[Vía Eco Diario] En el césped del viejo estadio municipal de Aneho, al este de la capital Lomé, varios curiosos se acercaron a vivir un pequeño momento para la historia: el primer partido del campeonato femenino de Togo.
"Si los hombres no consiguen traer trofeos al país, ¡vamos a probar con las mujeres!", afirma Christine Mana Dzodopé, presidenta de la comisión para el fútbol femenino, haciendo referencia a los decepcionantes resultados de los togoleses en la última Copa de África de Naciones (CAN), a principios de este año.
Dzodopé ha tenido que batallar durante meses e incluso ha necesitado la llegada de un nuevo presidente a la Federación Togolesa de Fútbol (FTF) para que se dé este paso en favor de las mujeres. Para ello se concedió una subvención del equivalente a 762 euros a cada club que participa en esta nueva liga.
Los responsables que se fueron sucediendo al frente de la FTF lo fueron prometiendo, pero nunca parecía llegar el momento de dar el impulso al fútbol femenino. Ha llegado por fin la hora de una competición largamente esperada y que arrancó el sábado.
El fútbol togolés se vio sacudido en los últimos años por los escándalos de corrupción que afectaron a su Federación. Durante casi dos años se interrumpieron todos los campeonatos, hasta la intervención de la FIFA. El pasado año volvió la calma tras la tormenta y entre las recomendaciones de la FIFA estaba este fomento del fútbol entre las mujeres, por lo que la ocasión parecía servida en bandeja de plata.
Cuestión de orgullo
Unas semanas antes del inicio de la competición, varios clubes femeninos intensificaron sus sesiones de entrenamiento en pequeños estadios y en la playa. Son 16 clubes los que cuentan con equipos femeninos. Han contratado incluso a entrenadores de alto nivel, de la primera división del fútbol togolés, para que sienten las bases de los equipos femeninos. Para la próxima temporada, los 16 clubes se dividirán en una primera y una segunda división.
"Ese es el primer objetivo", explica Mzodopé. "El segundo es formar una selección nacional", se ilusiona. Para las jóvenes jugadoras, tener una liga propia es un motivo para esforzarse todavía más. "Me hace feliz poder jugar la liga. Mi único sueño es convertirme en una estrella del fútbol como Emmanuel Adebayor", afirma Adjoa, una joven de 17 años, en referencia al futbolista togolés más célebre.
En muchos países del continente africano, el fútbol femenino no tiene una buena percepción social. En la vecina Nigeria, el presidente de la Federación nacional afirmó el pasado año que los malos resultados de su selección femenina se debía al "lesbianismo".
En Togo, la cuestión genera poco debate y el pasado sábado el ambiente en la grada era buena. Algunos incluso afirmaron estar impresionados por el alto nivel de las jugadoras. "Estoy muy orgulloso de ver a nuestras hijas jugando al fútbol. No me esperaba este juego, se ha hecho un gran trabajo", afirmó a la AFP Arnaud Kodjovi, un gran hincha de la selección nacional. Cerca de él, un espectador luce una camiseta amarilla en la que se puede leer "Fan Club Adebayor".
Como es habitual, el fútbol femenino tiene menos tirón popular que el masculino y Togo no es una excepción, pero Dzodopé espera que se pueda ir mejorando. "El deporte no depende de una única persona. Necesitamos fondos del Estado y subvenciones de la FIFA, si no no podremos hacer nada", concluye.
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