Según la Agencia ANSA, un centenar de egipcios huyeron de Argelia porque recibieron amenazas. Serían cerca de 90 personas los que arribaron al aeropuerto de El Cairo escapando de la ola de violencia que provocó esta definición de un partido de fútbol.
El sábado, tras el partido, el autobús de los jugadores de Argelia, los transportes de hinchas visitantes fueron agredidos en El Cairo y, aunque inicialmente se especuló con un muerto, las autoridades locales y fuentes diplomáticas argelinas negaron el rumor.
La tensión llegó a tal punto que el primer ministro de Egipto, Ahmed Nazif, llamó por teléfono a su par argelino, Ahmed Ouyahia, para que se garantice la seguridad de sus compatriotas en Argel.
Ayer, fanáticos argelinos causaron daños por 5 millones de dólares a la compañía telefónica Djezzy, en Argel, filial de la egipcia Orascom (OTA), que sufrió un principio de incendio. "Nos robaron 70 mil celulares y muchos bienes de la empresa quedaron destrozados", dijo en rueda de prensa Hamid Grine, director de Comunicaciones de la empresa.
Ante esto, el gobernador Abdelrahman al-Khidr de Jartum, sede del partido, dijo que "hemos completado todos los preparativos y estamos listos para cualquier emergencia". Se estima que habrá 15.000 policías en el operativo de seguridad.
Está previsto que hasta Sudán lleguen 48 aviones llenos de aficionados argelinos y 18 de Egipto, con otros 2.000 egipcios que llegarán en autobús. Cada equipo tendría 9.000 entradas, con otras 17.000 reservadas para Sudán, en donde hay una gran colonia egipcia.
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