El Mundial terminó rápido para los representativos africanos. Sólo pudieron superar la fase de grupos Argelia y Nigeria. Por eso, muchos jugadores aprovecharon estos días para regresar a sus países y compartir momentos y experiencias con su gente, no olvidando sus raíces y buscando las fuerzas para retornar a sus equipos en Europa. Ese fue el caso de Jonathan Mensah y Serey Die, mundialistas con Ghana y Costa de Marfil, respectivamente.
Según cuenta el periodista Abou Kamagate en Mondo Blog RFI, el volante del Basilea Serey Die, compartió una jornada de fútbol en un barrio popular del norte de Abidján. Allí participó de un partido ante jugadores locales y se lo vio vistiendo la camiseta de su compañero en los Elefantes, Akpa Akpro. Muchos aficionados se acercaron a ver a sus ídolos y sobre todo a Die, que protagonizó una de las imágenes más conmovedoras en Brasil 2014, cuando estalló en llanto al escuchar el himno nacional previo al encuentro con Colombia por la segunda fecha del Grupo C.
Otro caso similar se dio en Ghana, donde el defensor Jonathan Mensah estuvo realizando tareas sociales desde que regresó a su país tras la experiencia en suelo brasileño. "Pasé algún tiempo con los estudiantes de Obuasi Senior High School. Siempre es un placer!", publicó en su Facebook. Mensah se mostró muy contento de esta experiencia vivida jugado al fútbol y recordando sus inicios. "A veces, tu tiempo y tu presencia es todo lo que ellos necesitan. Muchas veces estamos tan atrapados en nosotros mismos que nos olvidamos de la gente que nos vio empezar. Tenía la misma diversión jugando con ellos, similar a la de un niño de Obuasi. Pasé unos días lindos aquí y espero volver pronto", destacó Mensah.
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