[Vía Fifa.com] Tal es la fuerza creciente del fútbol maliense que su selección nacional ha conseguido recuperarse de un arranque vacilante en el año en curso y ha alcanzado su cota más alta en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola. En efecto, las Águilas han subido siete escalones en la parrilla de septiembre, y ocupan ahora el 32º puesto de la general y el cuarto del continente africano.
Hace 18 meses, los malienses eran dueños de la 85ª celda del casillero, pero su acceso al tercer cajón del podio en la Copa Africana de Naciones a principios de año en Gabón y Guinea Ecuatorial desató las celebraciones en la capital del país, Bamako, y en el estadio ecuatoguineano de Malabo, donde el combinado derrotó por 2-0 a Ghana en el partido por el tercer puesto. Su seleccionador, el francés Alain Giresse, se puso a bailar como un poseído nada más oír el pitido final, y fue paseado a hombros por sus jugadores, eufóricos tras haber conquistado la cumbre más alta del equipo en África desde 1972.
Pero al júbilo siguió la zozobra. Mientras el elenco nacional se preparaba para abordar la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™, Giresse tuvo un desencuentro con la Asociación Maliense de Fútbol sobre la renovación de su contrato y abandonó el cargo. La confusión se exacerbó por la inestabilidad política en el norte del país, que se extendió hasta la capital.
Al rescate acudió el segundo entrenador, Amadou Pathe Diallo, que obtuvo resultados ambivalentes en sus dos primeros clasificatorios para Brasil 2014. En una misma semana a principios de junio, sus hombres perdieron por 1-0 en su visita a la emergente Benín, y luego remontaron un gol en contra inicial para acabar doblegando por 2-1 a Argelia, veterana de Sudáfrica 2010. El entrenador de la selección sub-20, que ha sido reemplazado recientemente por el francés Patrice Carteron, afirmó entonces que el fútbol nacional se hallaba en fase ascendente, con independencia del técnico que maneje el timón. "Mali ya cuenta con un estilo y una manera de jugar propios, y el equipo ha cobrado impulso. Tras arribar al tercer puesto en la CAN, no hace falta más que mantener el rumbo", manifestó Pathe Diallo tras el choque con Argelia.
Botín en Bamako
El fin de semana pasado, Carteron dirigió su primer partido, y logró algo más que mantener el rumbo: su formación despachó por 3-0 a Botsuana. Debido a la brevedad de la ronda preliminar y superado con éxito ese primer escollo, Mali sólo necesita salir viva de su encuentro de vuelta dentro de un mes para clasificarse para el torneo final sudafricano en enero. Carteron, un técnico de 42 años relativamente novato y sin ninguna experiencia en África, tiene fama de ser un estratega orientado al ataque, pese a su larga trayectoria futbolística como defensa. Su impacto ha sido inmediato.
El ex entrenador del Dijon, que se excusó en la presentación de su alineación diciendo que aún no había podido ver a todos los jugadores potenciales, ha reforzado notablemente la confianza del equipo. El hecho es tanto más impresionante si se tiene en cuenta que sólo llamó a un jugador doméstico, lo que significa que el conjunto tuvo poco tiempo de compenetrarse antes del partido. No se notó lo más mínimo en el comportamiento de su contingente, que trenzó innumerables jugadas de ataque y concentró una buena porción de sus fuerzas arriba para asediar la recia defensa botsuanesa. En resumidas cuentas, Mali podría haber infligido tranquilamente media docena de goles a Botsuana, que hizo su debut en la CAN a principios de año.
El primer tanto fue obra del potentísimo Cheick Diabate, provocador y transformador de una pena máxima antes de la media hora de juego. Mahamadou N'Diaye, que ejerce su oficio en Portugal, anotó el segundo en un saque de esquina enviando a la red un balón repelido por la madera tras un remate de cabeza. Diez minutos más tarde, Modibo Maiga, recién instalado en el West Ham inglés, asestó el tercero de un testarazo. Prueba de la excelente actitud de los malienses es que crearon otro puñado de ocasiones claras con el 3-0 a su favor, y apenas dejaron a las Cebras acercarse a menos de 20 metros de su portería.
El cuadro local incluía caras familiares, como la de Seydou Keita, militante en China tras su salida del FC Barcelona; o la del centrocampista Mahamadou Diarra, de regreso a la selección tras encontrar casa en Fulham. El capitán Cedric Kante, en cambio, optó por primar el proceso de adaptación a su nuevo club, el Sochaux francés, y no estuvo en la defensa.
El público se entusiasmó ante la actuación del equipo, que recordó a los que comandara Frederic Kanoute en la primera década del nuevo milenio por su dinamismo ofensivo. Conviene aclarar que Mali había sufrido ante Botsuana en la Copa Africana de Naciones de 2012, extrayendo un apurado 2-1 tras caer en desventaja en el marcador cuando se jugaba el pase a la ronda eliminatoria.
Keita, que ejerció de capitán en el 3-0, declaró en el epílogo que la selección había demostrado una clara mejoría desde su participación en la CAN. "Hemos visto otra vez que Mali es un buen equipo, mientras que antes si acaso sólo teníamos buenas individualidades. Después de asentarnos en el encuentro, dominamos el centro del campo. Saltamos al césped con jugadores nuevos y veteranos, pero el conjunto no se vio afectado porque estos jugadores tuvieron la humildad de dar prioridad al espíritu de equipo", analizó el volante de 32 años.
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