[Por Diego Martín Yamus] Fue parte de la brillante generación que puso a Camerún en el mapa de África y del fútbol internacional. Fue pieza de la selección que tocó en 1982 tierra mundialista por primera vez. Pero justo entonces debió bajarse de su pasión y concluir su espectacular carrera por su rodilla. Sin embargo, Jean Manga Onguéné (Ngoulemekong, 12 de junio de 1946) fue igualmente un nombre y apellido tan glorioso como los de su época.
Allá por 1966, el delantero en ocasiones medio de ataque era un chico que pateaba el balón y se cansaba de hacer goles en las calles, cuando de pronto representantes del poderoso Canon Yaoundé lo vieron y lo llevaron al equipo capitalino. Y a poco de llegar, se destacó marcándole cinco de los siete tantos al campeón local Caiman Douala para un 7-1 inolvidable. Y a años de su arribo, transitó la felicidad casi permanente de ser campeón: junto a Thomas N’Kono, Theophile Abega, Emmanuel Kunde y varios que harían la era dorada de los Leones Indomables, disfrutó una catarata de títulos locales e internacionales. Entre 1969 y 1982, año en que se retiró, ganó seis ligas (dos como máximo goleador), otras seis Copas del país y, sobre todo, los triunfos en los certámenes continentales: las tres Copas de Campeones de 1971, 1978 y 1980 y la Recopa africana de 1979.
A la par del éxito en el Canon, sus cualidades lo enviaron enseguida a la selección: apenas un año de su debut, en 1967, también empezó un buen camino con un equipo en ese momento irrelevante en África. Su primer partido fue victoria: 13 de diciembre ante Ghana, 1-0 por la ruta a los Juegos Olímpicos de México, y Onguéné convirtió el gol. Aunque no pudieron arribar a los Juegos, sí lo hicieron para sus dos primeras Copas Africanas de Naciones, en 1970 en Sudán (él hizo otro gol) donde se fueron en primera ronda, y mucho mejor en su tierra en 1972, cuando al mando del alemán Peter Schnittger llegaron a semifinales perdidas con su tradicional rival Congo, luego vencedor; al menos lograron el podio barriendo 5 a 2 a aquel gran Zaire.
Otro espectacular tiempo para Onguéné, quizá el mejor con sus compatriotas, fue cuando para 1976 Camerún ganó arrasando los Juegos de África Central en Gabón, tomándose revancha de los congoleños 3-2 en tiempo suplementario con conquistas de Onguéné y dos de un joven Roger Milla, en la que además el del Canon realizó seis. Sin embargo, eso no fue casi nada comparado a su premio al jugador del año en 1980, luego de su tercera gesta en la Copa de Campeones. Y más que estos dos hitos fue el integrar la selección y contribuir a la gloriosa clasificación al Mundial, al superar dos veces a Marruecos y arribar a España 82.
El delantero iba a estar casi con seguridad entre los 22 históricos mundialistas. Incluso pocos días antes del comienzo del torneo, el 1 de mayo, había marcado un doblete para un 2 a 1 sobre Senegal en un amistoso. Pero esa lesión de rodilla lo dejó afuera y además marcó su retiro de la selección y del Canon. Regresó a escena entre 1989 y 2002, primero como técnico interino o entrenador adjunto del combinado, y en 2001 la FIFA lo designó responsable del desarrollo del fútbol en África Central. Y en 2006 la Confederación Africana (CAF) lo eligió entre los 200 mejores de los últimos 50 años en el continente. Por si le hacía falta otro premio a Jean Manga Onguéné, una gloria que no necesitó estar en un Mundial.
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