[Vía Fifa.com] Normalmente, la mayoría de los futbolistas tratan de potenciar sus carreras con un traspaso lucrativo a Europa, a ser posible a clubes de gran prestigio que les abran con facilidad las puertas de la fama y la fortuna. La situación económica es el caldo de cultivo en el que se fraguan los sueños de grandeza de los jóvenes jugadores, y África no es la excepción. La perspectiva de cubrirse de lujos y glorias no es el único deseo que alimenta sus ambiciones; también influye en gran manera la imperiosa necesidad de mantener a sus familiares y allegados con los frutos de su arte.
No obstante, y a pesar de que las ligas de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Portugal y España siguen siendo los destinos preferidos, como demuestra el hecho de que estén repletas de africanos, los futbolistas del continente se fijan cada vez más en otros países del mundo para ganarse la vida con su profesión. En los últimos 25 años, esta diáspora deportiva ha ido creciendo desde aquel goteo de futbolistas de élite a países como Francia, Bélgica y Portugal, de estrechos vínculos coloniales, hasta convertirse en un éxodo masivo con destino a prácticamente todos los rincones del planeta.
A principios de la década de 1990, los futbolistas africanos formaban una minoría incluso en las principales ligas, pero actualmente constituyen una presencia habitual en casi todas las divisiones. A la vez que mejoraba su imagen y reputación, ayudadas por la fuerza de la idolatría con la que se adora a héroes de la talla de Samuel Eto’o o Didier Drogba, también los obstáculos económicos se derrumbaban por doquier. La caída del telón de acero abrió mercados nuevos en el este de Europa, y la idea de que los futbolistas africanos ejerzan su oficio a lo largo y ancho del continente europeo, desde Islandia hasta Kazajstán, se encuentra ampliamente aceptada y asimilada en la actualidad. También fuera de Europa han surgido oportunidades laborales para estos jugadores, concretamente en algunos lugares relativamente novedosos para ellos, pero también en varios de sus destinos habituales en los últimos 40 años.
Del nuevo mundo al viejo
La extinta Liga de Fútbol Norteamericana solía contar con una avanzadilla de africanos, en la que figuraba especialmente el destacamento de Sudáfrica, con el trío Kaizer Motaung, Jomo Sono y Ace Ntsoelengoe a la cabeza. Cuando se inauguró la Major League Soccer en 1996, varios de ellos recalaron en la competición, invitados especialmente como reclamo para promocionarla. Doctor Khumalo representaba a la nueva Sudáfrica, aunque el relumbrón del mediocampista quedó eclipsado por las proezas del ariete Vitalis “Digital” Takawira -foto-, de Zimbabwe.
Actualmente, en los clubes de la MLS militan más de 30 jugadores nacidos en África, con casi una docena de ellos procedentes de Gambia y Ghana. Los gemelos Nyassi, Sainey y Sanna, ya han debutado con la selección nacional gambiana, así como también Mamadou "Futty" Danso, dorsal número 98 del Portland, su nuevo club en la MLS. Otros internacionales afincados en la liga estadounidense son el guardameta Bouna Coundoul (Senegal), Steve Zakuani (RD del Congo), Kei Kamara (Sierra Leona) y Nizar Khalfan (Tanzania), este último en la franquicia canadiense que acaba de aterrizar en el campeonato, el Whitecaps de Vancouver. También confirma la regla el senegalés Birahim Diop, quien regresó a la liga en 2010 después de ocho años de ausencia, durante los que ejerció su oficio en Colombia y Moldavia.
Oriente Próximo y los encantos de los petrodólares han atraído desde siempre a los africanos, muchos de los cuales no han hecho más que reseguir las rutas comerciales que antiguamente unían ambos continentes. Por ejemplo, jugadores de Kenia y Tanzania, surcan habitualmente los mares con destino a Omán, mientras que Etiopía y Somalia abastecen sistemáticamente los clubes de Yemen. Otros países, como Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, efectúan incursiones regulares por los mercados africanos en busca de talentos, a menudo con magníficos resultados.
Los argelinos Rabah Madjer y Ali Benarbia se convirtieron en pioneros en Qatar, y el senegalés Moussa Ndao fue el primer extranjero que se proclamó máximo anotador de la liga saudí, en 1994. De hecho, por esos pagos, un goleador de eficacia demostrada encarna desde siempre el hallazgo supremo. Un repaso a las tablas de la Liga de Campeones de la AFC revela que los africanos han marcado goles absolutamente decisivos. Por la bota de oro de la competición pugnan en estos momentos el costamarfileño Abdul Kader Keita, el argelino Abdelmalek Ziaya y el marroquí Nabil Daoudi, respectivamente en las filas del Al Sadd qatarí, del Al Ittihad saudí y del Emirates emiratí.
Goles a lo largo y ancho del planeta
La India lleva mucho tiempo importando futbolistas nigerianos con el objetivo de mejorar la calidad de su liga, hasta el punto de que los seis máximos goleadores históricos de su primera división proceden de África: cinco de Nigeria, con Odafe Onyeka Okolie a la cabeza, y uno de Ghana. La tónica continúa esta temporada en la que Okolie vuelve a liderar la tabla de anotadores, por delante de su compatriota Ranty Martins Soleye -foto-, quien a su vez destaca como segundo máximo realizador de la I-League de todos los tiempos.
Ibrahima Toure, de Senegal, formado en los juveniles del Metz francés, se ha convertido en toda una leyenda en Irán por una prolífica puntería que ha relanzado su cotización, puesta al servicio del Paykan, del Persépolis y del vigente campeón, el Sepahan. En el otro extremo de Asia, Indonesia posee un gran contingente de futbolistas de Liberia, entre los que destaca James Debbah, ex delantero del Olympique de Lyon, todavía en activo a sus 43 años de edad, si bien mutado en zaguero. Un antiguo compañero de Debbah en la selección nacional, Sunday Seah, que jugaba en Indonesia de guardameta y artillero, milita actualmente en el Ayeyawady United de Myanmar.
Sin salir de la Confederación Asiática de Fútbol, el ghanés Derek Asamoah ha fichado por el Pohang Steelers surcoreano, y el prometedor Adama Traore está disfrutando tanto de su estancia en el Gold Coast United australiano que actualmente considera la posibilidad de abandonar su afiliación internacional costamarfileña y abrazar la de su nuevo hogar.
En cuanto a la CONMEBOL, únicamente unos cuantos africanos han honrado con su presencia la Copa Libertadores, y de entre ellos el que más alto ha llegado ha sido Prince Koranteng Amoako, integrante de aquel equipo del Sporting Cristal de Perú que perdió la final de 1997 a manos del Cruzeiro de Brasil. En estos momentos, Sudamérica es el único mercado que carece de un nutrido grupo de futbolistas procedentes de África, aunque posiblemente por muy poco tiempo.
2 comentarios:
Artículo fantástico, sinceramente no sabía que habría tantos jugadores en la MLS procedientes de África. Y por cierto la pena es que las ligas africanas no ofrezcan el mejor panorama para atraer jugadores, la gran mayoria tratan de escapar y buscarse la vida fuera.
Un saludo, mañana acaba el plazo para votar en los Premios Tócala de cara!
La verdad que sí, hay africanos en donde te imagines. Te dejo el link de una nota que hice exclusivamente sobre jugadores de África en la MLS (http://sportingafrica.blogspot.com/2011/03/28-africanos-en-la-mls.html).
Y hoy sin falta estampó mis votos en la gran iniciativa de Tócala de cara! Saludos!
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