[Vía Fifa.com] Desde 2008, ningún equipo tailandés había ganado un partido de la fase de grupos de Liga de Campeones de la AFC. Por eso, cuando este año el Buriram United FC se metió en dicha ronda, pocos sospechaban el gran trabajo que sería capaz de hacer. En su primer choque se encontró con el Kashiwa Reysol japonés, y a pesar de que el encuentro se disputó en el estadio Buriram, el campeón de la J-League llegó como favorito indiscutible. Sin embargo, al cabo de los 90 minutos, el Buriram se había impuesto por 3-2 para arrancar a lo grande su primera participación en la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Curiosamente, tres representantes de África tuvieron mucho que decir en esa victoria. El ghanés Frank Acheampong, y los cameruneses Herman Ekwalla y Franck Ohandza, contribuyeron enormemente al triunfo del equipo. Acheampong y Ohandza han hablado conFIFA.com sobre sus experiencias en el fútbol tailandés y sobre la emoción de participar en la máxima competición asiática de clubes.
Como muchos otros futbolistas africanos, el joven de 18 años Frank Acheampong soñaba con jugar en Europa. Tailandia representa la primera etapa de ese viaje. "Quería jugar lejos de África. Pero, como en aquella época, por la edad no se me permitía jugar en Europa, decidí empezar aquí antes de dar el siguiente paso", declaró el delantero, que ha militado en el King Faisal Babes y en el Berekum Chelsea de Ghana. "Lo considero una especie de escala antes de dar el salto a cosas mayores", añadió mientras puntualizaba que las “cosas mayores” no tenían que encontrarse necesariamente en Europa: "Puede que sea otro club asiático más importante, aunque al final quiero terminar en Europa".
El salto de calidad
Acheampong -foto-, que ha formado parte de varios equipos juveniles de Ghana, está convencido de que su juego ha mejorado desde que llegó a Asia. "Las instalaciones que tienen aquí son mejores que las de casa, especialmente las de nuestro club”, afirmó con la esperanza de que su mejoría no pase inadvertida en su país natal. "Cuando me llamen [para la selección nacional], estaré listo. He visto los partidos de Ghana y creo que sus jugadores no son mucho mejores que yo. No digo que yo sea mejor, pero por la gracia de Dios he dado el salto de calidad desde que llegué aquí. He mejorado, y opino que podría aportar algo a la selección nacional".
El ghanés se ha aclimatado bien a Tailandia, y le gusta mucho vivir en el país. "Se trata de una cultura muy diferente a la de Ghana, pero también hay similitudes. La gente es muy simpática y siempre sonríe”, aseguró. “Ni siquiera la comida es tan distinta a lo que yo estoy habituado en Ghana, aunque no me gustan los platos que llevan mucho picante".
Si alguna vez añora su país, se va a un restaurante africano a comer fufu (un plato básico de África central y occidental, hecho a base de fécula de tubérculos). También pasa bastante tiempo con los otros jugadores africanos del equipo, pero no convive con ninguno de ellos. Sin embargo, no está muy seguro de cuánto se quedará en Tailandia. "Sigo la filosofía de decidir lo que voy a hacer una vez que llego al sitio, y en realidad quería marcharme pasada la primera temporada; pero, por circunstancias que escapaban a mi control, me quedé. Ahora estoy jugando en la Liga de Campeones, y eso es realmente especial".
Al igual que Acheampong, Ohandza, actual máximo goleador de la liga tailandesa, desea jugar en Europa, pero está disfrutando mucho de su paso por Liga de Campeones. A este joven de 20 años, cedido al Buriram por el Club Brujas belga, le sorprende muy agradablemente el principio de campaña del equipo tailandés. "Se trataba de nuestro primer partido de la fase de grupos, y nos enfrentábamos a un equipo japonés, por eso pensábamos que no íbamos a ganar. Nos alegramos muchísimo del resultado”, afirmó.
Ohandza, para quien la Liga de Campeones no es la primera máxima competición en la que participa, pues el año pasado disputó con su selección la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA celebrada en Colombia, declaró que este triunfo les ha infundido nuevas esperanzas de éxitos. "Podemos hacer un buen trabajo en la Liga de Campeones si nos mantenemos fuertes en casa, y sabemos que precisamente somos muy fuertes como locales. A los tailandeses les encanta el fútbol y nuestros aficionados nos acompañan incluso cuando vamos a jugar muy lejos. Nos motivan y nos estimulan, nos adoran y nosotros los adoramos a ellos, hasta el punto de que en los partidos a domicilio tenemos más espectadores que el conjunto local", afirmó.
Una vez superado al Kashiwa Reysol, Ohandza y sus compañeros se enfrentarán con confianza al Guangzhou Evergrande chino, y después al surcoreano Jeonbuk Hyundai Motors. Sus rivales ya están avisados: nunca infravaloren al Buriram United ni la influencia africana en Tailandia.
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