lunes, 30 de junio de 2025

Tragedias Africanas: Togo 2010

EPISODIO 3 [Por Diego Martín Yamus] Ninguna acción bélica tiene justificación, ya sea entre bandos enemigos o contra inocentes. En África han sido lamentables costumbres las guerrillas y otras formas de terrorismo para presionar por quién sabe qué intereses. Así sucedió lo que no debió ser en 2010 en Angola, a poco de comenzar una nueva Copa Africana de Naciones (CAN), y fue contra quien no debía ser, un grupo de inocentes, la selección de Togo que se preparaba con ilusiones de realizar una buena tarea.
El país del oeste africano estaba en ascenso tras su épica entrada al Mundial de Alemania 2006 sobre Senegal, liderado por el gran Emmanuel Adebayor. Aunque no pudo clasificarse a la CAN Ghana 2008, sí lo hizo para la cita angoleña al quedar tercero detrás de Camerún y Gabón en el Grupo A. El sorteo del certamen lo colocó en el fuerte Grupo B con tres clásicos vecinos: Costa de Marfil, Ghana y Burkina Faso.

La sede de sus encuentros grupales era la provincia de Cabinda, una de las 21 del territorio angoleño, que desde hace años está bajo amenazas del grupo separatista Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda, que de esa absurda forma reclamaba más atención del gobierno nacional por la presencia de grandes yacimientos de petróleo. Pero nada justifica la locura de decidir la vida de gente que nada tenía que ver con ellos ni sus ambiciones.

El 8 de enero de 2010, Togo viajó en ómnibus desde Congo, donde había realizado una concentración, a Angola para estar el 11 frente a los ghaneses. Sin embargo, el loco bando desvió su camino de la forma más trágica. Apenas el ómnibus pasó de Congo al enclave de Cabinda, el Frente empezó a disparar con ametralladoras durante casi 20 minutos. Se cree que la presencia de las Fuerzas Armadas locales (que acompañaban el transporte) provocó el brutal ataque, que dejó tres fallecidos: el conductor angoleño Mario Adjoua, el asistente técnico Amelete Abalo y el jefe de prensa Stan Ocloo, mientras hubo heridos de distinta consideración, los más graves los futbolistas Serge Akakpo y Kodjovi Obilale, el vicepresidente de la Federación Togolesa Gabriel Ameyi, un periodista, dos médicos y otros cuatro pasajeros. Adebayor, que se salvó de milagro, fue quien asistió a varios de sus compañeros hacia un hospital cercano y manifestó que el atentado fue "una de las peores cosas que me han pasado en la vida.". Por su parte, en principio el famoso Frente se adjudicó la culpa con un comunicado que encima advertía: "Esta operación es sólo el comienzo de una serie de acciones planeadas que continuarán ocurriendo en todo el territorio de Cabinda.".

Pero el dolor no iba a quedar allí. Aún hubo polémica por el viaje en ómnibus; el Comité Organizador de Angola 2010 (COCAN) se atrevió a criticar al combinado: "Las reglas eran claras: Ningún equipo debe viajar en bus. No se que llevó a Togo a hacerlo.". Mientras tanto, los destrozados jugadores llamaron a boicotear la Copa y mostraron su desinterés en competir, aunque el mediocampista Thomas Dossevi deslizó que debían hacerlo en memoria de las víctimas. Sin embargo, finalmente acordaron retirarse del torneo, y el gobierno togolés ordenó el inmediato regreso por temor a la seguridad del plantel, a pesar de que su ministro de Deportes había pedido reingresar al certamen en honor de los caídos. Hasta Mozambique, otro de los participantes, pidió medidas de protección. Togo dejó Angola el 10 y al día siguiente fue oficialmente descalificado, con lo que el Grupo B quedó formado por tres países.

Por supuesto las autoridades locales reforzaron enseguida la seguridad de las demás selecciones. El mundo del fútbol africano repudió el ataque, entre ellos el sudafricano Benny McCarthy y el maliense Mohamed Sissoko, en tanto los clubes ingleses Manchester City y Portsmouth mostraron dudas sobre la integridad de sus futbolistas, como también Martin O’Neill, del Aston Villa, que expresó su conmoción en la página web del equipo. 

Igualmente Danny Jordaan, presidente del Comité Organizador del Mundial de Sudáfrica de ese año, aseguró que el hecho no afectaría la seguridad de la Copa del Mundo. A todo esto, Togo estaba en pleno duelo de tres días decretado por su primer ministro. Mucho no le importó a la Confederación Africana (CAF) que apenas si decidió 20 segundos de silencio antes de los encuentros, y un día antes de la final excluyó al país de las siguientes dos Copas Africanas, según alegó por interferencia del gobierno en la Federación. Por suerte tiempo después dejó la medida sin efecto y los togoleses compitieron en las eliminatorias para la edición 2012, a la que no lograron llegar, y 2013, donde sí se clasificaron y en gran tarea arribaron a cuartos de final, eliminados por Burkina Faso.

Un equipo de un juego tan popular y beneficioso para África como el fútbol fue a la Copa de Angola a buscar un buen resultado, quizá como el del Mundial de Alemania 2006. Se llevó un tremendo atentado, un dolor inmenso y un vacío en el alma sin siquiera haber intentado luchar por su objetivo. Y así se fue tristemente de ese evento 2010, debiendo soportar además críticas y sanciones de quienes no padecieron. Todo eso tan sólo por haber querido mostrar su fútbol.

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