[Por Diego Martín Yamus] Por estos días Costa de Marfil es el centro de atracción del fútbol africano con la disputa de la Copa Africana de Naciones. Un país con mucha historia busca repetir hazañas de antaño, como aquella primera consagración en 1992 en Senegal. Aquellos Elefantes (tal su apodo) tenían potencial en cada línea. Y además estaban bien custodiados por Pierre Alain Gouamené Guiahouly, el guardameta que con sus manos ganó gran parte de aquel glorioso título con atajadas en los tiros desde el punto penal.
El número 1 nació en Gagnoa el 15 de junio de 1966 y arrancó en 1986, alrededor de los 20 años en el gran ASEC, el club de la antigua capital Abidjan y de rica vida internacional. Pero sus grandes éxitos vendrían con la selección, a la que fue llamado por el técnico Joseph Diop y se estrenó un 15 de noviembre de 1987, en un 1-2 ante Marruecos por la clasificación a los Juegos Olímpicos de Seúl. Enseguida tuvo su primera salida al exterior, cedido por el ASEC al Lyon II, filial del exitoso club de Francia. Para 1989 ya era titular en el conjunto nacional, con el que sin embargo no logró ningún halago al principio, ya que Costa de Marfil no pudo llegar al Mundial de Italia y además se fue en primera fase de la Copa Africana de Naciones de Argelia en 1990. Más rápido de lo que imaginaría vendría la revancha y su tiempo de gloria.
Regresado del Lyon II al ASEC, sus cualidades lo llevaron a otro grande de África: el Raja Casablanca de Marruecos, que defendió en 1991 y 1992. Y se preparó junto a una generación dorada de jugadores para su siguiente CAN, la citada de Senegal. El de Yeo Martial era un equipo con poco gol pero al que costaba marcarle, más con Gouamené en la meta. Justamente, no fue batido en todo el campeonato, el que además contó por primera vez con 12 países. El primer momento cumbre del arquero y su selección llegó al enfrentar al gigante Camerún en una de las semifinales, y al no sacarse ventajas fueron a los tiros desde el punto penal. Y allí Alain se lució deteniendo los remates de Makanaky y su colega Bell para el 3-1 que los depositó en la final. Ese 26 de enero en el estadio L’Amitié de Dakar, el rival era nada menos que su vecino Ghana, con su constelación de estrellas grandes y las emergentes. También el juego finalizó igualado a cero y debieron desempatar desde el punto penal. Fue una serie de lo más emotiva y larga, donde el guardameta marcó el décimo gol para los suyos. Su compañero Kouamé Aka hizo el tanto 11 y le llegó el turno al gran central Anthony Baffoe. Y Gouamené volvió a dejar su sello y desvió el tiro del zaguero para el inolvidable 11 a 10, la primera alegría marfileña y la suya individual, ya que era obvio que fue incluido en el once ideal del campeonato.
Y mientras del Raja volvía a su club de origen, ese 92 lo terminó jugando la edición inaugural de la Copa Confederaciones, ya desaparecida, donde en la majestuosidad de Arabia Saudita no pudo hacer nada con el campeón de América, la Argentina de Alfio Basile (0-4) y el de la CONCACAF, Estados Unidos, que lo barrió por el tercer puesto 5 a 2. Lo bueno esta vez le sucedió con su club, con el que ganó sus dos primeras ligas locales en 1993 y 1994. Aunque tampoco pudo llegar al Mundial de Estados Unidos, sí se alistó para defender la epopeya de Senegal en su tercera Copa Africana de Naciones, en Túnez; esta vez no pudo hacer magia en la semifinal con Nigeria, el futuro campeón que lo batió en los tiros desde el punto penal, pero sí derrotó a Malí y fue tercero.
En 1994 retornó a Francia, primero al AS Trouville y al año siguiente al Toulouse. Y continuó siendo un destacado de la selección, intentando volver a sus tiempos de gloria en la siguientes ediciones de la CAN, pero no lo consiguió ya que Costa de Marfil no pasó la primera fase en Sudáfrica 96, fue marginado por otro campeón Egipto (otra vez desde once pasos) en los cuartos de final de Burkina Faso 98 y nuevamente en la ronda inicial de Ghana-Nigeria 2000. En ese comienzo de milenio, Alain se despidió primero de su combinado, en el último encuentro de esa Copa con un 2-0 a Ghana, el 31 de enero en la capital ghanesa Accra, lo que no evitó la ida. Y finalmente de la práctica activa del fútbol en el Toulouse. Al menos dejó los tres palos marfileños con la marca de siete Copas jugadas y 24 partidos, récord para su puesto.
Siguió ligado al deporte aportando su talento al servicio de la selección, cuando en 2002 fue entrenador de arqueros, y en 2006, al mando de los juveniles, el Sub 15 y Sub 17. Actualmente dirige a sus compatriotas del Sub 23. Es que a sus 57 años, el hombre que con sus manos le dio gloria a Costa de Marfil en la cancha lo sigue haciendo fuera de ella. Alain Gouamené es así un auténtico Elefante, no sólo del arco.
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