
Los acontecimientos en su país han borrado la alegría de su rostro. "No me quiero posicionar y no quiero meterme en cuestiones políticas porque son para los políticos, pero me duele ver a mis amigos y hermanos matándose unos a otros", opina. "Algunos de mis mejores amigos son del norte, otros del sur. Yo soy del oeste. No tenemos problemas entre los marfileños, pero los políticos dividen a las personas. ¿Es esa una razón para matarnos? ¿Por qué no paramos y nos sentamos a hablar?".
"La gente de fuera debería ayudar a devolver la paz. Deberían llevar agua y comida. Eso sí sería preocuparse por los civiles", continúa el delantero del Chelsea. "Entonces sí les respetaría, sí podría decir que realmente se preocupan. En cambio, sí su prioridad es quién gana y quién pierde, entonces no están ayudando a nada".

Mientras recibe nuevas de su padre, con quien no ha podido comunicarse en los últimos tres días, Kalou espera una nueva oportunidad en el banquillo. Ningún otro delantero de la plantilla, ni Anelka, ni Drogba ni el recién llegado Torres -sin estrenar aún su cuenta goleadora- mejoran su promedio goleador por minutos jugados. La llegada de Torres, lejos de deprimirle más, le estimula porque le permite ocupar su posición natural de segundo delantero. "Jugué junto a él ante el City y fue muy positivo. Nos entendimos bien y creamos oportunidades".
Kalou quiere disponer de más minutos para demostrar su verdadero potencial, pero firmaría retirarse en el banquillo si los disparos dejaran de sonar. "Tenemos que parar la guerra. No quiero a mi familia herida, no quiero a mi país destruido. Me da igual quién gobierne. Lo único que me importa es la paz".
0 comentarios:
Publicar un comentario