 de septiembre de 1968, Aix les Bains), un perfecto desconocido hasta en su país. Hasta que la victoria le cambió el destino.
Renard fue futbolista en el puesto de defensor entre 1983 y 1998. Debutó en el Cannes, entonces en la Ligue 2, y ascendió en 1988 aunque sólo jugó un partido en la Ligue 1 en 1989. En 1991 pasó al Stade de Vallauris, un modestísimo del interior, donde marcó sus dos primeros goles, y en 1997 a otro del interior, SC Draguignan, en el que convirtió otro gol y se retiró en 1998. Fue allí mismo donde empezó una incipiente carrera de técnico durante dos años, haciéndolo progresar hasta el Campeonato Amateur de la Liga. Al mismo tiempo trabajaba como personal de limpieza, esto de mañana y el fútbol en la noche, llegando a crear su propia compañía de limpieza.

En 2002 conoció al gran Claude Le Roy, entrenador icónico no sólo en Francia sino en África, y fue su asistente entre ese año y 2003 en el Shanghai Cosco chino y más tarde en el Cambridge United de la cuarta división inglesa, al que luego dirigió. De allí cruzó continentes para ir a Vietnam, al Song Da Nam Dinh, al que llevó hasta el subcampeonato a dos puntos del campeón. Retornó a Francia y tomó a otro pequeño, el AS Cherbourg, hasta 2007.

Nuevamente bajo la tutela de Le Roy, comenzó ese 2007 su vida más importante: en África. Fue ayudante en Ghana y en 2008 fue contratado por Zambia, a la que condujo al tercer lugar en el primer Campeonato Africano de Naciones (CHAN) en 2009 en Costa de Marfil, y en 2010 a los cuartos de final de la Copa Africana (CAN) por primera vez en 14 años. Tras la CAN de Angola, volvió allí en abril para tomar a la selección roja y negra, pero al no recibir su paga renunció en octubre. Así pasó al USM argelino en 2011, pero una cláusula en su contrato le permitía firmar con otro equipo. Entonces Kalusha Bwalya, gloria de Zambia y hoy presidente de su Federación, lo fue a buscar para su retorno ese mayo de 2011. En buena tarea, Renard logró clasificar a los del cobre por un punto sobre Libia para la CAN de 2012 en Gabón y Guinea Ecuatorial.
Zambia ya había jugado dos finales y perdido. De la mano de Renard y con los pies de Chris Katongo y Mayuka fue progresando, ganando el Grupo A, dejando afuera a Sudán y Ghana y arribando a su tercera decisión ante Costa de Marfil, el 12 de febrero en Libreville, capital de Gabón, un lugar tristemente familiar donde aquel plantel que quería Mundial se perdió en el accidente aéreo de 1993. Los actuales protagonistas fueron antes del encuentro con su técnico a visitar el lugar de la tragedia. Y se inspiraron en sus espíritus para seguir sus pasos. Y tras un tenso partido igualado a cero, en los tiros desde el punto penal lo lograron y les dieron su merecido homenaje. De paso, el desconocido Renard consagraba su nombre.

El francés estuvo unos meses más hasta la siguiente CAN, donde en 2013 en Sudáfrica, después de quedar afuera en la primera fase se marchó, criticando a la Confederación Africana (CAF) por no permitir a Zambia disputar como campeón continental la Copa Confederaciones. Enseguida volvió a Francia y casi salva al Sochaux del descenso a la Ligue 2, pero cayó 0-3 con el Évian en la última jornada y bajó. Entonces Costa de Marfil lo buscó tras su fracaso en el Mundial de Brasil para reemplazar a su compatriota Sabri Lamouchi, y Hervé lideró a los Elefantes en la Copa Africana que se haría sólo en Guinea Ecuatorial.

Los marfileños, ya sin Didier Drogba y con un recambio importante, buscaban su segunda CAN tras la de 1992 contra Ghana. Con mucho esfuerzo pasaron la primera fase eliminando nada menos que a Camerún, para luego hacerlo con Argelia en alargue y la República Democrática del Congo en semifinales y llegar a una nueva final, justamente contra los ghaneses. Y ese 8 de febrero en el Estadio de Bata, volvieron a hacerlo como en el 92: 0-0 y larga definición por penales. Como fue la suya de 2012, Renard se consagró de vuelta y esta vez con otra selección, siendo algo inédito para la historia africana.
Pero el nuevo sacacampeones no detuvo su travesía por África. Luego de un fracaso con el Lille de su país, en 2016 fichó con Marruecos, y pese a ser marginado en cuartos de final de la CAN 2017, continuó en la búsqueda de un Mundial para los Leones del Atlas. Tras dos empates sin goles, uno de local ante Costa de Marfil, dos sensacionales goleadas a Malí y Gabón le abrieron la chance y el 11 de Noviembre, un enorme triunfo sobre los marfileños de visitante 2-0 los llevó a su primera Copa del Mundo en 20 años. Renard los guió en Rusia, pero esta vez no tuvo el mismo destino en el fortísimo Grupo B, donde cayó con Irán y Portugal por la mínima y tuvo en jaque a España ganándole hasta los descuentos, cuando Yago Aspas empató 2-2 en offside. Igualmente, el entrenador fue confirmado para la siguiente Copa Africana en Egipto 2019. Sin embargo, una inesperada derrota con el modesto Benín en octavos de final por penales los eliminó. Renard se adjudicó la responsabilidad y se fue, dejando alto su prestigio que además le valió ser nombrado entrenador del año por la CAF en 2012, 2015 y 2018.

Rápidamente el ya clásico francés tuvo una nueva chance pero en un nuevo continente: Asia. En julio de 2019 Arabia Saudita lo contrató para su selección, y aunque el comienzo fue en falso con una pobre actuación en el Campeonato del Oeste de Asia, sí se encaminó en las actuales eliminatorias para Qatar 2022, cuando venció a Uzbekistán 3 a 2 de visitante y es su escolta en el Grupo D, esperando entrar como ganador o mejor segundo a los dos grupuos de seis que clasificarán a dos países al Mundial. Cuando este tiempo de coronavirus deje reanudar la actividad, Hervé Renard buscará otra vez un pedacito de gloria. Por si ya no tiene suficiente en África con dos títulos grandes con dos países diferentes.

martes, 2 de junio de 2020

Novedad: Libro a la venta

Desde ayer 1 de junio está disponible mi libro "Fútbol Africano: crónicas, historias e investigación". El mismo se puede adquirir a través de la web de la editorial Libro Fútbol. En septiembre de 2019 cumplí 10 años analizando e investigando sobre fútbol africano por lo que sentí que era la hora de plasmar todo ese trabajo y toda esa pasión en un libro. A pesar de que no hace mucho pude conocer algo de África, con viajes a Senegal (2015), Marruecos (2018) y Egipto (2019), todo este tiempo de seguimiento y búsqueda me ha llevado a sentir un gran placer por transmitir el desarrollo del deporte más lindo del mundo en el continente africano.
El libro se estructura en dos grandes bloques: el primero conformado por diez apartados, si se quiere más generales, yendo desde los primeros pasos del fútbol en el continente hasta la problemática de las edades y las nacionalidades y pasando por la religiosidad, el fútbol femenino y las participaciones mundialistas, entre otros. En tanto que la segunda parte, se divide por zonas geográficas del continente para contar historias de más de veinte países de África. Fue por todo esto que decidí soñar este libro con historias del fútbol africano que hoy, luego de tanto esfuerzo y trabajo, se hace realidad y podrá llegar a sus manos. Así que a disfrutar…

CONTRATAPA
África es la dimensión negada del relato futbolero. Podrán asumirlo quienes llevan décadas de relación con el conocimiento de lo que la humanidad expone en las canchas: la narrativa del fútbol, las noticias del fútbol y los focos del fútbol funcionan auscultando los latidos europeos y americanos, latidos que son inequívocamente fuertes pero que, a la vez, no son los únicos latidos. Ahí anda latiendo, latiendo mucho y latiendo fútbol, tanta África que Pancho Jáuregui evidencia como para que la invitación a oír esos latidos sea más que una tentación. Así que la tarea necesaria y seductora exige abrir los ojos completos: enfrente, en estas páginas, están el fútbol de África y África. Es, entonces, un libro para abrir los ojos y encontrar la vida. 

Ariel Scher 

Si África es el continente olvidado, gracias a esta obra de Pancho Jáuregui, el más argentino de los africanos, podremos empezar a conocerlo mejor. El fútbol suele ser la mejor excusa. 

Andrés Burgo

AGRADECIMIENTOS
A lo largo de estos diez años de seguimiento del fútbol africano muchas fueron las personas que me ayudaron y acompañaron en este largo camino.

Por eso, gracias a mi familia y a Paula, mi novia, quienes siempre estuvieron para apoyarme en esta locura.

A mis amigos de Suipacha, a la familia Vedruna y mis compañeros del GMV.

A Pepe Naranjo, por ser el primero en recibirme en África y por su ayuda en mi estadía en Senegal.

A Martín Mazur, Federico Bassahún, Ignacio Fusco, Jorge Blanco, Marcelo Máximo y Javier Lanza por haberme dado la posibilidad de contar muchas de las historias que están en este libro en medios argentinos.

A Alex Cizmic por su ayuda durante le Copa Africana de Naciones en Egipto.

A todos los entrevistados que sumaron sus voces y conocimientos a este libro. Y a todos aquellos que en este tiempo siempre estuvieron dispuestos a compartir sus conocimientos, información o experiencias en el continente africano.

A Komila Diatta y Massar Ba.