EPISODIO 5 [Por Diego Martín Yamus] Por fin, Camerún iba a celebrar ser en 2022 la sede de la legendaria Copa Africana de Naciones, que por problemas de estructura no había podido concretar esos años. Aquel enero y febrero, el majestuoso estadio Omnisports Paul Biya, que debe su nombre al presidente de la nación, iba a ser uno de los escenarios de la fiesta. Pero la desgracia sacó entrada una noche y empañó con vidas el torneo, justo cuando el local ganaba ante Comoras en los octavos de final.
Los Leones Indomables, siempre candidatos, llegaban con sed de desquite a su CAN luego de ser campeones en 2017 y ser bajados por Nigeria en octavos de 2019. Por eso ese 24 de marzo había gran expectativa y una multitud colmó el nuevo recinto para verlos ante la gran revelación Comoras. El local venía con triunfo en el Grupo A y dos figuras notorias: Karl Toko Ekambi y el consagrado Vincent Aboubakar. En cambio su exótico rival entró por la ventana del Grupo C porque tras dos caídas, batió en emotivo cierre a Ghana y logró meterse entre los mejores 16. Pero estaba todo listo para ver una noche de puro festejo de los cameruneses.
La noche fue en cambio trágica. El cuarto encuentro de octavos en el Paul Biya debía comenzar a las 20 horas del país. Rato antes, se produjo una avalancha en la entrada Sur del estadio, inexplicablemente cerrada, y agentes de seguridad derivaron hinchas hacia otro portón de acceso para despejar el lugar. Pero justo los llevaron a otra entrada cerrada. De pronto les abrieron el portón, y allí la locura: los que estaban afuera empujaron a los que habían sido derivados y la nueva avalancha dejó ocho fallecidos y 38 heridos, siete en estado crítico.
Increíblemente, el show fue continuado y Camerún batió 2 a 1 a Comoras, con goles justamente de Toko Ekambi y Aboubakar, descontando M’Changama. Ni la victoria y el pase a cuartos ocultó ese doloroso cuadro. Mientras ese dolor teñía la Copa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó que todo podía haberse evitado si los hospitales que recibieron a las víctimas estuvieran mejor entrenados para estos imprevistos y hubieran contado con un plan de manejo de la situación.
Biya, cuyo apellido llevaba el lugar, envió sus condolencias a las familias y ordenó investigar el hecho. La Confederación Africana (CAF) focalizó su propia investigación en quién cerró el fatídico portón sur; su presidente, el sudafricano Patrice Motsepe, opinó con dureza que la tragedia debió haber sido prevenida y tal pérdida humana nunca más ocurriría. Paradójicamente, días después el estadio, sancionado por la entidad, fue redimido de la medida y albergó la semifinal que precisamente Camerún perdió con Egipto por tiros desde el punto penal. Aquel 2022, más que nunca y desobedeciendo semejante dolor, el show del fútbol debió continuar.
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