[Por Diego Martín Yamus] Entre 1961 y 1962 la Copa Africana de Naciones desarrolló su tercera edición, con la que comenzó a mejorar en su organización. Ya no había sólo tres o cuatro equipos, ahora se sumaban otras naciones que amanecían en el fútbol. Por eso, por primera vez debieron disputarse eliminatorias que clasificaron a dos países aparte de Etiopía, el dueño de casa en esta oportunidad, y Egipto, el bicampeón reinante. Claro que aún todo era muy rudimentario: Nigeria eliminó a Ghana por sorteo tras dos empates, Uganda lo hizo con Kenia en tercer partido y Túnez pasó por no presentación de Marruecos. Y en la última ronda, Uganda entró a la Copa por sorteo y Nigeria y Túnez definieron la otra plaza, que se llevaron los tunecinos pero sin poder ganar, ya que tras el empate 2-2 en la vuelta en Túnez, los nigerianos abandonaron la cancha en protesta por el segundo gol de los árabes, con lo que la CAF decidió obviamente darle el pase al conjunto rojo. Para sumar más detalles curiosos, la Copa se iba a jugar ese 1961 pero fue pospuesta para enero del 62 por demoras en los trabajos de remodelación en el estadio Haile Selassie I, el escenario elegido.
La CAN 62 empezó por fin el 14 de enero, con Etiopía que derrotó con autoridad al debutante Túnez 4 a 2. El 18, Egipto volvió a llegar a la final venciendo con esfuerzo a Uganda 2-1 tras comenzar perdiendo. El 20 los tunecinos conquistaron el primer encuentro por el tercer lugar, goleando a los ugandeses 3 a 0. Y un día más tarde, el 21 de enero de 1962, todo estaba preparado para la gran final entre Etiopía y Egipto: los locales con su gente y los Faraones con el favoritismo de sus antecedentes.
Parecía que se repetiría la historia de los torneos anteriores, ya que Egipto se colocó dos veces en ventaja, primero a los 35´ por Mohamed Badawi Abdel Fatah. Tekle Kidane igualó a los 74, pero Abdel Fatah volvió a desnivelar a los 75. Pero los etíopes no se rindieron ni mucho menos ante la dominación faraónica: Luciano Vassalo empató otra vez a los 85 llevando el partido al tiempo suplementario. Y allí, el júbilo para los 30 000 espectadores en Addis Abeba: Italo Vassalo puso al frente a Etiopía a los 101 minutos y Mengistu Worku completó la proeza a los 116. Los 12 que frenaron la invasión egipcia ese día fueron Gila, Mariam, Berhe, Awade Mohammed, Araya, Goitom, Gebremedhin, Zeleke (Tekle Kidane), Italo Vassalo, Luciano Vassalo (ver Cuestión de Familia XI) y Mengistu Worku, bajo la dirección del yugoslavo Slavko Milosevic y la supervisión del manager Yidnekatchew Tessema. Fue sin duda el momento más grande en la vida futbolística del país del este, que siguió siendo protagonista esa década pero se fue diluyendo con el tiempo.
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