[Por Diego Martín Yamus] Los años noventa fueron para Nigeria una especie de imperio. Conquistas históricas, grandes guerreros, varias batallas ganadas y buena parte de gloria. Después de tiempos sin éstos, la generación dorada de Yekini, Amokachi, Okocha, Okechukwu, Oliseh y Amunike, entre otros, hilvanó muchas alegrías a ese golpeado suelo. Y George Finidi (Port Harcourt, 15 de abril de 1971) se agregó a esa rica lista y a las anteriores camadas, pero brilló por su propia presencia con una trayectoria llena de frutos.
El mediocampista por la derecha comenzó en 1989 en el Calabar Rovers de la Primera nigeriana, para luego jugar en 1990 para el Iwuanyanwu National (campeón de clubes de África en 1988) y entre 1991 y 1993 en el Sharks de su ciudad. Su talento y sus goles llamaron al neerlandés Clemens Westerhof, técnico de la selección, a convocarlo con 20 años a su primer partido. Fue el 27 de julio de 1991 en el 7-1 a Burkina Faso por las eliminatorias de la Copa Africana de Naciones, y fue titular y tan importante que dio tres asistencias a Rashidi Yekini y marcó el último gol a los 88 minutos. Y así también fue parte clave en su primera Copa africana en Senegal 1992, cuando las Súper Águilas fueron terceros; allí ingresaba en los segundos tiempos hasta las semifinales y el tercer puesto ganado a Camerún en que fue del once inicial.
En 1993 empezó su período más floreciente cuando fue por primera vez al exterior y fue fichado nada menos que por el Ajax de Louis Van Gaal, lleno de jóvenes y eficaces talentos: Kluivert, Seedorf, Frank y Ronald de Boer, Bergkamp, el finlandés Jari Litmanen y su compatriota Nwankwo Kanu.
Con el conjunto de Amsterdam cosechó una larga y excelente lista de éxitos: tres ligas (Eredivisie) seguidas (1994, 1995 y 1996), dos Supercopas de los Países Bajos (94 y 95), una Supercopa de Europa en el 95 y ese gran año, sus dos máximos títulos: La Liga de Campeones ante el gran Milan el 24 de mayo en Viena (1-0) y la desaparecida Copa Intercontinental ante el Gremio de Brasil por tiros desde el punto penal (0-0 y 4-3, Tokio, 28 de noviembre). Y también con Nigeria, ya que el 8 de octubre de 1993 marcó el 1-1 de visita en Argelia que le permitió llegar a su primer Mundial, el de Estados Unidos 94. El 10 de abril del 94 ayudó a la selección a ganar la Copa Africana de Naciones en Túnez tras 14 años, jugando casi siempre de titular y convirtiendo un penal en la tanda de la semifinal ante Costa de Marfil. Y en Estados Unidos, le hizo el primer tanto del 2-0 a Grecia que les dio el Grupo D por sobre la mismísima Argentina que ya no tenía a Diego Maradona, suspendido por dóping; luego Finidi y sus compañeros casi baten en octavos de final a la gran Italia, que los superó 2-1 en tiempo suplementario y sería subcampeona de Brasil.
Tras su glorioso paso por Países Bajos, en 1996 viajó a España para defender al Betis, en el que hizo una aceptable tarea con el cuarto puesto de la Liga y la final de la Copa del Rey en 1997, cuando cayó ante el Barcelona 2-3 en tiempo extra y George anotó el segundo de los suyos. Ese 97 contribuyó a una nueva entrada de Nigeria al Mundial, ahora el de Francia, en el que otra vez no pasaron los octavos (1-4 con Dinamarca) y el medio jugó siempre de arranque. En 2000 disputó su segunda CAN en su tierra y en Ghana, torneo que no pudo por la suspensión que las Águilas recibieron para la del 98; allí fue pieza necesaria para arribar a la final con Camerún, que luego del 2-2 lo derrotó por penales; él había hecho un gol a Marruecos en la fase inicial. Ese 2000 sufrió además el descenso con el Betis y aceptó su pase al Mallorca en 2001, de donde se trasladaría a Inglaterra y al Ipswich Town dos años. Quiso su última chance en la Copa Africana, pero en Malí 2002 alcanzó el tercer puesto del torneo ganado otra vez por Camerún. El partido por el podio fue el 9 de febrero en Mopti, donde Nigeria superó a los locales 1 a 0 y Finidi se retiró del combinado ingresando a los 89’ por Oruma.
Era ya la cuesta abajo de un futbolista brillante. En 2003 descendió con el Ipswich y regresó al Mallorca, donde definitivamente colgó las botas en 2004. Recién en 2010 se reconectó al fútbol y fue nombrado director de la parte internacional del Betis. Y en septiembre de 2021 fue designado técnico del En yimba, el tradicional club de la Liga nigeriana, que comanda actualmente. Finidi, que significa “un futuro lleno de sol”, tiene nada menos que once hermanos, dos de los cuales han sido futbolistas: Igeniwari y Celestine. El primero fue asesinado en incidentes entre fanáticos en un partido. Ésa fue y es la carera de otro de los grandes del gran Nigeria. Como quiera llamársele, con su apellido erróneamente primero, George Finidi fue otra águila de alto vuelo para Nigeria y para el mundo futbolero.
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