martes, 8 de agosto de 2017

Glorias de África: Cecil Attuquayefio

[Por Diego Martín Yamus] En los años 60, Ghana fue el rey de selecciones de Africa, jugando nada menos que cuatro finales de Copa Africana consecutivas, con dos títulos y dos subcampeonatos. También participó de los Juegos Olímpicos en sendas ocasiones y el Asante Kotoko peleó las Copas de clubes. Muchos jugadores fueron partícipes de esa era dorada, como Edward Acquah, Osei Kofi, Wilberforce Mfum o el ex Balón de Oro Ibrahim Sunday. Pero Cecil Jones Attuquayefio pasó a la historia por su tarea no sólo dentro de la cancha, sino fuera de ella y en la dirigencia.
El mediocampista ofensivo, nacido el 18 de octubre de 1944 en la capital Accra, tuvo una corta pero intensa vida como jugador. Formado en el Ghana Academicals, debutó en Primera División en 1962, sólo 18 años, con el Accra Standfast FC, de donde pasó en 1965 al Real Republicans, la base de la selección de las Black Stars que arrasaba en el continente. Sus condiciones lo llevaron a la CAN de Túnez 65 y allí debutó con su país el 12 de noviembre, ante Congo Léopoldville (hoy República Democrática del Congo), en lo que fue rotundo 5-2 para el campeón reinante, donde Cecil se dio el gusto de marcar los últimos dos goles a los 84 y 89 minutos. Y nueve días después, se dio el gusto de jugar la final, donde Ghana venció al local en tiempo suplementario y se consagró por segunda vez al hilo.

No fue su única vuelta olímpica en la cancha, ya que tras fichar para el Great Olympics en 1966, ganó la Liga ghanesa en 1970 y 1974. Siguió con el combinado nacional, para el que actuó en las siguientes CAN, donde ya fue titular frecuente, especialmente en las finales perdidas en 1968 ante Congo Kinshassa y en 1970 con Sudán, éste su último partido con la camiseta blanca. Participó en los Juegos Olímpicos de México 68, jugando sólo el estreno ante Israel y siendo eliminado en primera fase, y se retiró en el 74 en el Olympics.

Enseguida pasó a lucirse del otro lado de la cancha: como técnico. Comenzó en su Great ese mismo 74, y al poco tiempo, en 1975, obtuvo su primera alegría desde el banquillo con la Copa de Ghana. Lo dirigió hasta 1984, cuando además ejerció su primer trabajo de dirigente, como vicepresidente de la Ghana Football Association (GFA) entre el 82 y 84. Luego volvió al banco: asistente de la selección absoluta entre 1985 y 1987, el Okwawu United entre 1988 y 1989, el Stade Abidjan de Costa de Marfil (1989- 1990), el retorno a su tierra para el Goldfields SC (1990- 1993) y en 1993 tomó al Ashanti Gold FC, a quien sacó bicampeón local en 1994 y 1995. 

Otra vez estuvo en los escritorios de la GFA, ahora como secretario general hasta 1997, fue ayudante en el Sub 23 que jugó en los Olímpicos de Atlanta 96 y en 1998 fue designado para el Sub 17, que también condujo al éxito en el Campeonato Africano de 1999 en Guinea, lo que lo llevó al Mundial de Nueva Zelanda donde dirigió entre otros al gran Michael Essien, Nathaniel Lamptey e Ishmael Addo, y lo colocó en el tercer lugar, habiendo sido derrotado por el campeón Brasil en semifinales por tiros desde el punto penal.
Pero todos sus logros como futbolista y como técnico no fueron nada comparados con lo que Attuquayefio realizó después. A la par del Sub 17 se hizo cargo del Hearts of Oak, uno de los clubes más populares del país, y en tres años le hizo ganar siete campeonatos. Tres ligas consecutivas entre el 99 y 2001, dos Copas domésticas y, lo más grande en su vida, dos internacionales. Porque la gloria la consiguió el 17 de diciembre de 2000, cuando su Hearts of Oak derrotó al poderoso Espérance tunecino en suelo norteafricano y levantó por primera vez la Liga de Campeones de la CAF. Y sólo dos meses después, a su comando, el Oak se llevó la Supercopa ante el gigante egipcio Zamalek. De más está decir que Cecil fue nombrado por la entidad entrenador del año 2000.

Semejante curriculum le valió ser llamado para la selección, en 2001, a la que por poco no pudo clasificar al Mundial de Corea del Sur y Japón. Más tarde tomó al Liberty Professionals, y en 2003 tuvo su primera experiencia con un seleccionado extranjero, Benín, que no tenía nombre en Africa. De la mano de Attuquayefio, las Ardillas ganaron su grupo eliminatorio y se clasificaron a la Copa Africana por primera vez en su historia, la de Túnez 2004, el mismo lugar donde Cecil había sido campeón con Ghana en el 65.
Tras la rápida derrota en la fase de grupos, volvió al Liberty pero como manager, y a partir de allí se dedicó a volcar su talento de otra forma. Fue nuevamente directivo, ahora nada menos que ministro de Deportes del país entre 2005 y 2007, y a la vez detector de juveniles hasta su partida al cielo en 2015. Porque un 12 de mayo, casi 50 años después de aquella epopeya de Túnez, falleció a los 70 en la misma Accra que lo vio nacer. Así, el condecorado con el título de Sir y entrenador del siglo en 2009 se fue del fútbol como lo hizo siempre: con toda la gloria.

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