[Por Diego Martín Yamus] Ausente de la historia continental desde 1982, cuando en Libia cayó en primera ronda, otro grande del fútbol africano como Túnez tenía que reaparecer. Y el país del Norte lo hizo como anfitrión de la Copa Africana de Naciones por segunda vez, en aquel marzo de 1994, año en que se venía un Mundial muy especial porque era el primero con tres selecciones de la CAF, entre las que no figuraba. Precisamente, postergado en el Africa futbolística desde los 80 en la cancha y fuera de ella, el conjunto rojo y blanco tenía una nueva chance gracias a reemplazar a Zaire, que vivía otro terrible momento de guerra civil, pobreza, enfermedades como el ébola que ya surgía y la dictadura de Mobutu. Por el contrario, la nación afroárabe más pequeña transitaba un tiempo de relativa paz, en el séptimo año de gobierno del presidente Zine El Abidine El Ali, sucesor de Habib Bourguiba, su primero desde 1957. Y en el balompié, las Aguilas de Cártago, a pesar de ser eliminadas de Estados Unidos 94 un año antes por Marruecos, venían en un buen proceso de recambio con Youcef Zouaoui como técnico y futbolistas destacados como Faouzi Rouissi, el arquero El Ouaer, Adel Sellimi, Hamrouni, Mahjoubi o Mohamed Trabelsi. Entonces estaban listos para abrir sus fronteras al campeón defensor Costa de Marfil, Zaire a pesar de su locura, Egipto y su sed de revancha, el subcampeón Ghana, otros del Africa Occidental como Senegal, los retornados Malí y Guinea o los debutantes Gabón y Sierra Leona, la Zambia de Kalusha Bwalya y Nigeria, que quería ser nuevamente mayor. Y también estaban preparados para afrontar el torneo, que tenía un aditamento muy especial para los argentinos, ya que los nigerianos serían rivales de la Selección de Alfio Basile en el Mundial, por lo que el diario Clarín de Buenos Aires envió a su cronista Gustavo Ronzano a cubrirlo. Por otra parte, era el segundo y último con 12 equipos y el segundo con las siempre problemáticas eliminatorias que, nuevamente con retiros, abandonos transitorios y hasta un partido desempate, eran casi una novela que constituyó el arranque de la CAN tunecina.
Precisamente fue el organizador quien el 26 de marzo inició la Copa en el Stade Olympique d´El Menzah de la capital, por el Grupo A, ante Malí y 45 000 seguidores entusiasmados por el retorno de su equipo. Pero el de Youcef Zouaoui decepcionó en su juego y el visitante lo aprovechó ganándole 2-0, con goles de Fernand Coulibaly a los 26 minutos y Modibo Sidibé a los 34. Las estrellas comentadas brillaron por su poca luz y los de Mamadou Keita dieron el primer puntapié propio y el ajeno, ya que Túnez corría así riesgo de quedar eliminado. Pero el 28 apareció Zaire con sus líos políticos a cuestas, y sin embargo derrotó al mismo Malí 1 a 0 gracias a Lemba Basaula a los 48 minutos. El 30 se cerraba el triangular y los tunecinos debían ganar sin vueltas y por cierta diferencia sobre los zaireños. Y empezaron bien con la apertura de su goleador Rouissi a los 41 minutos de penal, pero no alcanzaba. Más aún cuando a los 56 Nsumbu Ngoy igualó para Zaire. El conjunto árabe no tuvo reacción y se bajó de forma inesperada de su CAN ante esos 45 000 hinchas desilusionados. Zaire, entonces, ganaba el grupo con 3 puntos y pasaba a los cuartos de final junto a Malí, con 2. Túnez cerraba una pobre vuelta a Africa con una unidad.
El mismo día inaugural, el 26, Nigeria era seguido por toda Argentina, su futuro rival en el Mundial en junio, al arrancar el Grupo B también en Túnez capital. Como de costumbre, las Aguilas mostraron su fútbol y potencia ofensiva y golearon al novato Gabón 3 a 0, por medio de Rashidi Yekini (siempre vigente, cuarta Copa consecutiva) a los 18 y 88 minutos y Mutiu Adepoju a los 72. Así los de Clemens Westerhof, ya con 4 años en el cargo, comenzaban a soñar con lo que vendría. El 28 le tocó el turno al renovado Egipto, que quería también un poco de alegría tras tantas frustraciones y lo hizo ante los débiles gaboneses por 4 a 0, con tantos de Mansour (1´), El Gamal (22´) y Abdel Samad (55´ y 69´), poniéndose primero. Y los Faraones confirmaron su victoria de zona y su pase al igualar a cero con los nigerianos. Egipto cosechó 3 puntos igual que Nigeria, pero mejor diferencia a favor, más 4 contra más 3, y los dos pasaron a cuartos. Gabón no sumó nada.
Mientras todo esto ocurría en Tunisia (como suele llamarse a la capital), a 140 kilómetros al sur se encontraba Sousse, sede de los otros dos grupos. El 27 de marzo por el C, el campeón reinante Costa de Marfil, con la base del 92 pero entrenado por el polaco Henryk Kasperczak, comenzó la defensa de su título con todo: 4 a 0 al otro debutante, Sierra Leona, cortesía de Tchiressoua Guel a los 34 minutos y un triplete del ascendente Joel Tiehi a los 9, 67 y 75, delante de unos 10000 espectadores en el Stade Olympique. El 29, se presentó Zambia ante los sierraleoneses, y parecía que los de Bwalya también iban a hacer muchos goles, pero el tablero final marcó un increíble empate en cero. Cuando nadie tampoco lo esperaba, el 31 de marzo los zambianos le ganaron a los marfileños con tardía conquista de su artillero suplente Kenneth Malitoli a los 80 minutos, para llevarse el grupo con 3 puntos y clasificarse a cuartos junto a Costa de Marfil que sumó 2. Sierra Leona concluyó con 1 pero sin marcar en la red.
Y el D, en la misma Sousse, también fue cambiante, vestido de Africa Occidental, que contaba con 8 equipos sobre 12. Ghana, Guinea que volvía luego de su anterior presencia en 1980 y Senegal, otra vez con Jules Bocandé pero ahora como entrenador junto a Boubacar “Locotte” Sarr. Justamente los subcampeones, ahora con el ex ganador de la CAN Emmanuel Aggrey-Fynn en el banco, arrancaron con triunfo por 1 a 0 ante los guineanos, obra a los 87 minutos de Charles Akonnor, uno de la generación Sub 20 segunda del mundo en Australia 93. El combativo Guinea parecía dar pelea y así empezó ante su vecino Senegal, con gol de su superfigura Aboubacar “Titi” Camara a los 44 minutos. Pero los Leones de la Teranga dieron vuelta el partido en cuatro minutos: Gueye igualó de penal a los 46 y Tendeng desniveló a los 50, dando la victoria a su selección y marginando a Guinea. Sólo quedaba por decir quién era el primero de la zona, lo que Ghana respondió con otro agónico 1-0 sobre los senegaleses gracias a Prince Polley a los 88´. El vicecampeón obtuvo su pasaje a cuartos con 4 puntos, Senegal lo siguió con 2 y Guinea lo miró de afuera, sin unidades.
El 2 de abril era el primer día de los cuartos de final 94, en El Menzah de Túnez. Como dos años atrás, Nigeria postergaba a Zaire pero ahora 2 a 0, con el mismo autor de entonces, Yekini, a los 51 y 71 minutos, éste de penal. Luego, Malí confirmó lo de la primera ronda cuando marginó a Túnez,;ahora lo hizo con el pobre Egipto por 1 a 0 por el gol de Soumaila Traoré a los 64 minutos. El 3, en Sousse, Zambia avanzó sobre Senegal también por la diferencia menor gracias a Evans Sakala en el minuto 39. Y por último, Costa de Marfil marcó algo así como una paternidad sobre Ghana: después de haberlo derrotado en la finalísima del 92, ahora lo eliminó por 2 a 1. Primero apareció Tiehi otra vez a los 30 para los naranjas, pero nuevamente Akonnor empató a los 77. Sin embargo, surgió el legendario Abdoulaye Traoré (que fue suplente los dos primeros partidos) y a los 81 marcó el gol del triunfo, explosión de sus fanáticos y pase a las semifinales, como Nigeria, Ghana y Zambia. ¿Pero podrían retener su logro de antaño?
La respuesta dependía no sólo de los Elefantes, sino de nada menos que Nigeria, con quien se encontraban el 6 de abril en la primera semifinal en el estadio Olímpico El Menzah. Y fue un partidazo digno de dos de los mejores africanos del momento, que casualmente un año atrás habían peleado el pasaje a Estados Unidos 94 dos veces, con un triunfo para cada uno. Todas las emociones llegaron antes de los primeros 45 minutos. Michel Bassolé, acompañante de Tiehi en el ataque como lo fuera en el juvenil de Portugal 91, inauguró el marcador a los 19 minutos, pero el defensor Ben Iroha igualó a los 26. Bassolé insistió y movió la red por segunda vez para los campeones a los 31, pero Yekini hizo de las suyas y a los 40 puso el que sería el definitivo 2 a 2 hasta los 90 minutos y los 30 de alargue, así que ambos debían ir a los tiros desde el punto penal, la especialidad de Costa de Marfil y su arquero Alain Gouamené, que así había levantado la CAN anterior. Pero aunque Gouamené salvó el penal de Siasia, sus compañeros Bassolé y el sustituto Amani erraron, Yekini marcó y Nigeria regresó a la gran final. En la otra no hubo tanto misterio, ya que por fin Zambia mostró su poderío y goleó 4 a 0 a Malí, con tantos de Litana a los 8 minutos, Saileti a los 30, por fin Kalusah Bwalya a los 47 y Kenneth Malitoli a los 73. Así, nigerianos y zambianos disputarían el partido decisivo, en otra final nunca dada. Entretanto, Costa de Marfil demostraba que seguía siendo un grande de esos días terminando una excelente actuación con el tercer puesto el 10 de abril, siempre en Túnez, sobre Malí por 3 a 1 con goles de Adama Koné, empate transitorio de Amadou Diallo y desequilibrio definitivo de Ahmed Ouattara y Donald Sié.
Por aquel abril de 1994, mientras el genocidio de Ruanda estaba en su apogeo y contagiaba a Zaire y otros países de la región, Nigeria también atravesaba el enésimo caos sociopolítico de su historia. Estaba en el poder el general Sani Abacha, otro dictador de la lista relacionada con la Copa, que había encarcelado al antiguo presidente democrático M. K. O. Abiola, saqueado el tesoro nacional y mandado a asesinar miles de inocentes, el tema de nunca acabar. Ni siquiera con el fútbol, adonde las Aguilas llegaban con su vuelo para ratificar por qué eran sin duda el equipo a batir desde su primer entrada a un Mundial en 1993. Pero enfrente también había un poderoso, Zambia, que no jugaba una final desde 1974, aquella del replay con Zaire. Igualmente los del cobre traían la desgracia del 27 de abril de 1993. Y entonces los dos querían hacer feliz a su gente aquel 10 de abril de 1994 en el majestuoso Stade Olympique El Menzah, que para ese día contaba con 25 000 personas en sus tribunas, privilegiados espectadores de un gran encuentro. Privilegiados como el veterano árbitro An-Yan Lim Kee Chong de Mauricio. Y como estos 22 futbolistas: por Nigeria, Rufai; Eguavoen, Iroha, Okechukwu, Okafor; Finidi, Oliseh, Okocha; Amokachi, Yekini y Amunike, los hombres de Clemens Westerhof. Por Zambia eran James Phiri; Mordon Malitoli, Chongo, Litana, Chiyangi; Mulenga, Sakala, Joel Bwalya; Kalusha Bwalya, Kenneth Malitoli y Saileti, los del escocés Ian Porterfield.
Y los dos les dieron rápidamente alegría a su gente, nada menos que dos goles en cinco minutos de juego. El primero fue Zambia, porque Elijah Litana marcó a los 3 con un tremendo cabezazo. Pero dos más tarde apareció Emmanuel Amunike para empatar y recomenzar la lucha. A los 41, Siasia debió reemplazar al gran George Finidi. Pero las Águilas se pusieron adelante otra vez por Amunike a los 47 minutos. Los zambianos intentaron entonces buscar el empate con dos cambios ofensivos, Makwaza por Mulenga a los 60´ y Johnson Bwalya, autor de un gol ante Italia en Seúl 88, por Joel Bwalya, el hermano de Kalusha, a los 70. Mientras que Westerhof cuidaba la ventaja haciendo ingresar al central Ugbade por el talentoso Okocha a los 73. Llegó el minuto 90, el descuento, el pitazo final de Lim Kee Chong y el éxtasis verdiblanco. Por fin, Nigeria terminaba con una racha negra de tres derrotas cumbres en seis años. Por fin repetía la gesta de 1980 en su propio suelo. Por fin ratificaba que era el mejor del continennte en 1993, premiado por la gran revista francesa France Football. Y todo no sólo gracias al gran holandés Westerhof que el 8 de octubre lo llevó a su primera Copa del Mundo, sino a esa generación dorada que ya venía pidiendo a gritos un título, encabezada por cinco que figuraron en el once ideal del torneo: Iroha, Okechukwu, Oliseh, Okocha y por supuesto Yekini, otra vez máximo goleador del certamen con 5. No dejemos de lado al heroico Zambia, que contra tanta desgracia llegó a un excepcional segundo lugar con otro gran plantel liderado por el gran capitán Kalusha Bwalya, secundado por su hermano Joel, el arquero Phiri (reemplazante de Efford Chabala), Litana, Mulenga, los hermanos Mordon y Kenneth Malitoli o Makwaza entre otros. Pero entre los amistosos, la clasificación al Mundial y esta Copa Africana, sólo un nombre era sinónimo de gloria en África: el enorme Nigeria.
Ver también
Egipto, el primer rey de la CAN
CAN 1959: Segundo título Faraón
CAN 1962: Campeonato para Etiopía
CAN 1963: Primera corona ghanesa
CAN 1965: Segundo título para Ghana
CAN 1968: La sorpresa congoleña
CAN 1970: Gloria para Sudán
CAN 1972: La hora del otro Congo
CAN 1974: Festejo zaireño
CAN 1976: Título para Marruecos
CAN 1978: Ghana tricampeón
CAN 1980: Nigeria estrena título
CAN 1982: Ghana y su cuarto título
CAN 1984: La gloria para Camerún
CAN 1986: Egipto festeja tras 27 años
CAN 1990: Victoria en casa de Argelia
CAN 1992: Gloria para los Elefantes
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