“El análisis del principio era claro, el equipo iba muy mal”, explica a FIFA.com el seleccionador campeón de la CAN 1988, al frente de Camerún. “Era la 35ª nación africana en la Clasificación de la FIFA, y muchos jugadores ya no querían ir convocados. Los acontecimientos políticos en el país hicieron que el fútbol pasase a un segundo plano durante algunos años, así que lo prioritario era devolver la confianza a este equipo y profesionalizar su funcionamiento. La RDC tiene un potencial demasiado grande como para no aceptar estar entre los mejores del continente. Mi cuerpo técnico y yo nos pusimos manos a la obra viendo muchos partidos e insistiendo en la dietética, además de traer un osteópata”, añade el francés, de 64 años.
Desde la derrota sufrida a manos de los Leones Indomables a principios de octubre, los Leopardosestán dando motivos de satisfacción a su entrenador. Después de marcar ocho goles frente a Suazilandia en la primera ronda de la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™, refrendaron su alentador progreso invernal “haciendo que pareciese fácil en las Seychelles”, según el propio Le Roy, en su entrada en liza en la fase previa de la CAN 2013 (0-4). El empate obtenido dos días más tarde ante Egipto (0-0), con “cuatro jugadores nacidos en 1993 y 1994 para terminar el encuentro”, acabó por llenar de orgullo al estratega normando.
Confianza y dinámica
“El desempeño táctico y psicológico del equipo ha sido fantástico, sobre todo a los dos días de la victoria en las Seychelles, acarreando el cansancio del viaje hasta Doha”, señala el ex seleccionador de Ghana. “Tuve la confirmación de la gran calidad de algunos jugadores. Se está creando una confianza y una dinámica, es apasionante. Los futbolistas se alegran de haber venido, se sienten considerados profesionales de alto nivel, con derechos y deberes. Hemos restablecido un buen ambiente, todo el mundo está contento de que estemos juntos”.
En siete partidos sin conocer la derrota, Le Roy ha tenido la confirmación de cosas que ya sabía, y ha constatado otras, aunque sin alejarse nunca del plan trazado cuando regresó al puesto, hace seis meses. La Asociación le encomendó mayores funciones, y, como hacía en Camerún o Senegal, también ejerce de Director Técnico Nacional. “Volver a lo más alto del continente exige un trabajo racional y serio. Este país tiene un potencial increíble, hay que explotarlo”, afirma.
También se va a crear un combinado nacional sub-20, y hay ya dos terrenos de césped sintético a disposición del absoluto. “Para conseguirlo, el Estado va a tener que cumplir sus compromisos. Sin su ayuda será imposible, porque es necesario poder pagar primas, financiar partidos amistosos y concentraciones de preparación”, continúa Le Roy.
El profesionalismo tiene un coste. El amor por la camiseta, no. “La época en la que los jugadores de Europa se autoseleccionaban ha acabado”, advierte el entrenador ganador de la Copa del Golfo 2009 al frente de Omán. Para transmitir ese mensaje, pretende “volver a dinamizar a los jugadores locales”. Se apoya en ellos para reconstruir el equipo, aunque no cierra las puertas a nadie.
“Algunos me llaman para ponerse al día y se acercan de nuevo a la selección. Si hago la lista de los jugadores seleccionables en Europa, hay casi un centenar. Al completo, con nombres como LuaLua, Mbokani y Makiadi, por ejemplo, la RDC puede disponer de un grandísimo equipo. En el plano ofensivo, existe un talento increíble. Prueba de ello es Trésor Mputu -foto-”, asegura Le Roy.
El intenso calendario que les aguarda en junio permitirá extraer conclusiones. Rumbo a Brasil, y al margen de las aspiraciones del francés, Camerún y Togo supondrán peligrosos escollos antes de recibir a las Seychelles en el choque de vuelta de la fase previa de la CAN. Le Roy todavía no ha conquistado nada, pero no le falta ambición, ni a sus Leopardos tampoco.
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