Un 22 de junio de 1986, el argentino Diego Maradona dio forma a una de las jugadas más famosas de la historia del fútbol: la Mano de Dios. Fue por los cuartos de final del Mundial de México y la Argentina se impuso 2-1 a Inglaterra con otro gol de Diego, el para muchos mejor de la historia. En aquel partido, el árbitro fue el tunecino Ali Bennaceur, que no vio la mano y desde aquel momento se convertiría en el amigo eterno de Diego.
"Este fin de semana visité #Túnez, y tuve un reencuentro muy emotivo con Ali Bennaceur, el árbitro del partido contra Inglaterra, en México 1986. Yo le regalé una camiseta argentina, y él me obsequió la fotografía de aquél partido que cuelga en su casa. Mi dedicatoria: "Para Ali, mi amigo eterno"", publicó Maradona en su página oficial de Facebook.
A casi 30 años de aquel partido, Maradona tuvo la ocasión de de visitar a Ali en su país natal y compartir un momento de charlas y recuerdos muy distendidos.
El propio Bennaceur recordó en 2001 ambas acciones en el diario argentino 'Olé'. Del 1-0, se excusó diciendo que uno de los jueces de línea, el búlgaro Bogdan Dotchev, lo dio por válido: "Yo dudé, pero cuando vi que el línea corría hacia el centro, marqué el gol. Era lo que aconsejaba la FIFA". Del 2-0, en cambio, habló con entusiasmo: "Me di el gusto de ver el mejor gol del siglo. Después de arrancar, cada vez que Maradona superaba a un rival, yo le gritaba '¡avantage, avantage!'. Al acabar del partido me acerqué y le dije 'mil veces bravo'".
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