Luego de la destitución de Omar al Bashir, los sudaneses esperan ver la creación de campeonatos de fútbol para los jóvenes que, hasta ahora, debían conformarse con partidos amistosos entre equipos de barrio.
No tienen botines, ni canchas ni nadie para fijarse en su eventual talento, pero los jóvenes futbolistas de Sudán esperan que los cambios en curso en su país traigan también la revolución de la pelota, para un día poder ganar trofeos.
"Necesito botas, equipamiento y un verdadero entrenamiento pero no hay nada de eso", dice Emad Salim, de 17 años, que juega descalzo en un descampado de Jartum.
Y sobre todo, añade este hijo de agricultor, "no hay nadie que me motive a convertirme en el mejor jugador de Sudán o incluso de África".
Cada tarde en Sudán, los descampados de la capital se transforman en superficies de juego improvisadas para unos adolescentes a los que no detienen el polvo ni el calor.
Con líneas imaginarias y porterías sin redes, juegan pese a todo tan a menudo como pueden, como Emad, que vive en la isla de Tuti, donde confluyen el Nilo Azul y en Nilo Blanco en pleno corazón de Jartum. "Espero que la revolución lo cambie todo", dice, hablando del movimiento de protesta que estalló el 19 de diciembre de 2018 por la triplicación del precio del pan decidida por el gobierno.
El deporte, pasión nacional, fue ignorado y relegado de las prioridades públicas durante los treinta años de gobierno del presidente Omar al Bashir.
Luego de su destitución el pasado 11 de abril, los jóvenes sueñan con verdaderas instalaciones, para olvidar los estadios decrépitos y los descampados donde las lesiones frenan en seco las carreras antes incluso de que despeguen.
En todo el mundo, reconoce Al Fatih Bani, número dos de la Federación Sudanesa, "el fútbol es una industria". Pero en su país, explica, "se juega por instinto", de manera "espontánea, sin organización, ni formación, ni administración".
Desde el edificio con forma de balón blanco que alberga la Federación, Bani asegura que Sudán desea de verdad organizar torneos para los jóvenes. El año que viene, promete.
Tales competiciones podrían cambiar radicalmente las cosas en un país enamorado del fútbol pero que lucha por abrirse camino.
Sudán nunca se ha clasificado para un Mundial y solo uno de sus equipos, el Al Merreikh, ha ganado un torneo africano, en 1989.
El último gran éxito del país se remonta a 1970, cuando su selección ganó la Copa de África de Naciones (CAN).
Desde entonces, nunca pasó de la fase de grupos antes de alcanzar milagrosamente los cuartos de final en 2012. Ironía del destino, la primera CAN de la historia la organizó Sudán en 1957.
Sin héroes nacionales, en las calles de Jartum o en otras ciudades del país los aficionados de la pelota visten camisetas de los grandes clubes europeos y se entusiasman con sus partidos por televisión.
Para Monzer Hassan, que entrena un equipo de jóvenes, el problema no es la ausencia de talento, sino de infraestructuras de formación.
"Hay muchos jugadores talentosos que no tienen la oportunidad de progresar porque no hay ninguna academia de fútbol donde pulir su técnica", asegura este entrenador de 21 años.
Como resultado, asegura, "su mayor ambición es jugar en el Al Hilal o en el Al Merreikh", grandes campeones nacionales. "Ninguno sueña con Europa".
Ningún sudanés ha jugado nunca en un gran club europeo.
Por contra, asegura Bani, Sudán atrae a jugadores extranjeros. La mayoría llegados de África occidental, refuerzan las plantillas sudanesas, que llevan generaciones sufriendo la falta de formación.
Y es que, acusa Mohammed Haroun, del consejo de administración del Al Hilal, "el régimen islámico de Omar al Bashir siempre vio el deporte como una actividad sin interés que no necesitaba ser apoyada y que no merecía ninguna inversión".
"El deporte ha sufrido mucho con Bashir", añade Bani.
Pero, según quiere creer, "la revolución dará un nuevo impulso y empujará adelante al fútbol sudanés". Por lo pronto, este fin de semana los dos principales equipos del país comenzarán su campaña en la Champions: el campeón Al Merreikh visitará el viernes al JS Kabylie (Argelia) mientras que el subcampeón Al Hilal hará lo propio ante el Rayon Sports (Rwanda).
Fuente: El Comercio/AFP
No hay comentarios:
Publicar un comentario