[Vía Fifa.com] "Podemos hacerlo mejor que el año pasado", declaró Max-Alain Gradel al micrófono de FIFA.com. El año pasado, en el que el Saint-Etienne terminó séptimo en la tabla de la Ligue 1, fue precisamente el primero del internacional marfileño con la entidad, que intenta subir poco a poco en el escalafón y volver a la escena europea que ha forjado su historia. Gradel se siente feliz y honrado de lucir la famosa camiseta verde: "¡Es un club mítico! A día de hoy, el Saint-Etienne tiene un buen proyecto, muchas aspiraciones y un equipo con un gran porvenir".
En la actualidad, el Saint-Etienne ocupa la novena plaza de la clasificación con un regusto amargo, dado que su ambicioso estilo de juego no se ha visto recompensado y su osada línea de ataque podría haber sumado bastantes más puntos. Desgraciadamente, en su camino hacia el éxito a menudo se ha topado con la madera rival, con guardametas en estado de gracia o con su propia falta de acierto ante la portería contraria. "Trabajamos mucho en los entrenamientos, y eso al final dará sus frutos", explicó esperanzado el delantero, de 24 años de edad.
Con 19 años, el ariete, nacido en Abiyán, partió hacia Inglaterra, donde se fogueó en las divisiones inferiores del campeonato nacional. En su última temporada allí, en 2010/2011, fue elegido jugador del año gracias a sus 18 goles en liga con el Leeds en la división de plata. La afición del estadio Elland Road lloró la marcha de este extremo contundente y generoso. La del Geoffroy Guichard no tardó en caer rendida sus pies. "Trato siempre de marcar, de dar un buen pase e intento diferentes cosas. Aunque a veces no me salgan bien, me empleo a fondo. Creo que nuestros seguidores valoran esta actitud y me animan a mejorar", añadió Gradel con humildad.
Conocedor de su talento, el ex seleccionador nacional de Costa de Marfil, François Zahoui, contó con él justo cuando los Whites se encontraban en plena pugna por el ascenso a la Premier League, algo que finalmente no consiguieron. Con los Elefantes, Gradel ha ido haciéndose un sitio, unas veces como titular, otras como suplente, pero siempre pendiente de sus "hermanos mayores", como él los llama. "En este equipo hay muchas figuras con una dilatada experiencia, como Kolo y Yaya Touré, Didier Zokora, Kader Keita, y muchos otros. Siempre se puede contar con ellos, y sus consejos son muy valiosos", afirmó ilusionado.
Si, podemos
Y además está el capitán, Didier Drogba: "Le sigo desde que era pequeñito, ya veía todos sus partidos cuando estaba en el Guingamp. De modo que jugar a su lado en la selección nacional es como un sueño hecho realidad. Saboreo cada instante". Así, Gradel se encuentra como en casa en una selección a la que considera como "una familia". Un combinado que atraviesa momentos difíciles, tal y como reflejó su derrota a manos de Zambia en la tanda penal de la final de la Copa Africana de Naciones 2012. Un episodio doloroso del que el internacional extrajo una lección positiva: "Personalmente, aprendí mucho durante aquella CAN, hasta la misma final. Me permitió crecer y adquirir más madurez y fortaleza mental. Para mí sigue siendo una buena experiencia".
Clara favorita tras una trayectoria ejemplar, Costa de Marfil creía haberse asegurado un título continental que no lograba desde 1992. "No recibimos ni un gol en contra, desde el comienzo de la competición hasta el término de la prórroga de la final. Lo hicimos todo bien, solo nos faltó suerte", analizó Gradel. Los Elefantes se clasificaron el fin de semana pasado para la edición de 2013, a expensas de Senegal. El año que viene, podrán sacar fuerzas de este sueño roto en el último suspiro para intentar de nuevo colmar sus aspiraciones y convertirse por derecho propio en la primera potencia futbolística africana.
Sabri Lamouchi, nombrado seleccionador en mayo pasado, dejó bien claro desde el principio los valores que más aprecia. "Hemos descubierto a alguien muy humano", nos contó el delantero del Saint-Etienne con respecto al técnico francés. "Nos ha transmitido sus ganas de hacer algo grande con nosotros, todos juntos. Ha destacado el hecho de que nunca se puede ganar nada jugando para uno mismo. Ha hecho hincapié en la solidaridad, y su discurso nos ha calado hondo. Poseemos talento individual, pero lo más importante es unir nuestras fuerzas para llegar más allá por nuestro país".
Si la fórmula resulta, Costa de Marfil puede esperar mucho de su futuro en el fútbol internacional. "Los dos próximos años suponen dos oportunidades para hacer grandes cosas. Primero está la CAN 2013, que queremos ganar, y después la Copa Mundial de Brasil, para la que esperamos clasificarnos y hacer un mejor papel que en nuestras dos participaciones anteriores [eliminada en la primera ronda en 2006 y 2010]. Son dos expectativas magníficas", concluyó Gradel, quien espera aprovechar estas dos grandes citas para levantar definitivamente el vuelo.
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