[Vía Fifa.com] La nigeriana Ebere Orji posee cierta veteranía en los escenarios internacionales, aunque, a sus 18 años escasos, destaca más bien como una de las jugadoras a seguir en la Copa Mundial Femenina de la FIFA que se celebrará en Alemania este año. Orji irrumpió en la arena mundial en 2008 durante las competiciones femeninas sub-17 y sub-20 de la FIFA, y se confirmó como gran promesa dos años después, cuando integraba la impresionante línea de ataque nigeriana que propulsó a su selección hasta la final de la prueba sub-20.
En aquella fase final, Orji fue candidata al Balón de Oro adidas que se concede a la mejor jugadora del certamen y la gesta de su equipo dio un impulso importante al fútbol femenino nigeriano. El triunfo en el Campeonato Africano Femenino ha servido para mantener muy alta la moral de las nigerianas, incluso después de que se conociera el resultado del sorteo de Alemania 2011, en cuya liguilla compartirán grupo con la selección anfitriona, Canadá y Francia.
Orji, la quinta de siete hermanos de una familia de futbolistas, comparte la seguridad en sus propias fuerzas que sienten las representantes africanas de camino a la prueba reina del fútbol femenino.
Usted formó parte del equipo que se enfrentó a las germanas en la final de la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA disputada el año pasado en Alemania. ¿Qué objetivo se ha fijado para la Copa Mundial Femenina del próximo mes de junio, que se celebrará en esa misma nación?
En esta ocasión, mi objetivo en Alemania consiste en llegar a la final de la competición. Si lo conseguimos, volveremos a hacer historia, porque nos convertiríamos en el primer país africano que disputaría la gran final de una competición de la máxima categoría.
Recientemente sufrieron una seria derrota por 8-0 en un amistoso contra Alemania. ¿Están preparadas para corregir los errores que allí se cometieron de cara esta Copa Mundial, donde volverán a enfrentarse a las alemanas en la fase de grupos?
¡Por supuesto! Corregiremos aquel error y la impresión que dejó. Muchos factores contribuyeron a aquella derrota. El tiempo nos afectó, porque hacía un frío tremendo y nosotras no estamos acostumbradas a esas temperaturas. De manera que no se puede echar toda la culpa del resultado al equipo ni a nuestros entrenadores. Si ha visto nuestros partidos en el Campeonato Femenino Africano, en Sudáfrica, se habrá dado cuenta de que jugamos mucho mejor. El clima no ayudó. No estábamos acostumbradas.
Sinceramente, ¿con qué se sentiría satisfecha en Alemania?
En primer lugar, estoy segura de que superaremos el grupo. No tememos a ninguno de los equipos que nos han tocado en suerte: ni a Alemania, ni a Francia ni a Canadá. Estamos preparadas para enfrentarnos a cualquiera. No nos asusta, pese a que mucha gente lo llama “el grupo de la muerte”. Tenemos la seguridad de que podremos reservar el pase a la siguiente ronda de la competición. A partir de ahí, todo es posible.
¿Si Ebere Orji no fuera futbolista, a qué se dedicaría?
[Risas] Estaría estudiando para contable, porque me gusta mucho la contabilidad. Pero agradezco a Dios que el fútbol me haya dado fama y honores. Sigo trabajando con ahínco para lograr más éxitos en este deporte en un futuro cercano.
¿Animará a sus hijos a jugar al fútbol cuando los tenga?
Por supuesto que sí, a mis hijos y a mis hijas. Mientras se interesen por el fútbol, les animaré sin duda alguna. Pero además les animaré a ir a la escuela, porque eso también les servirá para ser buenos futbolistas.
¿Cuáles han sido los mejores y los peores momentos que ha vivido en el fútbol?
Empezaré por el peor momento. Fue el día en el que mi equipo perdió [3-2 en cuartos de final] contra Francia en Chile, en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de 2008. Era mi primer Mundial. El momento más feliz fue llegar a la final de la misma competición el año pasado, donde perdimos contra Alemania, a la postre campeona, en un partido de lo más apasionante. El mejor momento de mi carrera seguirá siendo durante mucho tiempo haber formado parte del equipo nacional nigeriano que pasó a la historia por convertirse en el primero de África que disputaba la final de un Mundial femenino. Pero también estoy deseando contribuir a que mi país repita la gesta este año en Alemania. Esta vez será en un Mundial femenino absoluto.
¿Cómo celebró su familia el hecho de que usted jugara en la final de la Copa Mundial Femenina Sub-20 del año pasado?
La verdad es que con sentimientos totalmente contrapuestos, porque teníamos la pena de haber perdido a mi padre por aquellos días. Pero doy gracias a Dios por todo, porque la felicidad regresó a mi familia con mis gestas en el Mundial. Aliviaron el pesar que había causado la muerte de mi padre.
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