[Por Diego Martín Yamus]
Sierra Leona no fue precisamente nunca un destacado en el fútbol africano, salvo algún torneo regional muy pequeño. Y en los años 90 y 2000, era más conocido lamentablemente por su absurda guerra civil. Pero tanto resurgió de ella que, además del fin del fuego y los refugiados, se encontró con unos meses inolvidables para su historia, gracias a unos chicos de menos de 17 años.
Las Leone Stars habían participado en eliminatorias continentales para el Mundial de la categoría, pero nunca habían pasado muy lejos. En 1992 se desató un golpe de Estado que originó una cruenta guerra, con más derrocamientos, muertos y desplazados y graves daños materiales a la nación del oeste. En medio de ese dolor, la selección mayor pudo clasificarse para dos Copas Africanas de Naciones, 1994 y 1996. Y por suerte, la Sub 17 siguió disputando las clasificatorias, salvo en 1999, y en 2001, fin de la guerra, fue eliminada por Gambia. Así es que el eqiupo verde y azul tenía poco para contar de su vida en el fútbol.
Sin embargo, y como una mano de Dios sobre tanta miseria, en 2003 Sierra Leona apareció con todas sus luces, como nunca antes, en el concierto internacional. En mayo tomó parte en el Campeonato Africano en Eswatini (entonces Swazilandia) y en un Grupo A difícil, debutó igualando a tres goles con Guinea, para luego derrotar al débil local 2-0 y jugarse contra el poderoso Egipto, a quien le arrancó un empate sin goles. Además, la previa victoria de los Faraones sobre los guineanos 1-0 los llevó a una inédita semifinal con Nigeria, otro peso bien pesado.
Nadie daba crédito a ese nombre desconocido, todos ponían a las temibles Águilas, anteriores campeones africanos, en la final y en la Copa. Pero los de Musa Kallon sorprendieron y a ocho minutos del cierre, consiguieron el gol del 1-0 histórico para llegar a su primera Copa del Mundo en cualquier edad. Y claro, a la decisión, ahora con otro fuerte, Camerún. Y ese 8 de junio en el National Stadium de la capital Mbabane, a los Leones Indomables, las Leone Stars los tuvieron en cero hasta después de los 90 minutos. Fue un gol de Jackson Eyinga a los 96 que significó el triunfo y el título para los cameruneses, pero el subcampeonato para los nuevos mundialistas.
Y la aventura de Sierra Leona continuó en el frío de Finlandia, distinto al calor de Freetown y otras ciudades del país. El 14 de agosto era el debut en el Grupo D en el Lahti Stadium de esa ciudad. Y qué debut, nada menos que con la poderosa España, que entre sus filas contaba con valores como Adán, David Silva y Cesc Fábregas, increíblemente en el banco. España parecía hacer honor a los pronósticos y a los 15 minutos iba 2-0 por David Rodríguez y Sisi. Pero apareció el mejor jugador sierraleonés, el capitán Samuel Barlay, y a los 34 descontó, justo dos antes de que un autogol del defensor Ruz igualara. Los españoles se vieron desconcertados, y más cuando a los 73 Barlay marcó el tercero. Sierra Leona festejaba un triunfo más que gordo, hasta que el suplente Xisco logró un heroico 3-3 en el sexto minuto agregado. Aún así, los de Musa Kallon vivieron una tarde de gloria con estos protagonistas: Bantamoi, Taylor, Umaru Bangura, Hassan Sesay, M. Kamara, Fornah, Alimamy Sesay, Barlay, Metzger, Jalloh y Suma (Samba Kamara 72').
Todavía había chances de pasar a la siguiente ronda, en uno de los últimos Mundiales menores de 16 países. El 17 los africanos se ilusionaron ante Estados Unidos cuando abrieron el marcador por Alimamy Sesay a los 32 minutos. Pero González igualó antes del descanso y Freddy Adu, aquel prodigio con descendencia ghanesa, clavó a los 89 un 2-1 que casi los eliminó. Lo mismo les pasó el 20, cuando contra Corea del Sur iban 0-1 y Obi Metzger lo dio vuelta con un doblete a los 36 y 51 minutos. Pero en los últimos 16, los asiáticos fueron más y vencieron 3-2.
Sierra Leona culminó último en el grupo con un solo punto, un balance raro que no reflejó su casi hazaña contra España ni las ajustadas derrotas posteriores. Pero después de la guerra, del ostracismo de su fútbol, de ser un nombre más entre tantos africanos, su gesta quedó grabada entre lo mejor de la vida africana.
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