[Francisco Caputo para Diario Jornada] Mar Diop nació en Senegal y hace 4 años vive en Puerto Madryn, en el sur de Argentina. Estuvo en Brasil y Buenos Aires. Pasó por varios oficios y lo fichó J.J. Moreno. Inmigrante, Diop es vendedor ambulante en Puerto Madryn, donde hace cuatro años, este admirador de Messi, Kroos e Iniesta, se las ingenia para forjar su porvenir. Y hace dos meses, entrena en el “Naranja” con el sueño de hacer carrera en el deporte que lo apasiona.
Durante las últimas décadas, se ha desarrollado una inmigración masiva de senegaleses hacia nuestro país. Diop integra ese cuantioso contingente de africanos que elige a Argentina como destino de vida.
“Salimos para ayudar a nuestras familias. En Senegal hay mucha pobreza, no teníamos muchas posibilidades allá. A mi familia siempre le mando plata para ayudar”, narró Diop, de 25 años de edad.
Hace un lustro, escogió Brasil como destino inicial. “Me fui solo a Brasil en avión. Mi mamá, Rabe Kebe, vendió sus cosas para pagarme el pasaje. Mi padre Ridial Diop también ayudó. Fue un esfuerzo familiar muy grande”, comentó.
Destino Madryn
Tras un breve período, partió en micro hacia Buenos Aires, donde vive el único de sus cinco hermanos que también emigró.
Pero el destino tenía reservado a Puerto Madryn para Diop, donde se afincó. “Hace cuatro años, vine a Madryn a vender por una temporada. Y me terminé quedando”, explicó.
“Soy vendedor ambulante. Vendo un poco de todo a toda hora: ropa, anteojos, cadenitas, relojes. En invierno y otoño recorro el centro y en el verano y primavera, la costa. También hago trabajos de albañilería acá”, comentó.
Pero Diop no solo trabaja regularmente. Formó una familia al formalizar pareja con Wanda Gutiérrez y tener una hija de nombre Sohna.
Además, aprendió castellano, hecho que facilitó su integración a la comunidad. Se comunica a la perfección sin necesidad de usar el francés, su lengua materna. De hecho, esta entrevista se hizo íntegramente en español.
“Me las ingenié para aprender el idioma, charlando con la gente al vender lo mío. Si algo que no entiendo, voy al traductor que tengo en el teléfono y aprendo”, indicó. Alguna vez sufrió discriminación en la vía pública. Pero eso no le impide continuar con el desarrollo de sus metas.
La pelota
El fútbol es una gran pasión para Diop. No debe sorprender, puesto que Senegal es un país eminentemente futbolero. Hay ejemplos. La campaña en Corea del Sur/Japón en 2002, donde arribó a cuartos de final, es bien recordada. Y Sadio Mané es una de las figuras del Liverpool.
Volante ofensivo y delantero, Diop jugó al fútbol en su adolescencia. Pero al llegar a Sudamérica, interrumpió la práctica del deporte a nivel formal.
“Solo jugaba con compañeros de trabajo. No tenía quien me llevara a un club. Hasta que hace dos meses Gonzalo Peña (NdR: capitán de J.J. Moreno) me vio en un torneo de fútbol playa. Y me dijo de ir al club. Acepté”, narró con felicidad.
Elogios y sueños deportivos
Diop se siente muy a gusto en el club morenista, donde entrena con el plantel de Primera. “J.J. Moreno es muy lindo. Me recibieron muy bien. Te abren todas las puertas, lo que pedís te lo dan, a mí me encanta. Son muy buenas personas los técnicos, los jugadores y los dirigentes”, dijo. “Tengo muchas ganas de jugar mi primer partido”, agregó.
En el “Naranja” destacan su disciplina, al margen de sus cualidades futbolísticas y su educación. Tiene su lógica. La meta de Diop es, en la medida de lo posible, emular a Ousmane N´Dong, compatriota suyo que juega en Lanús en la Liga Profesional de AFA.
“Yo tengo una aspiración, me gustaría ser profesional y poder vivir del fútbol. Así le puedo enviar más dinero a mi familia en Senegal”, concluyó .
Mar Diop, el senegalés que con una pelota en los pies, sueños en el corazón y plena simpatía, muestra la nueva cara de la inmigración en la Argentina y en Chubut.#
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