El polaco Ryzard Kapuscinski fue corresponsal en África durante muchos años. En "La guerra del fútbol y otros reportajes", una de las crónicas es sobre Argelia y hace mención al fútbol. Se trata de "Argelia cubre su rostro". "La figura de Ben Bella fascinaba a todo el mundo. El presidente adoraba el fútbol. Dedicaba mucho tiempo a ver los partidos, y tampoco desperdiciaba las ocasiones de jugar. A menudo, entre el trabajo sobre nuevos decretos y la reunión del Buró Político, iba al campo de fútbol para correr detrás de un balón. Su compañero en estos juegos, también futbolista aficionado, era el Ministro de Asuntos Exteriores de Argelia y uno de los principales organizadores del complot contra Ben Bella, Abdel Azis Buteflika", escribió Kapuscinski en 1965.
Ahmed Ben Bella nació en Orán en 1916. A principios de los años 40 llegó a jugar algunos partidos como mediocampista en el Olympique de Marsella, ya que se había trasladado a Francia para enrolarse en el Ejército. Luego se convertiría en uno de los estandartes de la lucha de Argelia por la independencia y en el primer presidente de la República Argelina Democrática y Popular, luego de obtener la independencia de los franceses.
En 1965, un golpe de Estado comandado por su compañero en los picados futbolísticos, Buteflika, le quitaría la posibilidad de seguir liderando un país por el que tanto había luchado. "Soy el mismo que combatió al colonialismo francés", dijo hace unos años en Caracas, donde fue invitado a participar del Encuentro Mundial de Artistas e Intelectuales en Defensa de la Humanidad.
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