[Por Aritz Gabilondo para Diario As] Es usted el nuevo seleccionador de Guinea Ecuatorial. Suena bien.
Sí, es un reto muy bonito. Conmigo han venido Juanjo Carretero, que ya fue mi ayudante en otros equipos, y un preparador físico de Valencia, David Sanchís. Estamos ya trabajando para poder mejorar las cosas en el poco tiempo que tenemos. He firmado hasta diciembre, con opción de prolongar el contrato en caso de que las dos partes queramos. Ya veremos.
¿Se lleva a la familia?
Mi mujer quiere venir conmigo y es normal. Lo hará. Los días son muy largos cuando estás fuera de casa. Nos dieron la opción de vivir en el hotel o en unas villas que están cerca, también dentro del recinto. Hemos optado por el hotel. Es lo más cómodo.
¿Y cómo han recibido a Goiko los ecuatoguineanos?
Muy bien. Llegamos hará unos diez días a Malabo. Aterrizamos a la 1 de la mañana y, pese a ello, había bastantes periodistas recibiéndonos. Es todo muy distinto, pero mejor de lo que uno se espera. Por ejemplo, el concepto de ciudad es como el de cualquiera española: edificios modernos, un estadio óptimo, unas instalaciones deportivas en condiciones Al menos en la capital, que es donde he estado, la gente vive y trabaja como en España. Lo normal.
¿Había estado en África?
En Senegal de vacaciones con mi mujer y mis hijas. Nada que ver. Aquello es la Suiza de África, hay mucho turista. Guinea Ecuatorial es diferente, aunque también se ven buenos coches por la calle y buenas marcas de todo tipo. La comida, por ejemplo, me ha llamado la atención por positiva. En el hotel hay carne y pescados buenos. Eso sí, el vino español es carísimo. No pensaba que fuera tan cotizado. Y luego estamos en el ecuador y eso implica tener mucha atención con vacunas y enfermedades. Todos los días me tengo que tomar una pastilla.
¿Cómo surgió la posibilidad de marcharse tan lejos?
Hace unos años, cuando era entrenador del Numancia, estuvo la selección de Guinea Ecuatorial en Soria y pudimos convivir unos cuantos días con ellos. Hicimos una buena amistad. Así que hace unas semanas alguien me llamó, a través de un agente, y surgió la posibilidad de firmar. Me dijeron que el anterior seleccionador no iba a seguir y que si estaría dispuesto. Y después de consultarlo con la familia, me decidí. Estoy muy animado.
El reto, desde luego, lo merece, aunque sea por lo desconocido que es
Es cierto. De Guinea Ecuatorial conocía más bien poco. Sabía que Benjamín hacía de lazo con los jugadores de origen ecuatoguineano que viven en España, pero es ahora cuando te pones a mirar las cosas a fondo y de verdad ves el desbarajuste que existe. La selección está muy esparcida. Hay futbolistas en África, en Brasil, en España, en Irak
¿Y qué me dice del fútbol del país?
La infraestructura es pobre, es un hecho. No hay un esquema sobre la cantera, ni tampoco una base de datos de los futbolistas seleccionables. Incluso la liga local está ahora mismo parada. Hay mucho trabajo por hacer. Nos hemos puesto manos a la obra porque pasión por el fútbol, afición, sí que existe. Y mucha. Vivimos aquí el Madrid-Barça y fue una auténtica locura. La gente iba tocando los cláxones después del partido, hay cultura de fútbol. Todo se vive con entusiasmo. Madridistas y culés, hasta en eso se nota.
¿Dice que no hay liga?
De momento no. Hay liga, pero está parada, así que no se está compitiendo. Ahora, con el cambio de presidente en la federación se quiere volver a mirar el calendario para ponerla en marcha. La idea es que un coordinador se preocupe del tema y el campeonato local empiece de nuevo. Me parece fundamental. Una selección sin liga local es algo que no cuadra.
Pues sí, aunque en los últimos años hubo un proceso de 'naturalización' para nacionalizar jugadores de origen ecuatoguineano por todo el mundo, ¿no?
Así es. La base de la selección son jugadores de ascendencia ecuatoguineana más otros muchos que han sido nacionalizados: brasileños, nigerianos Todo está viniendo muy corrido para nosotros porque acabamos de llegar, pero yo creo que el trabajo con esta selección debe ser a largo plazo antes que a corto.
Anteriores seleccionadores, incluido el último, el brasileño Gilson Paulo, denunciaron presiones por parte del vicepresidente segundo de la República, Teodoro Obiang, a la hora de hacer alineaciones. ¿Le preocupa este hecho?
Pues aún no lo sé. Va a haber un nuevo presidente de la federación y con él seguro que hay cambios. También en este sentido. Todas estas cosas nos chocan mucho porque partimos de otra cultura, muy diferente a la africana. Ya veremos qué ocurre.
También dijeron entrenadores anteriores como Henri Míchel que el nivel de este equipo no concuerda con las exigencias de los aficionados y del propio gobierno.
Yo todavía no tengo una noción exacta porque llevo pocos días, pero un preparador físico de Valladolid que ha estado trabajando en uno de los equipos punteros del país me dijo que más o menos estaría entre Segunda B y Tercera de España. Hay cosas por hacer, eso está claro. Y en eso estamos. Cuando vea a mi equipo competir de tú a tú contra otras selecciones tendré una imagen real de lo que somos. Yo parto de la premisa del optimismo.
Su primer reto importante le viene contra Cabo Verde a finales de mes. Tienen que ganar sí o sí para seguir optando al Mundial...
Pues sí, tenemos poco tiempo por delante y por eso estamos trabajando duro desde el primer día para poder llegar en condiciones a ese partido. Será un encuentro complicado, pero seguro que a ilusión y ganas no nos supera nadie.
¿Ha hablado con Javier Clemente o le ha dado consejos? Se lo digo porque como él fue seleccionador de Camerún...
No, pero además creo que la situación es distinta. Clemente iba y volvía a los partidos. Mi idea es totalmente diferente. Yo me quiero quedar en Guinea Ecuatorial para estar pendiente de cómo avanza la estructura. Me interesa cómo mejorar y conocer otras cosas que puedan surgir estando aquí. Lógicamente también haré viajes largos a España porque es donde hay jugadores seleccionables. Será parte del trabajo.
Uno con el que podrá contar, gracias a la mediación de Benjamín, es el mallorquinista Emilio Nsue -foto-.
Sí, es una buena noticia. Me da mucha tranquilidad saber que tendré un jugador de Primera entre nosotros. Espero que no sea el único. Quiero ver en directo a Omar Mascarell, que juega en el Castilla, o a Pedro Mba, del Sampdoria. Y luego están los ya habituales Iván Bolado, que está jugando en Moldavia, Sipo (Osasuna B) Juvenal (Sabadell) y Randy (Ceuta)
¿Le dolió decirle a Abel que no podía acompañarle al Celta como su segundo?
Tengo muy buena relación con él desde mi época en el Atlético. Me llamó para preguntarme si quería acompañarle en su nueva aventura en el Celta. Se lo agradecí, pero en ese momento estaba en plenas conversaciones con Guinea Ecuatorial y me pareció de mal gusto dejarlas a un lado. Ni podía ni debía hacerlo. Él lo entendió.
Y también a usted le picaría el gusanillo de volver a entrenar, claro.
Por supuesto. Llevaba ya tres años lejos de los banquillos, esperando una oportunidad en España que no salía y que tampoco se concretaba en el extranjero. Me surgió lo de Guinea Ecuatorial y no me lo pensé. Me apeteció mucho el desafío desde el inicio.
Dígame una cosa, ¿cómo se las ingenia para ver los partidos del Athletic desde Guinea Ecuatorial?
(Risas) Al Athletic hay que verlo estés donde estés. El otro día me crucé por Malabo con un chico con la camiseta y me fotografié con él y lo subí al twitter ('Un buen aficionado al fútbol, qué alegría', rezaba el comentario adjunto a la imagen -foto-). La victoria en Pamplona ha sido un bálsamo de aceite en una temporada muy convulsa. Igual que el año pasado las cosas salieron muy bien llegando a las dos finales, en esta todo se ha torcido. Tampoco ha ayudado la división que existe en torno a Bielsa. Unos lo aman y otros lo odian, pero lo cierto es que aún no se sabe si va a seguir la próxima temporada.
Por último, ¿en África son del Madrid o del Barça?
En Malabo he visto mucha división, no sé en otros sitios. Yo creo que unos y otros han comprobado que ahora mismo al Barça le falta fluidez y alegría. Antes todos sabíamos cómo jugaba y aún así nos sorprendía, ahora ya no tanto. Y el Madrid le tiene cogido el punto. Da igual estar en España o en África para ser consciente de ello.
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