[Vía Fifa.com] El partido de vuelta de la final de la Liga de Campeones africana entre el TP Mazembe y el Esperance se presenta como mero trámite. Tal y como están las cosas, es cuestión de días que el TP Mazembe se proclame campeón continental por segundo año consecutivo, una hazaña que logró por última vez hace 42 años.
El defensor del título, representante de la RD del Congo, fue el primer equipo que ganó dos ediciones seguidas de la Copa de Campeones de la CAF, en 1967 y 1968. Actualmente, esta cuarta corona cimentaría su resurgimiento como miembro de la realeza del fútbol africano, superado en la jerarquía únicamente por los egipcios Al Ahly y Zamalek, con más títulos en total: seis y cinco respectivamente. Este fin de semana, el Mazembe se desplazará a Rades, en las afueras de Túnez, con una ventaja de cinco goles como equipaje, aunque el club de Lubumbashi sabe bien que cualquier fallo en ataque o en defensa espoleará al poderoso Sang et Or (sangre y oro) y a su afición.
“El Esperance no deja de ser un gran equipo, no vamos a subestimarlo. Tenemos que salir con un buen plan. Es un rival muy poderoso, pero nosotros pondremos todo nuestro empeño”, ha declarado el entrenador del Mazembe, el senegalés Lamine N'Diaye -foto-. Empeño es precisamente una cualidad que el conjunto blanquinegro derrocha a manos llenas. El Mazembe ha sufrido lo indecible por las prolongadas sanciones que a principios de año recibieron dos de sus jugadores fundamentales, Tresor Mputu y Guy Lusadisu, tras una trifulca en un campeonato regional. El Presidente de la entidad, Moise Katumbi, un empresario y político destacado que siente una pasión enorme por su club, es el principal responsable de la resurrección del equipo. Su apuesta por N'Diaye ha resultado de lo más acertada.
El ex delantero de la selección de Senegal, que ya había triunfado también como entrenador del Coton Sport camerunés, deberá ahora hacer acopio de su gran experiencia y profesionalidad para asegurarse de que sus hombres lleguen bien preparados al partido de vuelta contra los tunecinos. Aunque de una demarcación no tendrá que preocuparse demasiado: la línea de ataque.
Estas tres piezas fundamentales han logrado compensar la pérdida del prolífico Mputu, y mano a mano están ganando la batalla contra el menosprecio que sufría el Mazembe en los círculos futbolísticos africanos. En 2009, el éxito del club fue considerado una campanada y una casualidad a partes iguales. No en vano, el equipo había llegado a semifinales del certamen sólo una vez en los últimos 37 años, y había superado por los pelos tanto las primeras rondas eliminatorias como la fase de grupos.
Los congoleños vencieron al Al Hilal sudanés en la semifinal del año pasado por un global de 5-4, pero se vieron obligados a defenderse con uñas y dientes durante más de una hora en la vuelta, siempre a punto de ceder ese gol que los habría eliminado de la competición. También su triunfo en la final, donde se impusieron al Heartland nigeriano por la regla del mayor valor de los tantos marcados a domicilio y gracias a un gol en propia meta, llevaba todo el marchamo de la buena suerte.
En la campaña de 2010, no obstante, ha confirmado el ascenso meteórico del conjunto de Lubumbashi, que actualmente parece dispuesto a romper el dominio de los clubes del norte de África en la competición continental. Con su triunfo por 5-0 sobre el Esperance igualó su propio récord de margen de victoria en un choque de la final, una marca que estableció en 1968 cuando derrotó al Etoile Filante de Togo por 5-0 en la ida. N'Diaye está convencido de que su equipo eludirá este fin de semana las agonías y sorpresas sufridas aquel año en la vuelta, donde cayó por 4-1. El técnico ha manifestado que sus jugadores se encuentran completamente concentrados en conquistar el triunfo. “Me he dado cuenta de que a este equipo lo mueve la voluntad férrea de alcanzar el éxito. Pero no le interesa la fama por la fama, sino que trabaja con ahínco para conquistar el triunfo”, comentó N’Diaye.
Dado su palmarés, lo extraño es que el Mazembe haya tenido que luchar tanto por ganarse el respeto en África. Ahora está totalmente decidido a superar esas décadas de vacas flacas en el máximo campeonato de clubes del continente. Al equipo se le presenta una oportunidad excepcional para hacer historia, como resumen las palabras del su goleador Singuluma: “Lo que se consiguió en el pasado se puede lograr otra vez. El Mazembe recuperará el puesto que le corresponde".
El defensor del título, representante de la RD del Congo, fue el primer equipo que ganó dos ediciones seguidas de la Copa de Campeones de la CAF, en 1967 y 1968. Actualmente, esta cuarta corona cimentaría su resurgimiento como miembro de la realeza del fútbol africano, superado en la jerarquía únicamente por los egipcios Al Ahly y Zamalek, con más títulos en total: seis y cinco respectivamente. Este fin de semana, el Mazembe se desplazará a Rades, en las afueras de Túnez, con una ventaja de cinco goles como equipaje, aunque el club de Lubumbashi sabe bien que cualquier fallo en ataque o en defensa espoleará al poderoso Sang et Or (sangre y oro) y a su afición.
“El Esperance no deja de ser un gran equipo, no vamos a subestimarlo. Tenemos que salir con un buen plan. Es un rival muy poderoso, pero nosotros pondremos todo nuestro empeño”, ha declarado el entrenador del Mazembe, el senegalés Lamine N'Diaye -foto-. Empeño es precisamente una cualidad que el conjunto blanquinegro derrocha a manos llenas.
El ex delantero de la selección de Senegal, que ya había triunfado también como entrenador del Coton Sport camerunés, deberá ahora hacer acopio de su gran experiencia y profesionalidad para asegurarse de que sus hombres lleguen bien preparados al partido de vuelta contra los tunecinos. Aunque de una demarcación no tendrá que preocuparse demasiado: la línea de ataque.
Estas tres piezas fundamentales han logrado compensar la pérdida del prolífico Mputu, y mano a mano están ganando la batalla contra el menosprecio que sufría el Mazembe en los círculos futbolísticos africanos. En 2009, el éxito del club fue considerado una campanada y una casualidad a partes iguales. No en vano, el equipo había llegado a semifinales del certamen sólo una vez en los últimos 37 años, y había superado por los pelos tanto las primeras rondas eliminatorias como la fase de grupos.
Los congoleños vencieron al Al Hilal sudanés en la semifinal del año pasado por un global de 5-4, pero se vieron obligados a defenderse con uñas y dientes durante más de una hora en la vuelta, siempre a punto de ceder ese gol que los habría eliminado de la competición. También su triunfo en la final, donde se impusieron al Heartland nigeriano por la regla del mayor valor de los tantos marcados a domicilio y gracias a un gol en propia meta, llevaba todo el marchamo de la buena suerte.
En la campaña de 2010, no obstante, ha confirmado el ascenso meteórico del conjunto de Lubumbashi, que actualmente parece dispuesto a romper el dominio de los clubes del norte de África en la competición continental. Con su triunfo por 5-0 sobre el Esperance igualó su propio récord de margen de victoria en un choque de la final, una marca que estableció en 1968 cuando derrotó al Etoile Filante de Togo por 5-0 en la ida. N'Diaye está convencido de que su equipo eludirá este fin de semana las agonías y sorpresas sufridas aquel año en la vuelta, donde cayó por 4-1. El técnico ha manifestado que sus jugadores se encuentran completamente concentrados en conquistar el triunfo. “Me he dado cuenta de que a este equipo lo mueve la voluntad férrea de alcanzar el éxito. Pero no le interesa la fama por la fama, sino que trabaja con ahínco para conquistar el triunfo”, comentó N’Diaye.
Dado su palmarés, lo extraño es que el Mazembe haya tenido que luchar tanto por ganarse el respeto en África. Ahora está totalmente decidido a superar esas décadas de vacas flacas en el máximo campeonato de clubes del continente. Al equipo se le presenta una oportunidad excepcional para hacer historia, como resumen las palabras del su goleador Singuluma: “Lo que se consiguió en el pasado se puede lograr otra vez. El Mazembe recuperará el puesto que le corresponde".
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