miércoles, 8 de julio de 2020

Un país, una historia: Libia

No son raros los casos de jugadores nacidos en Europa que juegan o jugaron para algún seleccionado africano. Frederic Kanouté, Pierre Aubameyang o Mehdi Benatia -todos nacidos en Francia- jugando para Malí, Gabón y Marruecos, respectivamente, son solamente tres casos de un amplio universo. Sin embargo, en la entrega de hoy no encontramos con un arquero nacido en Uruguay que defendió el arco de Libia. Estamos hablando de Luis de Agustini...
"Yo estaba en el 2002, en Liverpool de mi país. Un empresario uruguayo me contactó con un chileno, que justo estaba en Libia llevando a un jugador de Olimpia, Juan Carlos Franco. En ese momento estaban precisando un arquero porque el que estaba se había casado y se tomaba 2 meses de licencia. El suplente se había lastimado y tenía para un tiempo. Me llamaron, me fui para allá y estuve jugando. Me gustó para ir porque era la primera vez que iba a salir del país y podía hacer una pequeña diferencia económica", contó de Agustini sobre el primer contacto con el fútbol libio.

Nacido el 5 de abril de 1974 en Sauce, de Agustini dio sus primeros pasos futbolísticos en el primer equipo de Peñarol pero siempre detrás de Oscar Ferro y Claudio Flores pasó a Liverpool para sumar minutos y partidos. En 2002 logró el ascenso con su nuevo equipo hasta que le llegó la chance de emigrar a Libia.

El arquero llegó con el único deseo de jugar. "Pero lo que jamás imaginó fue que terminaría jugando en el equipo del clan Gadaffi", afirma Jorge Señorans en el libro "Son cosas del fútbol". Al Saadi, uno de los hijos del presidente Muamar, era la principal "figura" y capitán del equipo, al mismo tiempo que su hermano Muhammad era el dueño de la entidad. En esa primera temporada, Al Ittihad se quedó con la liga doméstica y con la Supercopa libia. El arquero uruguayo pegó buena onda con Al Saadi. "Si entrenábamos a las cinco me invitaba a ir media hora antes para pasarle la pelota. Le gustaba cómo sacaba yo con el pie y me pedía que se la pusiera en el pecho. Le gustaba perfeccionarse", contaría años después.

Con todas las comodidades, de Agustini vivía en la capital Trípoli -en una zona llamada Regata- en una comunidad privada frente al mar Mediterráneo. Al Saadi hacía lo que quería, tenía un león como mascota, le armaba el equipo al técnico italiano Giussepe Dossena y decidía cuándo jugar y cuándo salir si quería que lo reemplacen. En 2003 se encaprichó con jugar un amistoso ante el Barcelona de España y pagó 300.000 euros para visitar el Camp Nou. Los catalanes se impusieron claramente por 5-0 (goles de Gerard (3), Sergio y Motta) pero de Agustini disfrutó a full la experiencia y terminó cambiando camiseta con el argentino Javier Saviola.

El buen rendimiento de Luis en su club generó que empezaran a tantearlo para representar al seleccionado libio. Saadi le preguntó si se quería nacionalizar y como la respuesta del arquero fue positiva todo quedó en manos del hijo del presidente. A los pocos días, Libia tenía un partido de visitante ante Botswana.

-Mañana viajás-, le avisó Al Saadi.
-Pero necesito el pasaporte-, le respondió sorprendido Luis.
-Acá está-, le dijeron y se lo entregaron.
El 20 de enero de 2006, en el Cairo International Stadium, Luis de Agustini -con el número 12 en su espalda- defendía el arco libio en el debut de los Caballeros del Mediterráneo en su segunda participación en una Copa Africana de Naciones (CAN). La anterior vez había sido en 1982, cuando fueron subcampeones como locales. El entrenador de esa experiencia fue el croata Ilija Loncarevic quien le dio la confianza para el duelo inaugural del certamen ante el anfitrión. Los Faraones dominaron en el inicio y antes de los 20 minutos se adelantaron con un cabezazo de Mido. Minutos después, un exquisito tiro libre de Aboutrika dejó inmóvil a de Agustini y dejó el partido 2-0.

En los primeros minutos de la segunda parte, el arquero de Libia fue amonestado por una protesta contra el árbitro burkinés Lassina Paré y a los 75 fue expulsado luego de una salida en falso que lo llevó a cometerle penal a Amr Zaki. Muftah Ghzalla detuvo el penal que tiró Mido, pero en el rebote el capitán Ahmed Hassan decretó el 3-0 para Egipto que al final del torneo sería el campeón ante su gente.

En la segunda fecha de Agustini no pudo estar por la suspensión -jugó en su lugar Meftah Ghazalla- y el equipo volvió a caer, esta vez 2-1 con Costa de Marfil. En el cierre del Grupo volvió a la titularidad y mantuvo el cero ante Marruecos en un empate sin goles disputado en otra de las sedes de la capital: Cairo Military Academy Stadium. Allí enfrentó a jugadores como Naybet, Kharja, Youssef Hadji y Chamakh, entre otros, y tuvo varias buenas intervenciones. Libia quedó último en la zona y se despidió con solamente un punto.
Luis de Agustini estuvo dos años más en Libia y en ese período ganó cuatro títulos domésticos más con Ittihad (dos Ligas, una Copa y una Supercopa) siendo el arquero menos vencido en la liga 2006-2007. Tras la CAN volvió a jugar dos partidos más (ambos en Túnez en el marco de la LG Cup de mediados de 2006) defendiendo el arco libio: caída 2-1 ante su país de nacimiento (goles de Vigneri y Abreu) y empate 1-1 ante Bielorrusia -luego triunfo por penales-. En 2008 llegó el final de la estadía en Libia y el arquero uruguayo volvió a su país. En el cierre de su carrera jugó en Liverpool, Deportes Concepción (Chile) y Plaza Colonia.

"Me quedaba un año de contrato, pero mi hijo tenía que estudiar. Entonces yo decidí volver. Eran dos días para viajar y dos días para venir. Me tomaba más o menos una semana viajar, y eso para un jugador de fútbol es mucho. Ellos entendieron que me volviera", contó sobre su vuelta desde Libia, donde nació una de sus hijas luego nacionalizada uruguaya.

"Libia es un país que me dio mucho, me regaló jugar en la selección. Me dio la oportunidad de que la gente me quiera y siempre voy a estar agradecido. Quedé fascinado con Libia.  Todos los Gadaffi eran tipos muy sencillos", cierra el uruguayo que defendió el arco en una CAN de los Caballeros del Mediterráneo.

Fuentes: El Observador, VAVEL UruguayEl Mundo, AUF y "Son cosas del fútbol", de Jorge Señorans.

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