martes, 31 de octubre de 2017

Glorias de África: Bruce Grobbelaar

[Por Diego Martín Yamus] Si uno busca en los infinitos archivos de Internet por el gran Bruce David Grobbelaar, encontrará muchos resultados que lo ligan al Liverpool inglés. Pero el rubio guardameta fue más que eso. Un ícono de su Zimbabwe adoptiva y de su Africa natal, que durante más de cinco décadas ha recorrido con todo tipo de aventuras y éxitos, dejando su apellido como profunda huella en su país y en el continente. 

Y eso que nació en Durban, Sudáfrica, un 6 de octubre de 1957, pero a los dos meses se fue con su madre y su hermana hacia Rhodesia del Sur, la actual Zimbabwe, para juntarse con su padre, que había sido contratado como empleado ferroviario allí. En su temprana edad tenía habilidad para el cricket y el béisbol, con el que le ofrecieron una prueba en Estados Unidos, pero él quería el fútbol. Así fue que en 1973, con sólo 16 años, debutó en el popular Highlanders de Bulawayo. Dos años después pasó al Chibuku Shumba, siempre con poca actividad, y en 1976 volvió a Sudáfrica, primero al Highlands Park, y en 1977 al Durban City, su ciudad nativa, de donde se fue diciendo que había sido incluido en el once titular por ser blanco cuando los demás eran negros. 

Ese 77 se estrenó, con sólo 20 años, en el arco de Rhodesia del Sur, en un amistoso de local ante justamente Sudáfrica finalizado 1-1 ante 45 000 personas. Enseguida debió incorporarse a las fuerzas armadas de su patria para luchar en la segunda Guerra de Liberación de Zimbabwe, la que daría paso a la independencia de la nación en 1980. Terminada su actividad y la guerra, en 1979 retomó la pelota y el destino le dio la mano. El Vancouver Whitecaps de Canadá, de la famosa NASL estadounidense que incluía al New York Cosmos, hizo una gira por el sur de Africa y lo reclutó para una prueba, y finalmente lo fichó para jugar allí. Grobbelaar debutó entonces en América del Norte en agosto ante Los Angeles Aztecs, perdiendo 0-2 y recibiendo un gol de nada menos que Johan Cruyff. 
Tiempo después visitó a familiares que vivían en Inglaterra, y de esa forma empezó su larga vida en suelo británico. El famoso entrenador Ron Atkinson, en el West Bromwich Albion, lo llamó para incorporarlo, pero Bruce no contaba con permiso de trabajo y siguió en el Vancouver, que sin embargo lo cedió al modesto Crewe Alexandra de la cuarta división inglesa. Allí el arquero jugó 24 partidos y marcó el único gol de su vida, de penal, en su último compromiso. 

La suerte le sonrió de nuevo y en esa noche fue visto por el detector de talentos Tom Saunders. Regresó a Canadá, pero no tuvo mucho lugar y finalmente, en marzo de 1981, fue fichado por el Liverpool en 250 000 libras esterlinas. En el equipo de Armfield Road comenzó como suplente, pero a mediados del 81 el titular Ray Clemence, dueño del arco de la selección, se fue sorpresivamente al Tottenham Hotspur. Entonces Grobbelaar tomó el puesto para no dejarlo más por 13 años, hasta 1994. 

Una carrera impresionante, con 627 partidos en total y 18 títulos en Inglaterra, incluyendo 6 ligas y 3 FA Cup, y lo mejor, la Copa de Campeones de Europa de 1984, cuando batieron a la Roma por penales y él fue protagonista, ya que aunque no atajó ningún remate, sí intimidó a los grandes Bruno Conti y Francesco Graziani con risueñas teatrales actuaciones para que se pusieran nerviosos, y le salió bien porque ambos erraron y Liverpool ganó. Además, fue subcampeón del mundo en 1981 ante el Flamengo y en 1984 de Independiente, cuando José Percudani lo derrotó a los 6 minutos para el título del rojo. Y hasta estuvo en la siguiente final de la Champions en 1985, en la trágica jornada del estadio Heysel de Bruselas, donde en incidentes se produjeron avalanchas y hubo varios fallecidos; el partido ante Juventus se jugó igual y los italianos ganaron con un penal inexistente. 
A la par de su vida en Liverpool, defendió a su país adoptivo en 1980 y 1984, en ocasión de eliminatorias para los Mundiales de España y México, sin suerte. Recién en 1992 retornó a su selección, presionando a los dirigentes del Liverpool para que lo dejaran jugar allí; se nacionalizó por haber nacido en Sudáfrica y así ocupó el arco de los Warriors, siendo figura en la eliminatoria africana para la Copa del Mundo de Estados Unidos 94, donde Zimbabwe derrotó a Camerún y Guinea de local y estuvo muy cerca de su primer Mundial, pero perdió con los cameruneses en la vuelta. Era un once muy bueno, que contaba con otro grande: Peter Ndlovu

Claro que su estadía zimbabwense le valió perder terreno en el club inglés. Jugó poco, debido a la incorporación del recordado David James, y fue prestado al Stoke City, de donde regresó a fines del 93. Allí jugó unos cuantos encuentros más y terminó yéndose a mediados de 1994, cuando pasó al Southampton. Desde entonces, si bien hizo de todo, su carrera ya no fue tan llena de luces. Pasó por varios equipos de poco relieve en Inglaterra y Sudáfrica y tuvo muchos líos extrafutbolísticos. 

En noviembre de 1994 fue acusado por el diario sensacionalista The Sun de participar de un sindicato malayo de apuestas ilegales, por lo que enfrentó un proceso del que fue absuelto. Entonces le inició juicio al diario y lo ganó inicialmente, pero The Sun apeló y Grobbelaar debió pagar, y como no pudo se declaró en bancarrota. Todo esto sumado a inconductas dentro y fuera de la cancha hizo muy difícil su continuidad en los clubes. De Southampton fue a Plymouth Arguile, Oxford United, Sheffield Wednesday, Oldham Athletic, Chesham United, Bury FC, Lincoln City y Northwich Victoria. Y siguió con Zimbabwe en 1997, incluso como técnico por un partido en la eliminatoria ante Camerún. 

Finalmente, el 7 de noviembre de 1998 jugó su último encuentro con los Warriors, un 1-1 con Túnez de visitante, donde reemplazó a Muzindiwa Mugadza a los 67 minutos. En 1999, transitando en el Northwich sus últimos días de arquero, inició su carrera de entrenador en el Seven Stars de Sudáfrica, salvándolo del descenso, y en 2002 tomó al Hellenic, al que también salvó y donde dio una mano como jugador, por lo que se convirtió con 44 años en el más veterano en acción en la liga sudafricana. 

Luego continuó dirigiendo en otros equipos (Super Sport United, Manning Rangers, Umtata Bush Bucks) y en 2007 tuvo un fugaz regreso al fútbol activo con el amateur Glasshoughton Wellfare de Inglaterra, para el que colaboró en una campaña para ayudar a la continuidad del club. Tan grande fue que ese único encuentro que jugó su nuevo equipo lo ganó 2 a 1 al Moltby Main. 

Actualmente, Bruce vive en Corner Brook, en Canadá, y sigue jugando en una liga local, haciendo de las suyas como siempre. En 1994 apareció en TV, en un episodio de la serie Brookside, un programa de la ópera de Liverpool, mientras que en 2006 participó en un partido benéfico organizado por el ex futbolista y técnico escocés Kenny Dalglish junto a su esposa, una sobreviviente de cáncer, donde defendió el arco del Liverpool contra el Everton. De todo y todo el tiempo, como para afirmar realmente que Bruce Grobbelaar fue, es y será un grande del fútbol, no sólo del africano.

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