sábado, 24 de marzo de 2012

Mendy tiene la confianza de Clemente

[Ángel Liceras para Marca.com] Tiene 24 hermanos, suficientes para alinear dos equipos de fútbol. A Formose Mendy le gusta vestir hip hopero y no sale a la calle sin unos cascos gigantes que ponen sintonía de música negra a su vida. No olvida sus raíces. Cumple 23 años este viernes. En poco tiempo se ha convertido en una de las sorpresas más gratas de la temporada. Ya le avisó su abuela desde Senegal de que conocería el éxito en el Sporting. 

Se estrenó en Primera división en Santander, a finales de febrero, y debutó como titular en el Camp Nou. Desde entonces se ha convertido en un fijo para Javier Clemente. El técnico buscaba algún extremo rápido en el filial. Quedó confuso al verlo por primera vez porque no adivinó si era zurdo o diestro. Dicen que su juego es anárquico, pero no es más que el reflejo de algo que ha florecido silvestre. 

Nació en Dakar (Senegal) el 23 de marzo de 1989. En su numerosa familia -su padre tiene varias esposas- no hay más rastro futbolístico que el de su hermano Sandy, que fue a verlo a Gijón recientemente y que ha firmado por un Tercera. La carrera deportiva de Mendy cogió su primer impulso en Francia. Emigró a Marsella con siete años, a casa de su tía Ángela, con el fin de estudiar y trabajar para mandar dinero a su país. Se saltaba las clases y jugaba al fútbol sin que a su padre le llegaran noticias de ello. Ingresó con 14 años en la academia del OL. De aquella etapa en Lyon conserva una estrecha amistad con Karim Benzema.  

Volverá a encontrarse pronto con el ahora delantero del Real Madrid. Quizá se sienta un tipo afortunado si llegado ese momento repasa las fatalidades que han salpicado su trayectoria. Después de firmar por los juveniles del Lens (06-08) y jugar cedido en el Istres (08-09) llegó a la UD Puertollano. 

No sabía español y viajó acompañado de Melisa, su novia de 18 años, a la que hizo madre a los pocos meses. Llamó Khalif Noé al bebé. El segundo nombre lo cogió prestado del portero, una forma de mostrarse agradecido por sus consejos. Raúl Medina, el capitán del equipo, recuerda así al africano: "Era un chaval tímido y gracioso que llegó sin entender nada, pero se adaptó muy bien".

La afición puertollanera aún rememora su decisivo papel en la primera eliminatoria de la Copa del Rey ante la Gimnástica de Torrelavega. "La ganó él solito en la prórroga. En mi vida he visto a un jugador tan rápido sin el balón", asegura Raúl. Su estilo es tan explosivo como las magias de Son Goku, su personaje de ficción favorito. 

La aventura asturiana
"Hasta ahora ha vivido de su velocidad. Ha trabajado mucho aunque aún debe aprender que no se puede jugar siempre en sexta", dice Gelu Rodríguez, su actual representante. Es el hombre que le ayudó cuando se quedó sin ficha después de su traspaso frustrado al Aris de Salónica en el verano de 2010. El club manchego tenía apalabrada su venta por 300.000 euros, pero los griegos se echaron para atrás al detectarle una supuesta hepatitis de la que no se ha vuelto a saber nada.

La situación supuso un golpe económico y moral para Mendy. La televisión autonómica manchega quiso reavivarle el ánimo: "Formose, mi compañero, espero que estés bien. Este es un mensaje para reconfortarte. Todo va a ir muy bien. En cualquier caso sabes que yo estoy aquí. Ya sabes que hay cosas más graves. Seguro que te vas a recuperar, cuídate y espero verte pronto riéndonos". Fue el mensaje en vídeo que le envió Benzema por sorpresa. 

Sin equipo y sin ingresos. "No tenía ni para comer, ni papeles. Ni siquiera había acudido a un pediatra para que atendiera a su hijo. Intenté ayudarle en lo básico", comenta su agente. El jugador pudo fichar por el Real Madrid C o por el Oviedo. Estuvo tres días a prueba con el Betis. Pero fue Raúl Lozano quien se decidió finalmente por llevarlo a Mareo a cambio de un modesto salario. 

En su currículo figura su concurso internacional con la selección francesa sub '17. Aunque se acogió a la nacionalidad de su abuelo para jugar un amistoso con la absoluta de Guinea-Bissau, aún no ha decidido qué bandera defenderá cuando se vea en la obligación de elegir. 

Su futuro está ligado al del Sporting los próximos cuatro años. La entidad lo renovó antes de su debut en Liga. Los primeros reconocimientos deportivos no le han cambiado. Aún hace grupo con otros africanos que encuentra cuando sale de paseo, con paisanos esclavizados por la manta de la piratería. Puede que sienta su pasado todavía muy cercano. Quizá observe su presente incrédulo.

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