[Por Diego Martín Yamus] Como en tantos lugares de la bella Africa, el fútbol hizo surgir de sus miserias a un país. Angola se independizó de Portugal en 1975, pero la caótica situación civil que vivió a posteriori lo perjudicó notoriamente en su vida, incluida la del balompié. Pero entrado el nuevo milenio, un grupo de chicos de menos de 20 años logró lo inédito y comenzó a poner a la nación del suroeste en el mapa.
Hasta 1999, Angola no había trascendido en el plano juvenil. Habiendo arrancado a competir en 1983, sólo había pasado dos veces la primera fase e incluso no se había presentado otras tres. Ese 99 salió de la oscuridad con un impresionante trabajo ante un grande de la cantera como Costa de Marfil: tras caer 0-4 en la ida, goleó 4-0 en la vuelta y por penales accedió al torneo de Ghana, en el que cayó en sus tres partidos. Pero fue un aviso de lo que vendría dos años después.
La siguiente ruta al Mundial Sub 20 para Angola empezó en agosto de 2000. Y fue con derrota inesperada 1-2 contra un débil Swazilandia. Pero en la revancha los Palanquinhas (Diminutivo de Palancas, antílopes) no dejaron dudas con su 6-1, pasando a la segunda ronda. El 26 de noviembre derrotaron a Burkina Faso 2-0 y gracias a empatar la vuelta sin goles, volvieron a ingresar en la fase final del Africano, que se desarrollaría en 2001 en Etiopía.
Fuertes conjuntos aparecían en el camino angoleño, tales como Ghana, campeón anterior, y Nigeria, ambos estrellas del fútbol juvenil, más el siempre potente Malí. Del otro lado estaban los gigantes Camerún, Egipto y Sudáfrica, más el local que iba a por un pase histórico.
Y el camino para los rojinegros arrancó otra vez cuesta arriba, cuando el 19 de marzo cayeron ante los ghaneses 1 a 0. Más cuando tres días después, su figura Gilberto marcó un doblete pero no pudieron superar a los malienses, y el empate 2-2 los dejó con la obligación de ganar en el último partido del Grupo 2. Pero los garotos de Luis de Oliveira Gonçalves lo hicieron: 2-0 a nada menos que Nigeria, dejando a sus vencidos y a Malí afuera y pasando por primera vez a las semifinales detrás de Ghana.
Y, por lo tanto, a un Mundial, todo un hito en su modesta vida.
Pero habría más, porque los angoleños iban en busca del título. El 28 de marzo tenían que vérselas con los entusiastas etíopes, que llegaban con el ánimo por el cielo tras clasificarse también a la Copa, y contaban con su público. Sin embargo, Angola lo arrasó. Gilberto abrió a los 5, Lolo aumentó a los 13 y aunque Yordanos descontó a los 19, apareció Manuel Pedro Mantorras con un doblete a los 35 y 48 para estirar. Yordanos volvió a achicar a los 69, mas eso fue todo, Viana decoró a los 89 y el tremendo 5-2 llevó a los Palanquinhas a una inédita final, nuevamente ante Ghana, el que lo había derrotado en el debut.
Ese 1 de abril en el estadio de Addis Abeba, había 30.000 personas que iban a ver un probable triunfo de las Black Stars, que querían retener su logro del 99. Pero surgió el delantero Lolo, y con dos goles a los 57 y 85 minutos sorprendió a los ghaneses, a los etíopes, a Africa y a su país mismo, dándole su primer éxito importante, más allá de su Copa COSAFA por la absoluta en 1999.
Y los de Gonçalves viajaron a Argentina, organizador del Mundial de 2001. El sorteo los había encuadrado en el parejo Grupo D con República Checa, Japón y Australia, en la cancha de Newell´s Old Boys de Rosario. Pero Angola pisó firme con dos empates y un triunfo y pasó a los octavos de final. Su estreno en una competencia FIFA ocurrió el 18 de junio, cuando igualó 0-0 con los checos. Con el hondureño José Pineda de árbitro y ante algo más de 1500 personas, los Palanquinhas históricos fueron Lama; Kikas, Dedas, Vemba (Fofana 77´); Chinho (Nelsinho 69´), Castigo, Mendonça, Mateus, Gilberto; Lolo (Rascas 87´) y Mantorras. El 21 obtuvieron un meritorio 2-1 sobre los nipones, con tantos de Mendonça y Rascas a nueve minutos del cierre, y el 24, su 1-1 con Australia (Mantorras) los puso campeones de su grupo y en octavos para verse con la Holanda de Ruud Krol y Louis Van Gaal.
Fue el 27 otra vez en Rosario, pero en el Coloso del Parque Independencia los angoleños no pudieron repetir y cayeron 0-2, concluyendo su igualmente enorme aventura, que sería semilla de un gran futuro.
Porque en 2005, cinco de los monarcas Sub 20 africanos, Lama, Mendonça, Mateus, Gilberto y Mantorras fueron parte de otro hito. En una campaña excepcional, que incluyó un gran 1-0 a Nigeria, y luego de ganarle a Rwanda de visitante con un cabezazo de Akwa faltando 10 minutos, aquel 8 de octubre Angola se clasificó a su hasta hoy único Mundial mayor, el de Alemania 2006.
Fue tal la explosión de alegría del fervoroso público angoleño que el presidente José Eduardo Dos Santos decretó feriado al día siguiente. Y allá fueron los de Oliveira Gonçalves, el mismo hacedor de 2001, cumpliendo una más que decorosa presencia: 0-1 con Portugal de Cristiano Ronaldo, Figo y Pauleta, 0-0 con el México de Ricardo La Volpe, donde su arquero Joao Ricardo fue una muralla, y un 1-1 con Irán, donde si ganaban tenían chance de pasar y enfrentar a Argentina, aunque el gol de Flavio no alcanzó.
En los años siguientes, Angola estuvo lejos de repetir estos tiempos de gloria. Apenas dos veces volvió a pasar la fase 1 del Africano, marginado por Egipto, y nunca pudo imitar en la absoluta aquella epopeya de 2005. Pero el título y el viaje al Mundial Sub 20, ese 2001 de felicidad, que luego se prolongó con la posterior ida a la Copa del Mundo de Alemania, quedó en el corazón del futbolero público angoleño. Y de paso, derrotó a aquella oscuridad de la guerra con la luz del fútbol.
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