[Por Diego Martín Yamus] Se pueden hacer cientos de goles y ganar un montón de títulos para ser idolatrado. Pero también pueden alcanzar unos pocos para conseguirlo. Eso fue lo que Abderrazak Khairi logró con un puñado de ellos, en el Mundial de México en 1986, para llevar a su Marruecos a ser el primer país africano en avanzar de ronda mundialista. Una parte, la más gloriosa, de una trayectoria corta pero exitosa.
Nacido el 20 de noviembre de 1962 en Rabat, la capital del reino del Norte, Khairi comenzó con 20 años en el Forces Armées Royales, más conocido como FAR, el segundo mayor campeón marroquí detrás del Wydad Casablanca. Y desde ese 1982 hilvanó una vida de triunfos, ganando seis títulos en sus 13 años en el equipo capitalino. Como sus primeros dos en 1984 con la Botola, la liga doméstica, y la primera de las tres Copas del Trono, que repetiría en 1985 y 1986, en ambas marcándole al Difaa El Jadida.
Esos éxitos llamaron la atención del entrenador de la selección, el brasileño José Faría, quien lo convocó por primera vez para un instante clave: la llave doble eliminatoria con Libia por un lugar en el Mundial de México. Y el 6 de octubre en su cancha, el Prince Moulay Abdallah, Marruecos goleó 3 a 0 y Khairi debutó con la nacional, ingresando a los 89 minutos por Hamou Fadili, siendo además amonestado. El 18 en la revancha en Benghazi, Faría le dio la confianza para actuar los 90 minutos y a pesar de perder 0-1, por diferencia de gol se clasificó junto a sus nuevos compañeros a la segunda Copa del Mundo de los Leones del Atlas. Pero eso no fue todo por el 85, ya que el 22 de diciembre, el prometedor mediocampista, a veces delantero, se consagró campeón con el FAR de la Copa de Campeones, hoy Liga de Campeones de África, al igualar en Zaire con el AS Bilima 1-1, luego de haber goleado 5 a 2 en Rabat.
El de 1986 sería su año de gloria. Pero Khairi no había comenzado bien; no era la primera opción en la ofensiva marroquí, detrás de Krimau, Soulaimani o Merry. Fue a la Copa Africana de Naciones de Egipto, donde disputó tres partidos, siendo reemplazado en dos y donde Marruecos decepcionó con un cuarto lugar. A pesar de eso, Faría lo siguió teniendo en cuenta para un par de amistosos y finalmente lo incluyó en la lista de 22 futbolistas que devolvían a su país a un Mundial, y otra vez en México, como aquel inolvidable 1970 donde Marruecos consiguió el primer punto africano en la Copa. Abderrazak era uno de los cinco del FAR, junto a Lamris, Timoumi, el arquero suplente Hmied y Ouadani, pero no era aún destacado. Por eso, en el debut el 2 de junio en Monterrey ante Polonia, en un buen empate sin goles,, sólo ingresó faltando un minuto justamente por Timoumi. El 6, ante Inglaterra, sí fue titular los 90 minutos de otro gran 0-0. Con esos dos marcadores, los norteafricanos igualmente debían ganar en su último partido si querían hacer historia.
El cierre del duro Grupo F era el 11 de junio en el estadio Tecnológico de Monterrey, y nada menos que contra el fuerte Portugal de Paulo Futre y Fernando Gomes. Sin embargo, Khairi escribió en un rato su página más gloriosa marcando dos goles para poner a su equipo en buena ventaja. Primero a los 19 minutos, y ocho después con gran definición cruzada para el 2-0. A los 63 minutos, Abdelkrim Krimau aumentó a tres, y aunque Diamantino descontó a los 79, Marruecos logró un 3-1 sensacional e impensado que lo colocó, por primera vez para África, en una segunda ronda mundialista. Pero los Leones del Atlas no se conformaban, así el rival de octavos de final se llamara Alemania Federal, vigente subcampeón. Khairi y los suyos le complicaron tanto la vida a los de Franz Beckenbauer que recién cayeron en el minuto 87, con aquel tiro libre de Lothar Matthaus que aprovechó un error de formación de la barrera. Igual regresaron a su tierra como héroes y dieron al mundo una nota para el recuerdo.
Esa tarde de Monterrey fue la consagratoria del joven Khairi, que luego continuó ganando títulos con el FAR, como en 1987 con otra liga en la que compartió el liderazgo de la tabla de goleadores con Hassan Nader del Wydad Casablanca, con 12 tantos. Pero participó poco de la selección. Enfrentó a Túnez en la clasificación para los Juegos Olímpicos de Seúl, en un emotivo desquite el 30 de enero de 1988 en Rabat, donde Khairi marcó el primer gol y Krimau aumentó a 2-0, pero los tunecinos empataron 2-2 y los marginaron por el 1-0 de la ida. Luego jugó las eliminatorias de la CAN de 1990 y 1992 y marcó su último tanto el 9 de mayo de 1990, en un triunfo amistoso sobre Emiratos Arabes Unidos 3-1 en Lille, Francia, vistiendo por última vez la camiseta roja el 12 de septiembre, en una derrota en otro amistoso en Dublin ante Irlanda 0-1, totalizando 25 encuentros y cinco goles. Siguió en el FAR hasta 1995, cuando emigró a Omán para actuar por el Suwaiq (actual líder de esa liga) y se retiró del fútbol en 1997, en el modesto Hilal de Yacoub El Mansour de Rabat.
Allí Khairi comenzó otra vida exitosa, ahora como entrenador. Con preferencia por el sistema táctico 4-3-3, debutó a mediados de los 2000 en el Union Touarga al que ascendió a la Primera División marroquí, lo que realizaría también con el MAS (2005/06) y el Wydad de Fez (2008/09) y en 2006/07 con el FUS, el otro grande de Rabat. Dirigió al Jeunesse El Massira, en 2007/08 al Ittihad Tánger, en 2009/10 al Chabab Rif AL Hoceima y en 2010/11 al AS Salé, de donde en 2012 regresó a Omán para hacerlo con el Saham Club. Volvió a su país y tomó al Raja de Beni Mellal en 2012, para retornar a su FAR de toda la vida, ahora como técnico, al que en 2013 llevó al subcampeonato local. En 2014 volvió a Omán para tomar al Sohar, y más tarde a Marruecos para hacerse cargo del KAC Kenitra, y en 2017 del modesto JS Kasbat Tadla, regresando en diciembre de ese año al FAR, de donde se fue nuevamente el 16 de abril de 2018, tras caer por la Botola 3-4 en casa contra el Olympic Safi. Esa fue la vida de Abderrazak Khairi, llena de intensoss momentos. Ninguno como el de esa tarde de 1986 en que, con sólo dos goles, entró en la eternidad africana y mundial.
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