[Vía Fifa.com] Más del noventa por ciento de jugadores de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA EAU 2013 tienen algo en común: representan a clubes de su país. Apenas un puñado de estos jóvenes talentos ha tenido ya la oportunidad de acumular experiencias en el extranjero.
Es el caso de Mohamed Drager, el único miembro de la selección nacional de Túnez que no milita en un equipo de su país. El mediocampista viste los colores del Friburgo alemán, algo que él interpreta como una obviedad: "Mi madre es tunecina, pero mi padre nació en Alemania", explica Drager en su charla con FIFA.com, quien ya observa diferencias entre ambos estilos de fútbol. "En la selección, el ambiente es muy distinto al que existe en Alemania. Aquí es todo mucho más tranquilo y familiar, lo cual no quiere decir que nos falte concentración en la cancha. Digamos que en el Mundial me siento más liberado, y uno puede demostrar muchas más cosas. De hecho, no sé si en el Friburgo habría chutado de la manera que lo hice cuando me llegó el balón en el duelo contra Japón".
Y es que Drager, de 17 años, anotó contra el combinado asiático su primer gol en partido oficial con Túnez: un derechazo desde la frontal del área que permitió a los africanos soñar durante muchos minutos con ser primeros de grupo. Sin embargo, dos tantos nipones en el tramo final del encuentro relegaron a Túnez a la segunda posición. Fue un choque entre dos conjuntos que dan mucha importancia a la posesión del balón.
Argentina, un duro oponente
"Normalmente los futbolistas tunecinos, en la acción en que marqué gol, habrían intentado acercarse más a la portería o buscar un pase entre líneas. Pero yo he aprendido a terminar las jugadas cuando estoy en el área rival. Tengo rasgos del fútbol europeo. Allí se trabaja mucho la táctica y los movimientos antes de recibir la pelota. Los tunecinos, en cambio, no racionalizan tanto el juego", analiza Drager al más puro estilo de un entrenador.
De haber sido primero de grupo, el entramado de Túnez se habría medido en octavos de final a Suecia, debutante en esta Copa Mundial. Pero su derrota en la última jornada de la liguilla les obliga a cruzarse el martes 29 de octubre con Argentina, vigente campeona de Sudamérica. Ambos combinados se vieron las caras en Málaga en la fase de preparación mundialista, y Túnez obtuvo un meritorio empate 2-2 pese a disputar gran parte del encuentro en inferioridad numérica. "Si nos atenemos a lo que nos hemos propuesto y jugamos disciplinados, podemos llegar muy lejos. Nuestro deseo es quedar entre los cuatro primeros. En el último Mundial de la categoría, la selección sub-17 de nuestro país llegó a octavos de final, pero nosotros queremos superar esa marca".
Además, Túnez está contando con un gran apoyo en los Emiratos Árabes Unidos. Numerosos aficionados se dieron en cita en el estadio de Sharjah para animar a los suyos en los tres primeros partidos, y a buen seguro que viajarán hasta Dubái para llevar en volandas a su equipo contra la Albiceleste.
El fútbol como bálsamo
No obstante, el respaldo de sus compatriotas no sólo se deja sentir in situ, sino que Túnez entero se ha volcado con sus muchachos en este torneo, como nos cuenta Drager. "Los bares y restaurantes de todo el país retransmiten nuestros partidos, lo cual nos hace sentir orgullosos y nos da mucha confianza. Estoy disfrutando mucho. Después de una época complicada por los levantamientos populares, nuestros éxitos están actuando como bálsamo. Y ojalá la selección absoluta se clasifique para el Mundial de 2014. De esta manera, el pueblo tendría un punto en común por el que ilusionarse y las tensiones se relajarían".
Históricamente, el fútbol siempre ha tendido puentes y ha permitido a las personas con dificultades olvidar momentáneamente sus problemas. Ahora, Drager y sus compañeros harán todo lo posible por brindar a su país más momentos de gloria.
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