Frederic Kanouté es uno de los mejores jugadores de la historia más reciente del fútbol de Malí. Aún así, el considerado como uno de los jugadores extranjeros más importantes que ha jugado en el Sevilla (España), no nació en territorio africano sino en Europa, más precisamente en Sainte-Foy-lès-Lyon (Francia). Fue un 2 de septiembre de 1977 que Frederic llegó a este mundo. Futbolísticamente hablando hizo el camino contrario de muchos otros jugadores que nacieron en África pero representaron a selecciones de Europa, como Eusebio, Marcel Desailly, Patrice Evra o Jean Tigana, por nombrar solo algunos.
El padre de Kanouté era de Malí y Frederic creció sabiendo de sus orígenes. “Con nueve años fui por primera vez a Mali y fueron las mejores vacaciones de mi vida. Recuerdo que los niños venían a buscarme para jugar al fútbol en la calle. Cuando vieron que jugaba bien ya sentí que era uno de ellos. Quise jugar sin zapatos, como algunos de ellos, pero no pude correr ni 20 metros”, recordó en una entrevista reciente.
Ya con nueve años Kanouté se perfilaba como alguien distinto. No por llegar desde Europa quería que lo tomaran como alguien superior, por eso tuvo ese gesto para que sus pequeños compañeros de partido lo aceptaran como uno más. "Conocer la cultura en la que se había criado mi padre me impactó de una manera increíble. Desde casi el primer día tuve claro que quería formar parte de esa nación y que mi vida iba a estar ligada a ella con unos lazos muy fuertes. Somos la suma de nuestras experiencias, pero hay algunas que valen más que otras. Ese mes y medio que pase en Mali fue una de las cosas más impactantes que me han pasado hasta ahora. Hay una fuerza que no sé muy bien cómo explicar que siempre tira de mí hacia África", confesó en 2013 a Revista Líbero.
De padre obrero (Oumar) y madre profesora de filosofía francesa (Danielle Effantin), Frederic dio sus primeros pasos en el Olympique de Lyon -debutando en 1997- y pronto empezó a formar parte de las juveniles de Francia (Sub 21 y Sub 20). Dos años después del debut emigró a la Premier League (jugó en West Ham y Tottenham) y para 2004 el espigado delantero tuvo su primera experiencia oficial con el seleccionado de Malí: la Copa Africana de Naciones (CAN) en Túnez. Allí fue referente junto a Seydou Keita, Mohamed Sissoko y Mahamadou Diarra y con cuatro goles una de las figuras de las Águilas dirigidas por el francés Henri Stambouli que culminaron cuartas.
En 2005, y con el visto bueno de Monchi, Kanouté llegó al Sevilla donde tendría sus mejores años. En siete temporadas el número 12 convirtió 136 goles para convertirse en el extranjero con más goles en la historia del club. Pero no fueron solo goles; ganó dos Europa League, una Supercopa de Europa, dos Copas del Rey y una Supercopa de España. "Bienvenido siempre serás a tu casa, bienvenido seas al Sánchez Pizjuán (...) La victoria vino enredada en tu pierna y aquí quedó tu alma en cada balón (...) El 12 en la camiseta como único armamento, guerrero sevillista, conquistador de sueños. Mensajero de sonrisas en la Ciudad de los Niños. Cuánto abrazo te debemos, risas, lágrimas y gritos. Cuánta gloria rojiblanca ha nacido de tus botas cuándo junto hemos cantado", le cantó el Arrebato en su despedida.
No es al azar la mención de la Ciudad de los Niños en la canción de Arrebato. En 2009 Kanouté fue premiado por UNICEF cuando su Fundación estaba construyendo una ciudad para los niños malienses en la capital Bamako. "La idea me vino a los veintipocos años -contó en 2018 a FIFA-, cuando estaba en el Reino Unido. Sin duda, mi educación, mi crianza, mis orígenes, mi fe y mi familia me influyeron en la manera en la que entiendo la vida y lo que quiero hacer con ella. Cuando me hice futbolista profesional, ese sentido de la responsabilidad creció aún más. Después de hacer algunos viajes al país natal de mi padre empecé a sentir la necesidad de hacer algo para ayudar a cambiar las cosas. Sin saber muy bien todavía lo que iba a hacer, sentí que la educación en general y poner a las personas en primer lugar, en particular a los niños, era la única manera de conseguir un cambio sostenible".
Al momento de la inauguración oficial en 2011, Sakina -el nombre de la ciudad gestionada por Kanouté- lo hizo albergando 25 niños huérfanos proporcionándoles educación, protección y salud. Los partidos denominados "Champions For África" fueron muy importantes para recaudar los fondos necesarios para que el proyecto avance. "Es una palabra de raíz árabe que significa paz interior, y eso es lo que espero que los niños que acogemos tengan aquí durante su crecimiento", dijo Frederic el día de la inauguración para explicar el significado de Sakina.
Siete años después había en Sakina 67 niños y lugar para casi 100 más. "Sakina da prioridad a los niños más necesitados. Pero Sakina y la Fundación Kanouté trabajan y tienen fe en el efecto mariposa: queremos usar nuestra aldea y nuestra organización como una plataforma y una incubadora de la que emerjan nuevas ideas y conceptos, con el fin de que se pueda beneficiar más gente", dijo Knaouté en 2018.
Ya para ese entonces el goleador se había retirado. En el seleccionado jugó hasta 2010, con goles en la CAN 2008 (1) y 2010 (2) que no alcanzaron para superar la fase de grupos. Su buen nivel en Europa con el Sevilla le posibilitó ser elegido el mejor jugador de África en 2007. También aportó lo suyo en la etapa eliminatoria para los Mundiales Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 pero Malí no estuvo ni siquiera cerca de obtener su primera clasificación mundialista. A nivel clubes, se fue en 2012 del Sevilla y al año siguiente se retiró en el Beijing Sinobo Guoan (China).
A través de Sakina y de la Kafo Academy, fundada en Dubai luego de mudarse allí tras el retiro, Kanouté sigue con sus proyectos de caridad y ligado al fútbol. La Academia trabaja con más de 200 niños de entre 5 y 15 años. Además, en 2015 el ex goleador del Sevilla comenzó con 12MANagement con representación, asesoramiento y acompañamiento a varios jóvenes jugadores africanos que ya se destacan en Europa, como los malienses Moussa Djenepo (Southampton) y Sekou Koita (Red Bull Salzburgo) o los zambianos Patson Daka y Enock Mwepu (ambos del Red Bull).
Frederic Kanouté, un hombre que siempre busca actuar de la mejor manera posible para acercarse a Dios a través de todos los medios que Él le dio según sus propias palabras. Un ex goleador que aspira a ser recordado "como alguien que hizo todo lo que pudo por agradar al Señor a pesar de todas sus limitaciones humanas". Las últimas noticias hacen mención a la continuidad de su compromiso con sus creencias, empeñado en demostrar en occidente que el Islam es una religión de paz. Según informó The National -medio de Abu Dhabi-, a través de la campaña #Kanoute4SevilleMosque el maliense ya ha conseguido 750.000 dólares del millón que se puso como objetivo para poder construir la primera mezquita en Sevilla en siete siglos. "El fútbol siempre fue mi pasión, siempre me ha gustado jugar fútbol. Se ha convertido en mi carrera, pero el día que conozca a Dios no me preguntará cuántos goles he marcado en mi carrera", declaró en sus tiempos de jugador. Una figura siempre muy comprometida más allá del fútbol.
Ya con nueve años Kanouté se perfilaba como alguien distinto. No por llegar desde Europa quería que lo tomaran como alguien superior, por eso tuvo ese gesto para que sus pequeños compañeros de partido lo aceptaran como uno más. "Conocer la cultura en la que se había criado mi padre me impactó de una manera increíble. Desde casi el primer día tuve claro que quería formar parte de esa nación y que mi vida iba a estar ligada a ella con unos lazos muy fuertes. Somos la suma de nuestras experiencias, pero hay algunas que valen más que otras. Ese mes y medio que pase en Mali fue una de las cosas más impactantes que me han pasado hasta ahora. Hay una fuerza que no sé muy bien cómo explicar que siempre tira de mí hacia África", confesó en 2013 a Revista Líbero.
De padre obrero (Oumar) y madre profesora de filosofía francesa (Danielle Effantin), Frederic dio sus primeros pasos en el Olympique de Lyon -debutando en 1997- y pronto empezó a formar parte de las juveniles de Francia (Sub 21 y Sub 20). Dos años después del debut emigró a la Premier League (jugó en West Ham y Tottenham) y para 2004 el espigado delantero tuvo su primera experiencia oficial con el seleccionado de Malí: la Copa Africana de Naciones (CAN) en Túnez. Allí fue referente junto a Seydou Keita, Mohamed Sissoko y Mahamadou Diarra y con cuatro goles una de las figuras de las Águilas dirigidas por el francés Henri Stambouli que culminaron cuartas.
En 2005, y con el visto bueno de Monchi, Kanouté llegó al Sevilla donde tendría sus mejores años. En siete temporadas el número 12 convirtió 136 goles para convertirse en el extranjero con más goles en la historia del club. Pero no fueron solo goles; ganó dos Europa League, una Supercopa de Europa, dos Copas del Rey y una Supercopa de España. "Bienvenido siempre serás a tu casa, bienvenido seas al Sánchez Pizjuán (...) La victoria vino enredada en tu pierna y aquí quedó tu alma en cada balón (...) El 12 en la camiseta como único armamento, guerrero sevillista, conquistador de sueños. Mensajero de sonrisas en la Ciudad de los Niños. Cuánto abrazo te debemos, risas, lágrimas y gritos. Cuánta gloria rojiblanca ha nacido de tus botas cuándo junto hemos cantado", le cantó el Arrebato en su despedida.
No es al azar la mención de la Ciudad de los Niños en la canción de Arrebato. En 2009 Kanouté fue premiado por UNICEF cuando su Fundación estaba construyendo una ciudad para los niños malienses en la capital Bamako. "La idea me vino a los veintipocos años -contó en 2018 a FIFA-, cuando estaba en el Reino Unido. Sin duda, mi educación, mi crianza, mis orígenes, mi fe y mi familia me influyeron en la manera en la que entiendo la vida y lo que quiero hacer con ella. Cuando me hice futbolista profesional, ese sentido de la responsabilidad creció aún más. Después de hacer algunos viajes al país natal de mi padre empecé a sentir la necesidad de hacer algo para ayudar a cambiar las cosas. Sin saber muy bien todavía lo que iba a hacer, sentí que la educación en general y poner a las personas en primer lugar, en particular a los niños, era la única manera de conseguir un cambio sostenible".
Al momento de la inauguración oficial en 2011, Sakina -el nombre de la ciudad gestionada por Kanouté- lo hizo albergando 25 niños huérfanos proporcionándoles educación, protección y salud. Los partidos denominados "Champions For África" fueron muy importantes para recaudar los fondos necesarios para que el proyecto avance. "Es una palabra de raíz árabe que significa paz interior, y eso es lo que espero que los niños que acogemos tengan aquí durante su crecimiento", dijo Frederic el día de la inauguración para explicar el significado de Sakina.
Ya para ese entonces el goleador se había retirado. En el seleccionado jugó hasta 2010, con goles en la CAN 2008 (1) y 2010 (2) que no alcanzaron para superar la fase de grupos. Su buen nivel en Europa con el Sevilla le posibilitó ser elegido el mejor jugador de África en 2007. También aportó lo suyo en la etapa eliminatoria para los Mundiales Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 pero Malí no estuvo ni siquiera cerca de obtener su primera clasificación mundialista. A nivel clubes, se fue en 2012 del Sevilla y al año siguiente se retiró en el Beijing Sinobo Guoan (China).
A través de Sakina y de la Kafo Academy, fundada en Dubai luego de mudarse allí tras el retiro, Kanouté sigue con sus proyectos de caridad y ligado al fútbol. La Academia trabaja con más de 200 niños de entre 5 y 15 años. Además, en 2015 el ex goleador del Sevilla comenzó con 12MANagement con representación, asesoramiento y acompañamiento a varios jóvenes jugadores africanos que ya se destacan en Europa, como los malienses Moussa Djenepo (Southampton) y Sekou Koita (Red Bull Salzburgo) o los zambianos Patson Daka y Enock Mwepu (ambos del Red Bull).
Frederic Kanouté, un hombre que siempre busca actuar de la mejor manera posible para acercarse a Dios a través de todos los medios que Él le dio según sus propias palabras. Un ex goleador que aspira a ser recordado "como alguien que hizo todo lo que pudo por agradar al Señor a pesar de todas sus limitaciones humanas". Las últimas noticias hacen mención a la continuidad de su compromiso con sus creencias, empeñado en demostrar en occidente que el Islam es una religión de paz. Según informó The National -medio de Abu Dhabi-, a través de la campaña #Kanoute4SevilleMosque el maliense ya ha conseguido 750.000 dólares del millón que se puso como objetivo para poder construir la primera mezquita en Sevilla en siete siglos. "El fútbol siempre fue mi pasión, siempre me ha gustado jugar fútbol. Se ha convertido en mi carrera, pero el día que conozca a Dios no me preguntará cuántos goles he marcado en mi carrera", declaró en sus tiempos de jugador. Una figura siempre muy comprometida más allá del fútbol.
Fuentes: El Gráfico, Europa Press, Mundo Deportivo, Revista Líbero, El Español, FIFA.com y Mundo Islam
Entregas Anteriores
0 comentarios:
Publicar un comentario