En una entrevista con Fifa.com, el mediapunta internacional zambiano Isaac Chansa se fija como objetivo participar en la Copa Africana de Naciones 2012. Y el próximo compromiso de su equipo es un complicado viaje a Libia este fin de semana, en el marco de la competición preliminar para el torneo continental. En teoría, los zambianos encaran este choque como claros favoritos, aunque no deben subestimar a Libia, organizadora del certamen de 2013. Los libios aspiran a participar en la edición de 2012 y poder foguearse así de cara al certamen del siguiente año, en el que tendrán mayores exigencias. Sin embargo, Chansa afronta el reto con optimismo.
“Aunque todos los partidos de clasificación son difíciles, confiamos en nuestras opciones. Ahora estamos centrados en 2012. Tenemos que conseguir el pase y luego hacer un buen papel en el torneo”, declaró Chansa. “Creo que el equipo demostró sus aptitudes en Angola [donde se celebró la Copa Africana de Naciones a principios de este año, y Zambia cayó en los penales de cuartos de final ante Nigeria], y sabemos que podemos mejorar esa actuación. Libia será un hueso duro de roer, pero es importante que obtengamos un resultado positivo allá. Hay que ganar todos los partidos de casa y luego arrancar un empate fuera en el peor de los casos”.
Zambia disfruta de una cómoda ventaja al frente del Grupo C, tras golear por 4-0 a las Comoras en su estreno. Libia, por su parte, fue capaz de hacer tablas en Maputo contra Mozambique, un rival que exhibió una clara mejoría.
El desempeño de Zambia en la Copa Africana de Naciones le valió numerosos elogios. Desplegando un gran esfuerzo dentro de la cancha, los Chipolopolo se adjudicaron su liguilla y luego dominaron a las Súper Águilas durante gran parte del encuentro. Se están convirtiendo en una de las nuevas potencias del fútbol africano, y suscitan tales expectativas que su nombre suena como uno de los tapados que podrían dar al sur de África su primer campeonato continental tras más de 15 años. De hecho, antes de que los Bafana Bafana fuesen readmitidos en la familia del fútbol mundial y ganasen la Copa Africana de Naciones 1996, Zambia era considerada uno de los pesos pesados de la región, y alcanzó dos veces la final, en 1974 y 1994.
Un factor fundamental para este progreso ha sido la aparición de nuevos talentos que han cautivado a los analistas. Gran parte del mérito se ha atribuido a hombres como Christopher Katongo, su hermano Felix y Jacob Mulenga, cuya contribución está fuera de toda duda, pero Chansa, siempre en un segundo plano, ha sido en muchas ocasiones el motor de la actual generación.
“Ahora tenemos un buen plantel. Contamos con varios jugadores de calidad, como Chris [Katongo], James [Chamanga] y otros. En mi caso, supongo que debo esforzarme cada vez más. No soy una estrella, y no pienso como una estrella, me limito a trabajar y a jugar para el equipo. Mi objetivo es ayudar a Zambia siempre que tenga la oportunidad de hacerlo, y eso es lo que pretendo hacer”, añade Chansa.
Y si bien es innegable que Zambia es un conjunto que viene pidiendo paso, la marcha de su influyente seleccionador, Hervé Renard, ahora al frente de Angola, podría afectar a los Chipolopolo. El nuevo encargado de dirigir al equipo es el italiano Dario Bonetti, a quien Chansa considera una elección acertada. “[Renard] hizo un buen trabajo con Zambia, pero Bonetti también es un buen entrenador”, afirma. “Hay que dejar que se asiente y conozca a todos los jugadores. Ahora el responsable es él, tenemos que apoyarlo, eso es lo importante”.
Chansa dio sus primeros pasos en el Power Dynamos zambiano, antes de poner rumbo al extremo sur del continente en 2004, para fichar por el Orlando Pirates, donde jugó varias temporadas. Posteriormente dejó Sudáfrica y se incorporó al Helsingborgs sueco, y el año pasado regresó al Pirates.
Zambia disfruta de una cómoda ventaja al frente del Grupo C, tras golear por 4-0 a las Comoras en su estreno. Libia, por su parte, fue capaz de hacer tablas en Maputo contra Mozambique, un rival que exhibió una clara mejoría.
El desempeño de Zambia en la Copa Africana de Naciones le valió numerosos elogios. Desplegando un gran esfuerzo dentro de la cancha, los Chipolopolo se adjudicaron su liguilla y luego dominaron a las Súper Águilas durante gran parte del encuentro. Se están convirtiendo en una de las nuevas potencias del fútbol africano, y suscitan tales expectativas que su nombre suena como uno de los tapados que podrían dar al sur de África su primer campeonato continental tras más de 15 años. De hecho, antes de que los Bafana Bafana fuesen readmitidos en la familia del fútbol mundial y ganasen la Copa Africana de Naciones 1996, Zambia era considerada uno de los pesos pesados de la región, y alcanzó dos veces la final, en 1974 y 1994.
Un factor fundamental para este progreso ha sido la aparición de nuevos talentos que han cautivado a los analistas. Gran parte del mérito se ha atribuido a hombres como Christopher Katongo, su hermano Felix y Jacob Mulenga, cuya contribución está fuera de toda duda, pero Chansa, siempre en un segundo plano, ha sido en muchas ocasiones el motor de la actual generación.
“Ahora tenemos un buen plantel. Contamos con varios jugadores de calidad, como Chris [Katongo], James [Chamanga] y otros. En mi caso, supongo que debo esforzarme cada vez más. No soy una estrella, y no pienso como una estrella, me limito a trabajar y a jugar para el equipo. Mi objetivo es ayudar a Zambia siempre que tenga la oportunidad de hacerlo, y eso es lo que pretendo hacer”, añade Chansa.
Y si bien es innegable que Zambia es un conjunto que viene pidiendo paso, la marcha de su influyente seleccionador, Hervé Renard, ahora al frente de Angola, podría afectar a los Chipolopolo. El nuevo encargado de dirigir al equipo es el italiano Dario Bonetti, a quien Chansa considera una elección acertada. “[Renard] hizo un buen trabajo con Zambia, pero Bonetti también es un buen entrenador”, afirma. “Hay que dejar que se asiente y conozca a todos los jugadores. Ahora el responsable es él, tenemos que apoyarlo, eso es lo importante”.
Chansa dio sus primeros pasos en el Power Dynamos zambiano, antes de poner rumbo al extremo sur del continente en 2004, para fichar por el Orlando Pirates, donde jugó varias temporadas. Posteriormente dejó Sudáfrica y se incorporó al Helsingborgs sueco, y el año pasado regresó al Pirates.
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