El Día Mundial de la malaria, que fue instituido por la 60ª Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2007, supone un reconocimiento de los esfuerzos desplegados en todo el mundo para controlar eficazmente la malaria, tal cual se puede leer en la página de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En dicho contexto, el TP Mazembe congoleño realizó un evento en Lubumbashi para repartir mosquiteros recaudados en una campaña conjunta entre el club y la gente de UNICEF, representados por Sylvie Fouet, representante de dicha entidad en la RD del Congo. Según fuentes ligadas al Banco Mundial, en África, un niño muere de paludismo -otro de los nombres con los que se conoce a la enfermedad- cada 30 segundos. Trescientos mueren a diario tan sólo en la República Democrática del Congo.
La jornada sirvió también para dos partidos de exhibición: el primero entre Académie KFA y veteranos de UNICEF y el segundo entre titulares y suplentes del líder de la liga congoleña, en un estadio colmado por 18 mil espectadores. Este último amistoso, contó con el puntapie inicial del Embajador de Estados Unidos en el país, James F. Entwistle -en la foto junto a Katumbi, presidente del Mazembe-.
Más allá de la iniciativa de uno de los clubes más importantes del continente, el avance de la malaria es tan grande a nivel continental que el fútbol no escapa a ella. Es la “principal asesina de los niños africanos”, tal cual califica Suprotik Basu, especialista en salud pública del Banco Mundial, a esta enfermedad transmitida por los mosquitos, para la cual todavía no existe ninguna vacuna. En consecuencia, el paludismo es endémico en unos 34 países africanos, de los cuales 14 sobrellevan la mayor carga de paludismo en el mundo.
El marfileño Didier Drogba (en 2010), el malí Bakaye Traoré (septiembre 2011) y el keniata Dennis Oliech (noviembre 2011) son algunos de los futbolistas que han contraído la enfermedad en los últimos años. Nada en comparación con los 1400 niños que mueren al día en todo el mundo.
La jornada sirvió también para dos partidos de exhibición: el primero entre Académie KFA y veteranos de UNICEF y el segundo entre titulares y suplentes del líder de la liga congoleña, en un estadio colmado por 18 mil espectadores. Este último amistoso, contó con el puntapie inicial del Embajador de Estados Unidos en el país, James F. Entwistle -en la foto junto a Katumbi, presidente del Mazembe-.
Más allá de la iniciativa de uno de los clubes más importantes del continente, el avance de la malaria es tan grande a nivel continental que el fútbol no escapa a ella. Es la “principal asesina de los niños africanos”, tal cual califica Suprotik Basu, especialista en salud pública del Banco Mundial, a esta enfermedad transmitida por los mosquitos, para la cual todavía no existe ninguna vacuna. En consecuencia, el paludismo es endémico en unos 34 países africanos, de los cuales 14 sobrellevan la mayor carga de paludismo en el mundo.
El marfileño Didier Drogba (en 2010), el malí Bakaye Traoré (septiembre 2011) y el keniata Dennis Oliech (noviembre 2011) son algunos de los futbolistas que han contraído la enfermedad en los últimos años. Nada en comparación con los 1400 niños que mueren al día en todo el mundo.
0 comentarios:
Publicar un comentario