martes, 17 de octubre de 2017

Thomas Sankara y el fútbol

Hablar de Burkina Faso es hablar de Thomas Sankara, el Che africano, como muchos lo llaman. Cuenta la historia que, apoyado por el gobierno libio, Blaise Compaoré organizó un golpe de estado en 1983 contra el colonialismo francés gracias al cual Sankara se alzó con el poder. De Ato Volta, el país del centro-oeste africano fue renombrado y pasó a llamarse Burkina Faso (“el país de los hombres íntegros” en lengua mooré). Cuatro años después, Compaoré realizó un nuevo golpe de estado contra su anterior aliado, quien fue asesinado en circunstancias no muy claras. Tanto que Mariam Sankara, viuda del ex presidente, denunció a Campaoré ante varios organismos de derechos humanos como responsable del homicidio. 

Desde aquel año, Campaoré se mantuvo en el poder hasta octubre de 2014. Aliado del gobierno francés, apoyó también a Charles Taylor -criminal de guerra y ex presidente de Liberia-, vendió armas a rebeldes de Sierra Leona y apoyó golpes de Estado en Níger y República Centroafricana. 
Actualmente, el presidente burkinés es Roch Marc Christian Kaboré y a 30 años de su muerte el legado de Sankara sigue más vivo que nunca. En esta ocasión nos centramos en su relación con el fútbol. Según se puede leer en el sitio IZF.net, "en una reunión de ministros de deportes de habla francesa, Sankara organizó un partido de fútbol entre el gobierno de Burkina Faso y los ministros de Relaciones Exteriores (...) Fue el árbitro. El primer gol fue marcado por los miembros de su gobierno, el otro equipo peleaba y buscaba anotar, pero no pudo hacerlo, y hacia el final, Sankara dijo: "Fue un buen juego".

En el video de más abajo, presentado por un lector en la redacción de Burkina 24, Thomas se animó a jugar en octubre de 1986 junto a empleados y colaboradores gubernamentales, detrás de los edificios de la Presidencia del país en Koulouba. Un año después moriría asesinado. 
Uno de los miembros de "Justicia para Sankara", el artista Serge Bambara, conocido popularmente como Smokey, dijo: "Nosotros, los herederos de Thomas Sankara, resistiremos siempre hasta que consigamos justicia para nuestro héroe". Sankara fue asesinado el 15 de octubre de 1987 junto a 12 de sus acólitos después de que un comando golpista asaltara su despacho. Treinta años después, el cariño de sus seguidores da la razón a una de las frases más populares que se le atribuyen: "Aunque los revolucionarios puedan ser asesinados, jamás podrán matar sus ideas".

Además de su gusto por el fútbol y sus intervenciones como árbitro y jugador amateur, el nombre de Sankara sigue presente en la actualidad de varios clubes o proyectos ligados al fútbol, como el Sankara Nations Football Club, de Yendi (Ghana), el Sankara FC de Guinea o el Sankara FC, un club de aficionados argentinos que participó de un torneo de mini fútbol en el club Juventud Unida de Suipacha en la provincia de Buenos Aires (Argentina).
A fines de octubre de este mes, un club italiano llamado Sankara FC comenzará a participar en un Campeonato de Fútbol 7 de la Uisp. "El nuestro es un proyecto de inclusión social. El deporte es el adhesivo ideal y el fútbol es una lengua que se habla en todo el mundo. Sin fronteras y sin barreras", explica Alessandro Bartolini, presidente de Sankara FC, cuyo slogan es "Mil colores, un equipo".

Sankara FC nace dentro del proyecto SPRAR de la provincia de Lucca y es una idea desarrollada por ARCI Versilia. El Sankara FC es una unión de diferentes culturas y países con muchachos que vienen de todos los rincones de África como Costa de Marfil, Camerún, Nigeria o Senegal.

"Sankara abogó por el respeto del medioambiente, el panafricanismo, los derechos de la mujer, la austeridad, la condena enérgica de la pobreza, la autosuficiencia. Apeló a la descolonización del pensamiento y la consecución de la felicidad fue insistente en su discurso. Obró como "presidente de un país pobre", según dijera, con el ejemplo, y actuó con dignidad, opuesto al culto a la personalidad. Fue un militar que rechazó la guerra, algo bastante inusual", sostiene Omer Freixa. 

El legado de Sankara quedó y quedará por siempre. Al igual que sus ideales y pensamientos. El fútbol, en los casos mencionados, los tomó para que también su nombre siga estando vigente en todos los ámbitos.

Fuente: Clarín, Versiliatoday y El País

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