[Por Diego Martín Yamus] Dos años después de su nacimiento, la Copa Africana de Naciones viajó al país que defendía el título. Egipto, gran referente del continente por entonces, no desaprovechó la oportunidad de ser campeón ante su gente y se llevó el bicampeonato. Nuevamente sólo tres selecciones tomaron parte de aquella rudimentaria CAN: el local, Sudán y Etiopía, igual que en 1957, ya que Sudáfrica estaba prohibida de participar por la política del apartheid. Por lo que el torneo se redujo a un triangular claramente dominado por los Faraones, que curiosamente se denominaban República Arabe Unida, que formaban con Siria.
El primero de los encuentros en el Al Ahly Stadium de El Cairo fue el 22 de mayo, y Egipto goleó fácilmente a Etiopía 4-0, con tres goles de Mahmoud El Gohary (quien dirigió la selección en el Mundial Italia 1990) y uno de Mohamed El Sherbini. El 25 le tocó el turno a Sudán que venció a los etíopes por 1-0, con gol de Mutalib Nasser “Drissa”, con lo que quedaba con chances de llevarse el título. Pero el 29 de mayo, Egipto no defraudó a los 60000 espectadores y aunque sobre la hora, ganó 2-1 con dos goles de Esam Baheeg (12´ y 89´), mientras Seddiq Mohammed Manzul había empatado a los 65´ para Sudán. Así, el equipo entrenado por el ex mundialista húngaro en 1934 Pal Titkos se llevaba el clásico árabe, el triangular y el segundo de sus 7 títulos africanos.
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