[Por Diego Martín Yamus] Fue como pocos un talento desde su misma aparición. Goleador, jugador emblema, ganador, de inmensas condiciones técnicas, un delantero más de los grandes de África. A tal punto que se le agregó el sobrenombre “Pelé” a su nombre y apellido, y hasta a veces se lo nombró con el apodo. Abedi Ayew (Domé, Ghana, 5 de noviembre de 1964), o para la historia grande Abedi Pelé, fue otro genio que trascendió las fronteras del continente.
Y eso que sus inicios en el fútbol fueron mediocres. Ya a los 14 años, en 1978, surgió en el Real Tamale de su país, donde estuvo hasta 1982; sin embargo, ése fue su primer año de gloria, ya que con 17 años integró la selección de Ghana que obtuvo su cuarta y última hasta hoy Copa Africana de Naciones en Libia. Abedi entraba en los segundos tiempos (aunque jugó contra Túnez de titular en el último partido de la primera fase) e ingresó en la final ante el local a los 68 minutos por Koffi Badu, trayéndole buena suerte a su equipo que luego ganó por penales 7-6 tras igualar 1-1 delante de Muammar Al Gaddafi. Pero el mayor de la familia Ayew, una típica del fútbol ghanés, siguió un recorrido no tan interesante como ese gran título prometía: Al Sad de Qatar en 1983 (con el que igual ganó la Copa del país), Dragons Ouéme de Benín en 1984 y la vuelta al Real Tamale en 1985, una carrera que hoy sería difícil de entender para un futbolista de sus kilates. Por suerte le llegó la hora de emigrar, ya que en 1986 viajó a Francia para jugar en los modestos Niort y luego en FC Mulhouse, donde lo hizo tan bien que a fines de 1987 pasó al gran Olympique Marsella. Pero jugó poco, no fue muy preferido y entonces fue cedido al Lille en 1988 por dos temporadas. Hasta allí, una trayectoria que no decía casi nada.
Pero en la década del 90 explotó definitivamente: volvió al Marsella, ganó dos ligas de Francia (1991 y 1992), tres Balones de Oro al mejor futbolista africano (91, 92 y 93) y la cúspide el 26 de mayo de 1993, cuando fue parte del OM que le ganó al Milan 1-0 la Liga de Campeones 1992-1993 en Munich. Lo mismo con la selección, a la que nunca pudo clasificar a un Mundial pero llevó al subcampeonato de la Copa Africana de Naciones en el 92, en Senegal. Después continuó brillando en Lyon (1993- 1994), Torino (1994- 1996), 1860 Munich (1996- 1998) y su final en Emiratos Arabes Unidos, en Al Ain entre 1998 y 2000. Y se despidió del equipo nacional después de 67 partidos, 5 Copas Africanas de Naciones, la capitanía y por supuesto muchos goles, en 1997 contra Congo.
Luego de su carrera como jugador, fue un tiempo entrenador en el FC Nania de la tercera división de su país, y el Gobierno de Ghana lo nombró presidente de la Federación en junio de 2001 y le concedió la Orden de la Volta (máxima distinción de la nación) al mejor deportista ghanés de todos los tiempos. También obtuvo dos premios Afrique Football en 1991 y 1993 y el primero oficial de la CAF en 1992, siendo hasta ahora el jugador africano más galardonado de la historia. Y actualmente es miembro de la Comisión Técnica de la CAF y la FIFA. Así que, ahora en los escritorios, Abedi Ayew “Pelé” sigue forjando una de las mejores carreras africanas como un ejemplo dentro y fuera de la cancha. Sus hijos, André y Jordan, son habituales en las Black Stars actuales y continuadores de su legado.
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Badou Zaki (Marruecos)
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