[Por Diego Martín Yamus] Gran jugador, mejor goleador, capitán, referente, líder dentro y fuera de la cancha, entrenador y actual dirigente principal. Kalusha Bwalya representó y representa para Zambia todo eso, un emblema para su país como tantos otros pero quizá el más destacado, no sólo del fútbol africano sino del mundo. Un hombre que llevó a su tierra a la trascendencia que nunca antes había tenido con una carrera llena de triunfos y leyendas memorables, empezando por la histórica gesta en los Juegos Olímpicos de 1988.
El delantero nativo de Mufulira, ciudad situada en el norte de la nación, el 16 de agosto de 1963, construyó una espectacular trayectoria de tres décadas que arrancó desde 1979, cuando debutó con 16 años en el Mufulira Blackpool, el equipo pequeño de la ciudad. Rápidamente se fijó en él el más grande, el Mufulira Wanderers, en su momento un destacado de la Liga (9 títulos) y que tuvo también al inolvidable Efford Chabala, Ashious Melu, Harrison Chongo, Charles Musonda, Gibby Mbasela y Johnson Bwalya, luego sus compañeros de selección. El Wanderers lo contrató en 1980 y allí Kalusha jugó cinco años y ganó tres títulos (Copa Desafío de 1984 y Copa Héroes y Unidad y Copa Campeón de Campeones en 1985) hasta irse a su gran vida en el exterior. En ese lapso debutó con el equipo nacional el 29 de julio de 1984 contra Uganda como local en Ndola, en un partido de las eliminatorias del Mundial de México 1986, con triunfo 3 a 0 y donde justamente marcó un gol, aunque luego no pudo clasificarse. Para 1985 se fue al tradicional Cercle Brugge de Bélgica, comenzando su carrera en el extranjero, y en 1986 jugó su primera Copa Africana de Naciones para Zambia, en Egipto, donde disputó tres partidos y le marcó un tanto de penal a Camerún (derrota 2-3), en un conjunto que fue eliminado en primera ronda pero donde Bwalya fue elegido junto a Roger Milla como mejor delantero del torneo. En 1988 su país decidió no organizar la Copa, pero él tendría igualmente un año imborrable.
Con un gol suyo a los 73 minutos frente a Ghana el 17 de enero de 1988, Zambia ganó 2-0 en Lusaka la final de ida para ir a los Juegos Olímpicos de Seúl. En la vuelta el 31 en Accra perdió 1-0 pero por diferencia de gol el equipo de Samuel Ndlovu (también surgido en el Mufulira Wanderers) se clasificó. Y aquel septiembre Kalusha tuvo su consagración a los ojos del mundo entero junto a la selección que integraban además Chabala, Melu, Musonda, Johnson Bwalya y Makinka, con un gran juego y nada menos que 6 goles. El primero lo hizo ante Irak el 17 en Daejeon a los 65 minutos para un empate 2 a 2. Pero su momento cumbre fue el 19 en Gwangju, cuando Bwalya y sus compañeros humillaron a Italia por 4 a 0, con tres de Kalusha a los 41, 56 y 90 minutos y uno de Johnson, que no es su hermano, a los 64. El 21 en la misma ciudad, Zambia ganó el grupo B goleando 4 a 0 a Guatemala con otros dos goles de Bwalya, a los 79 minutos de penal y a los 82. El 25 otra vez en Gwangju, el equipo del cobre terminaba su histórica aventura cayendo ante Alemania Federal (luego medalla de bronce) por 4 a 0, pero Kalusha ya era un nombre muy grande para el fútbol mundial, y con esos 6 goles fue segundo goleador del torneo por un gol detrás de Romario. Por supuesto que gracias a la epopeya olímpica fue consagrado por la revista France Football como jugador africano de 1988. Y la misma produjo que en 1989 el PSV Eindhoven de Holanda lo adquiriera para que demostrara sus cualidades durante otros cinco años, y lo hizo contribuyendo a que el PSV ganara 3 títulos de Primera Diviisión (1989, 1991 y 1992), dos Copas de Holanda (1989 y 1990), una Supercopa de Holanda (1992) y hasta un torneo amistoso, el Sant´Agata en Catania, Italia, en 1992. También aportó en las eliminatorias dos goles para la selección pero otra vez no la pudo llevar a un Mundial, el de Italia 1990. Ese 90 no jugó la Copa Africana de Naciones de Argelia (sí su hermano Joel, un solo partido) pero estuvo en la de Senegal en 1992, donde marcó un gol en el debut ante Egipto para el 1 a 0 y Zambia llegó a cuartos de final perdiendo con el futuro campeón Costa de Marfil 1 a 0 en tiempo suplementario.
Pero la del 88 no fue la única aventura que convirtió a Bwalya en leyenda. En 1993, la selección viajó a Dakar, Senegal, para su primer encuentro de la ronda final de las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos 1994. Kalusha, por entonces capitán del equipo, no fue convocado para disputar el partido contra su similar de Mauricio por las de la Copa Africana de Naciones 94 y se reuniría con el equipo en Senegal. Debido a los altos precios, la federación de Zambia alquiló un avión militar para trasportarlos. Durante el trayecto de Mauricio a Senegal y debido a las pésimas condiciones de la aeronave, tuvo que realizar varias escalas para descansar y tomar combustible. La última de ellas fue el aeropuerto de Libreville, Gabón, de donde partió la madrugada del 27 de abril hacia Senegal. El avión, poco tiempo después de despegar, sufrió un accidente que lo hizo precipitarse al mar, frente a las costas de Gabón, y no hubo sobrevivientes. Una tragedia de la que Bwalya y Musonda (lesionado en la rodilla) se salvaron pero que les dio en medio del alma al perder a sus compañeros de años. El dolor los hizo aún más fuertes y armaron un nuevo equipo, jugaron los partidos (fue emotivo el 2-1 a Marruecos de local el 4 de julio, con un gol de Bwalya), luego igualaron el postergado con los senegaleses 0 a 0 y los golearon 4 a 0 en Lusaka, con otro tanto de Kalusha, poniéndose un punto arriba de Marruecos. El 10 de octubre iban a Casablanca por un empate que los dejara en su primer Mundial, pero los marroquíes ganaron 1 a 0 y el sueño no pudo ser realidad. Pero Bwalya y sus nuevos compañeros se habían ganado la emoción, el respeto y los elogios de su gente y del mundo: de la tragedia a la casi clasificación a un Mundial.
En abril de 1994 tuvo la chance de una revancha en la Copa Africana de Naciones de Túnez, en la que marcó un gol a Malí (4-0) en la semifinal pero que no pudo por muy poco, perdiendo la final con la gran mundialista Nigeria 2 a 1; jugó los 5 partidos, su hermano Joel 3 y su homónimo Johnson 4. Y luego inició su carrera en México, primero en el América donde formó con François Omam Biyik una dupla conocida como “las Abejas Africanas” que rompió récord de goles bajo la dirección técnica del holandés Leo Beenhakker. En 1996 llevó a Zambia al tercer puesto en la Copa Africana de Naciones de Sudáfrica, disputando los 6 partidos y marcando 2 goles a Burkina Faso (5-1) y 3 a Sierra Leona (4-0) en la primera ronda; Joel jugó 5 y le hizo el gol del 1-0 a Ghana para el tercer puesto y Johnson jugó 3. En 1997 pasó del América al Necaxa y conquistó un gol en las eliminatorias para el Mundial de Francia 98, pero no pudo clasificarse. En 1998 tuvo un fugaz paso por el Al Wahda de Emiratos Arabes Unidos, de donde pasó al Club León y en febrero jugó la Copa Africana de Naciones de Burkina Faso (eliminado en primera ronda), donde estuvo en los tres partidos y marcó un gol a Mozambique para un 3 a 1. En 1999 fue contratado por el Irapuato FC , y ese mismo año por el Veracruz. En enero de 2000 volvió sin éxito de otra Copa Africana de Naciones, en Ghana y Nigeria, otra vez afuera en primera ronda jugando los tres partidos y marcando un gol de penal a los 87 minutos para un empate 2 a 2 con Senegal. Esa sería justamente su última como jugador, faceta en la que ese 2000 jugó en su último club, el Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en México. Pero aún tuvo tiempo para seguir marcando goles y presencias para Zambia, como el 4 de septiembre de 2004 cuando en Lusaka conquistó el gol de la victoria sobre Liberia 1 a 0 a los 89 minutos por las eliminatorias del Mundial de Alemania, competencia en la que una vez más la selección no se clasificó. Y donde el 3 de septiembre de 2005, en una derrota como local en Chililabombwe ante Senegal 1 a 0, Bwalya vistió por centésima y última vez su camiseta, concluyendo una inolvidable trayectoria con 100 partidos y 64 goles.
Pero Kalusha no paró de trabajar en el fútbol, ahora como entrenador, ya que en enero de 2006 dirigió a su amada selección en la Copa Africana de Naciones de Egipto, con Chris Katongo, Felix Katongo, Jason Chamanga y Collins Mbesuma como figuras, con las que sin embargo se quedó afuera nuevamente en primera ronda perdiendo con Túnez 1-4, con Guinea 1-2 y ganándole a Sudáfrica 1-0. Y años después fue nombrado presidente de la Asociación de Fútbol de Zambia, cargo que con justicia ocupa hasta hoy y que también lo vio campeón en 2012, en la Copa Africana de Naciones de Gabón y Guinea Ecuatorial, donde trajo de vuelta al francés Hervé Renard como técnico para obtener el título en aquella gran final del 12 de febrero empatada 0-0 con Costa de Marfil, ganada por penales 8 a 7. Por estos días, además de presidir la Asociación de su país, es miembro de la FIFA en la Confederación Africana de Fútbol (CAF). Desde aquellos inicios en 1979 con el Mufulira Blackpool, su carrera europea, sus hazañas de Seúl 88 y de las eliminatorias en 1993, su paso por Emiratos Arabes Unidos y sus años en México a tantas Copas Africanas de Naciones como jugador, técnico y dirigente, Kalusha Bwalya fue y es un deportista ejemplar, que dio todo por su país alrededor del mundo y que aunque no sea haciendo goles con una pelota, sigue vigente con sus éxitos.
Ver también
Badou Zaki (Marruecos)
Abedi Pelé (Ghana)
Sub 20 2009 (Ghana)
Rashidi Yekini (Nigeria)
Seydou Keita (Malí)
Lakhdar Belloumi (Argelia)
Claude Le Roy (Entrenador Camerún, Ghana, Senegal, Congo, RD Congo)
Senegal 2002 (Senegal)
Henri Michel (Entrenador Camerún, Marruecos, Túnez, Kenia, Guinea Ecuatorial)
Costa de Marfil 1992 (Costa de Marfil)
Tarak Dhiab (Túnez)
Camerún 1990 (Camerún)
Doctor Khumalo (Sudáfrica)
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