Entre mediados de los años ochenta y hasta el año 2000, Liberia atravesó un cruento tiempo de guerras civiles al mismo tiempo que el mejor jugador de la historia del país triunfaba en Europa y ganaba el Balón de Oro siendo el único africano en lograrlo a la fecha. Claro está que hablamos de George Weah, el hoy presidente liberiano.
Para entender la guerra civil de Liberia hay que hablar de Charles Taylor. Fue a fines de 1989 que este liberiano formado en los Estados Unidos regresó al mando del Frente Patriótico Nacional de Liberia (NPFL) para lanzar una rebelión en contra del presidente Samuel Doe y derrocar su gobierno. Parte del accionar de los grupos de Taylor -presentes también en el limítrofe Sierra Leona- se ve reflejado en los miles de jóvenes sierraleoneses y liberianos a los que les faltan alguna de sus extremidades. Es que sus rebeldes sierraleoneses solían cortar brazos y/o piernas a los hombres que se negaban a sumarse a su guerrilla; en tanto que los amputados liberianos solían ser personas heridas en batalla que no podían encontrar un médico a tiempo para salvar su extremidad.
En este contexto, y con el fútbol como una pasión de multitudes que no hace excepciones, cuando las cosas se calmaron esos jóvenes amputados se empezaron a organizar en equipos y pronto varios países africanos formaron sus seleccionados y hasta la Copa África de la modalidad. En Liberia el seleccionado de amputados se ha ido ganando una reputación y sus integrantes se sienten valorados y motivados al poder defender a su país en esta disciplina.
Como refleja The Guardian, en una nota de 2010, los futbolistas se apodan con los nombres de estrellas del fútbol africano. Por ejemplo, "Eto'o" es un joven que soñaba con convertirse en futbolista profesional hasta que un mortero le destruyó su pierna derecha en 2001. Sin trabajo, y con pocas posibilidades de encontrar uno, gracias al fútbol ya no lo discriminan y lo conocen en las calles de la capital Monrovia. Y es que "Eto'o" fue parte del plantel campeón en la Copa Africana para Amputados en 2008, al vencer en la final como local a Sierra Leona. El año anterior el mismo equipo había sido subcampeón.
Ese título ayudó a que cambie un poco la concepción del público en general de los amputados, muchos de los cuales suelen estar pidiendo limosna en las inmediaciones de centros comerciales y en las principales calles de Monrovia. Tras la guerra civil, los amputados solían ser rechazados y hasta los taxistas hacían la vista gorda cuando debían recogerlos volviéndose sus recorridos en largos trayectos de dolor con sus muletas. Es que muchos los ven como los hombres que destruyeron el país. Y en varios casos se trata de hombres que lucharon para las facciones de Taylor o el grupo contrario. Por ejemplo, Moses Koli, apodado Drogba y miembro del seleccionado de una década atrás, fue uno de los niños soldados de Taylor. Se sumó a los 14 años cuando su aldea fue atacada y mató a mucha gente. Pero gracias al fútbol de amputados logró que ante un gol lo abracen por igual, tanto los ex rebeldes como sus ex víctimas.
No obstante, a pesar de ser miembros del seleccionado, la mayoría de los integrantes del equipo liberiano viven en la pobreza o en condiciones muy desfavorables. "Lo único bueno que sucedió fue que la gente comenzó a reconocernos. Solían vernos como insectos, solíamos ser nada ... invisibles para el resto de la sociedad", reconoció Junior Kulie, MVP del título en 2008. "Pero nuestras vidas no han cambiado mucho -agregó-. Todavía tenemos que rogar para sobrevivir". La Federación Mundial de Fútbol Amputados se hacen cargo de los gastos cuando viajan al exterior a disputar torneos, pero una vez de vuelta en Liberia no les queda más que volver a las calles para mendigar y seguir sufriendo la falta de una vivienda digna que a veces los hace dormir en edificios abandonados.
Jimmy Harrison, uno de los pioneros cuando se creó la liga de amputados liberiana en 2006, dice que no puede dejar el fútbol. Entiende que en su país es difícil que sea prioridad la recreación deportiva y el bienestar cotidiano de las personas discapacitadas pero jugando al fútbol puede olvidar las dificultades y simplemente sentirse feliz cuando participa en un partido.
No obstante, a pesar de ser miembros del seleccionado, la mayoría de los integrantes del equipo liberiano viven en la pobreza o en condiciones muy desfavorables. "Lo único bueno que sucedió fue que la gente comenzó a reconocernos. Solían vernos como insectos, solíamos ser nada ... invisibles para el resto de la sociedad", reconoció Junior Kulie, MVP del título en 2008. "Pero nuestras vidas no han cambiado mucho -agregó-. Todavía tenemos que rogar para sobrevivir". La Federación Mundial de Fútbol Amputados se hacen cargo de los gastos cuando viajan al exterior a disputar torneos, pero una vez de vuelta en Liberia no les queda más que volver a las calles para mendigar y seguir sufriendo la falta de una vivienda digna que a veces los hace dormir en edificios abandonados.
Jimmy Harrison, uno de los pioneros cuando se creó la liga de amputados liberiana en 2006, dice que no puede dejar el fútbol. Entiende que en su país es difícil que sea prioridad la recreación deportiva y el bienestar cotidiano de las personas discapacitadas pero jugando al fútbol puede olvidar las dificultades y simplemente sentirse feliz cuando participa en un partido.
En el último tiempo las condiciones del seleccionado de amputados de Liberia no parecen mejorar. En 2015, por ejemplo, el equipo viajó a los Estados Unidos para un torneo que sabían se había cancelado antes de volar desde Monrovia. Ya para ese entonces Liberia tenía en su haber tres títulos continentales (2008, 2011 -video- y 2014) pero decidieron viajar igualmente con el objetivo de dar a conocer sus condiciones de vida y para poder recaudar fondos. El accionar no cayó bien en el gobierno de su país. “Son la única federación que tiene un nuevo autobús; interactuamos con ellos a diario. La presidenta (Ellen Johnson-Sirleaf) ha hecho varias contribuciones a ellos diariamente a través de sus finanzas personales y también a través de los presupuestos de los distintos ministerios. Considero desafortunado que digan que no fueron honrados ni atendidos”, sostendría el ministro de Juventud y Deportes, Eugene Nagbe.
Hace casi un año volvieron los problemas cuando Liberia se preparaba para la CANAF (Cup of African Nations Amputee Football) en Angola y no disponía de los fondos ni del apoyo gubernamental. "Si nuestro equipo no dice presente en Angola sería algo frustrante para el tres veces campeón continental (...) Tenemos que estar allí como campeones defensores. Si no se iza nuestra bandera, será una desgracia”, sostuvo George Cooper, el presidente de la Federación de Amputados de Liberia.
Finalmente intercedió el ya para ese entonces presidente Weah y las cosas se solucionaron. Después de varias semanas de buscar el apoyo, el mismo llegó luego de una visita de los interesados a las oficinas del presidente. “Estamos muy agradecidos con nuestro Presidente, que ama el juego, y ha hecho mucho por él, y aún quiere hacer mucho más. La ayuda financiera a los amputados ha demostrado que el presidente Weah es un líder para todos los liberianos y todas las disciplinas deportivas. Podemos asegurarle al Presidente, al gobierno y al pueblo de Liberia que volveremos con el trofeo a nuestro país al final del torneo", manifestó en un comunicado George Cooper.
En octubre de 2019, Liberia pudo estar en la cita en Angola y estuvo cerca de la final. Se tuvieron que conformar con el tercer puesto -venciendo 2-1 a Tanzania- pero al menos este grupo de jugadores -y la disciplina en general en el continente- encuentran en el fútbol de amputados una forma de seguir vinculados al fútbol y de sentirse reconocidos.
Finalmente intercedió el ya para ese entonces presidente Weah y las cosas se solucionaron. Después de varias semanas de buscar el apoyo, el mismo llegó luego de una visita de los interesados a las oficinas del presidente. “Estamos muy agradecidos con nuestro Presidente, que ama el juego, y ha hecho mucho por él, y aún quiere hacer mucho más. La ayuda financiera a los amputados ha demostrado que el presidente Weah es un líder para todos los liberianos y todas las disciplinas deportivas. Podemos asegurarle al Presidente, al gobierno y al pueblo de Liberia que volveremos con el trofeo a nuestro país al final del torneo", manifestó en un comunicado George Cooper.
En octubre de 2019, Liberia pudo estar en la cita en Angola y estuvo cerca de la final. Se tuvieron que conformar con el tercer puesto -venciendo 2-1 a Tanzania- pero al menos este grupo de jugadores -y la disciplina en general en el continente- encuentran en el fútbol de amputados una forma de seguir vinculados al fútbol y de sentirse reconocidos.
Fuentes: The Guardian, Chicago Tribune, Voa News, Front Page Africa y Liberian Observer
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