Fue campeón de la CAN 1974 con Zaire y bicampeón de la Champions Africana con el TP Mazembe en 1967 y 1968. Pero Mwepu Ilunga será recordado por muchos, casi por la mayoría de los amantes del fútbol, por una jugada "curiosa" en el Mundial de Alemania 1974, que tuvo en Zaire a la primera nación del África Negra en disputar un Mundial. Hoy, a los 66 años, en la miseria y el olvido, falleció en el hospital St. Joseph Limete (Kinshasa) después de una larga y penosa enfermedad. En la última CAN disputada en Guinea Ecuatorial había sido el encargado de seguridad de la delegación de RD Congo -ex Zaire-.
En enero de este año, Francisco Ortí logró entrevistarlo vía telefónica para el sitio español El Enganche en una nota titulada "El despeje de Zaire". Repasamos algunas de sus declaraciones como así también la explicación de la jugada que lo llevo a la fama. “Estaba enloquecido. Lo recuerdo perfectamente. Después de que nos clasificáramos para la Copa del Mundo nos invitó -Mobutu, dictador de Zaire- a todos a su palacio y nos regaló un coche y una casa a cada uno. Fue increíble”, recordó Ilunga. “La gente se acercaba a saludarnos y hacerse fotos con nosotros. Era como si nunca hubiesen visto una persona negra (...) No fuimos con la intención de ganar, evidentemente. Estaba Brasil, estaba Alemania, … Había grandes equipos, pero nosotros estábamos decididos a hacerlo bien. No queríamos hacer el ridículo. Íbamos a competir”, destacó sobre la experiencia mundialista.
En el debut fue derrota ante Escocia. A los jugadores se le había prometido importantes primas por clasificarse para el Mundial y tras el encuentro contra los escoceses supieron que no las iban a cobrar. El plantel jugó bajo protesta contra Yugoslavia y cayeron vapuleados. Ilunga quiso ‘borrarse’ y realizó una dura falta por la que vio la cartulina roja, pero el árbitro colombiano Omar Piedraita Delgado se equivocó al completar el acta y le asignó la expulsión a Ndaye Mulamba. Mwepu Ilunga nunca debió haber disputado el partido contra Brasil. No quería disputarlo.
“Antes del partido contra los brasileños unos hombres vinieron a hablar con nosotros. Se presentaron como la guardia presidencial de Mobutu. Él les había enviado para mandarnos un mensaje. Cerraron el hotel para asegurarse que no hubiera testigos y nos amenazaron. Nos dijeron que si perdíamos por cuatro goles o más ante Brasil, ninguno de nosotros podría volver a casa (...) Lo hice a propósito. Por supuesto que conocía las normas del juego. ¿Había jugado muchos años al fútbol antes de ese partido, sabes? ¿Cómo demonios iba a no saber las reglas?”, le preguntó enojado Ilunga a Ortí a principios de este año.
Fue un acto de rebeldía. Un grito contra su gobierno.
“Los jugadores brasileños se reían, pensaban que era divertido. Los aficionados también. Me sentía muy enfadado con ellos en ese momento. No sabían la presión que estábamos sufriendo nosotros como para que encima tuviéramos que aguantar sus burlas. Fue muy doloroso", dijo apenado. Y concluyó: "Parece que yo le haya hecho algo malo a mí país y me obligan a vivir en estas condiciones”.
Es que Mwepu Ilunga murió en la miseria y pasando necesidades. Luchó junto a sus compañeros mundialistas por una prima de 500 dólares mensuales en reconocimiento por su participación en el Alemania 74. Sólo la cobraron cuatro meses: octubre y noviembre de 2011 y mayo y junio de 2013. Su club TP Mazembe hoy lo recuerda en su página oficial como una de sus glorias y todos los amantes del fútbol congoleño y africano lo recordarán por siempre, y no sólo por aquella jugada ante Brasil. Adiós Mwepu Ilunga.
Fuentes: Radio Okapi, El Enganche y Web Oficial TP Mazembe.
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