[Por Diego Martín Yamus] Grandes estrellas pueden tener un rato de brillo y luego apagarse así de repente. Y no por eso dejar de serlo. Es el caso de Nii Odartey Lamptey, el talentoso ghanés abanderado de aquella generación dorada juvenil que, es cierto, luego no pudo confirmarse de mayor, aunque sus logros y sobre todo su habilidad quedó inolvidable, más cuando atravesó muchos dolores.
Porque el zurdo mediocampista nació el 10 de diciembre de 1974 en Tema, pero se crió en las grandes ciudades Accra (la capital) y Kumasi. Y no en la mejor familia, con su padre alcohólico y que lo amenazaba y maltrataba si sabía de su interés por jugar al fútbol. En medio de mil penurias, comenzó en las divisiones inferiores del Young Corners, aunque su sueño era actuar en el exterior. Sin embargo la Federación de Ghana se lo impidió confiscándole su pasaporte, ya que quería retenerlo para futuras llamadas a selecciones. Así disputó el Mundial Sub 16 de 1989 en Escocia con varios de los que serían parte de ese gran tiempo, aunque se fueron en la primera ronda.
La Federación lo hizo viajar a la vecina Nigeria. Y eso cambió su futuro, al conocer al gran Stephen Keshi, gloria de las Súper Aguilas. Keshi lo vio, lo admiró y lo convenció de ir a Bélgica con un pasaporte falso. El técnico neerlandés Aad de Mos lo observó y al quedar impresionado lo hizo fichar para el Anderlecht, uno de los grandes de Bélgica, con el que debutó profesionalmente a los 16 años en 1990. Con el que estaría casi cinco años, ganaría dos títulos de liga y comenzaría a demostrar su capacidad goleadora.
Ese fue el inicio de su momento de gloria y fama, aún con tan corta edad. Tales eran sus prestaciones que habiéndose clasificado con la Sub 17 para otro Mundial, el de Italia 1991, sin embargo arrancó en la mayor ese 91. Fue el 29 de abril y con gol a Togo para un 2-0 por la ruta hacia la Copa Africana de Naciones de Senegal. Pero ése iba a ser uno de sus capítulos de alegría. Antes viajó a Italia con ese equipo del que pocos conocían hasta su nombre, hasta que él empezó a hacer goles y sus compañeros lo ayudaron a conquistar brillantemente el título, el 30 de agosto en Viareggio ante España, 1-0 con tanto de Emmanuel Duah. Lamptey fue goleador con 4 junto a Adriano Silva de Brasil, votado mejor jugador y parte del equipo ideal. Y quinto como futbolista africano del año.
Ya asentado en la selección grande, fue a Senegal como pieza clave de un conjunto que incluía nada menos que a Abedi Pelé y Tony Yeboah, y ese enero de 1992 alcanzó el subcampeonato de su primera CAN, en esa imborrable larga serie de penales ante Costa de Marfil. Por supuesto que el entrenador Samuel Arday lo contó para el Sub 23 que jugaría los Juegos Olímpicos de Barcelona. Y si bien Lamptey no brilló, acompañó a conseguir para Ghana y África la primera medalla olímpica en fútbol, aquel 7 de agosto en justo el Camp Nou de Barcelona, al vencer 1 a 0 a Australia en el duelo por el bronce.
Allí no acabó su esplendor. En febrero de 1993 la base del revelador Sub 17 ganó el Africano Sub 20 y el pase al Mundial de Australia. Lamptey hizo un solo gol pero impulsó a los suyos a una nueva gran campaña, que frenó el Brasil de Dida en la final el 20 de marzo en Sydney, remontando un 0-1 para vencer 2-1 en el minuto 89. En sólo dos años, la estrellita había ganado un Mundial, segundo de otro, de África y conquistado una medalla olímpica. Mientras tanto, el Anderlecht lo cedió al PSV neerlandés, donde marcó 12 goles en 22 partidos.
Allí sin embargo fue el declive de su promisoria carrera. Jugó en 1994 su segunda CAN quedando afuera en cuartos de final. Y comenzó un peregrinar por clubes y continentes de la más variada especie. Ese 94 fue al Aston Villa inglés, de donde pasó al Coventry. La Copa Africana de Sudáfrica 1996 sería su última, cuarto y expulsado en la semifinal con el local y campeón. El 27 de abril disputó su último encuentro con Ghana, no muy airoso al perder 2-8 con un Brasil olímpico. En 1997 Boca Juniors lo adquirió pero lo prestó a Unión de Santa Fe, donde jugó solamente seis partidos. Esos días perdía a uno de sus hijos y dejó deprimido la actividad por un tiempo, hasta que se mudó a Turquía para estar en el Ankaragucu, luego en el Uniao Leiría de Portugal y en el Greuther Fürt de Alemania, donde sufrió racismo y la partida de otra de sus hijas.
En 2001 cambió de continente y probó en Asia. En el Shandong Luning de China contó que vivió "la época más feliz de su vida". Luego estuvo en el Al Nasr de Dubai, Emiratos Arabes Unidos, y en 2005 volvió a festejar un título en el retorno a Ghana, cuando obtuvo con el Asante Kotoko la liga. Finalmente recaló en 2007 en el sudafricano Jomo Cosmos, donde se retiró en 2008. En 2009 comenzó como asistente de campo en el Sekondi Wise Fighters de su país, y años después fundó la Elmina Sharks Academy de fútbol, donde hoy es entrenador. Así hizo también, comprometido con causas sociales, con la Glow Lamp Internacional School, un instituto dedicado a la enseñanza a niños a leer y escribir.
Nii Lamptey fue un grande. Aunque su estrella haya sido fugaz como esos espectaculares años 90 de juvenil.
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