[Por Diego Martín Yamus] Parecía que su vida general y futbolística sería en Alemania, pero el destino quiso que volviera a su patria. Entonces, Chérif Souleymane fue una gloria de su Guinea, campeón de clubes, casi de su selección (a la que defendió desde varios lugares) y por esa vida de éxitos, una gloria de África.
Curiosamente, no comenzó jugando en su país. Nacido en Kindia el 20 de octubre de 1944, hijo de un chofer y mecánico, a los 17 años se fue con su familia a Alemania Oriental para estudiar para plomero, pero enseguida cambió por arquitectura, ya que según declaró luego le sería más fácil para hacer fútbol. La elección fue acertadísima: Chérif fue el arquitecto de una carrera prolífica, que arrancó ese 1961 cuando a la par de sus estudios se formó en el Neustrelitz y luego pasó al Neubrandenburg, de la segunda división germana oriental. Ahí empezó a hacerse conocer, como un mediocampista goleador que con 12 tantos contribuyó en 1964 al sorprendente ascenso del equipo a la Primera. Pero por prohibiciones aplicables a plazas de extranjeros, apenas terminó su educación retornó a Guinea, donde se enroló en el Hafia, el mayor campeón del país.
Y con los verdiblancos de la capital Conakry, entonces llamados Conakry II, se atiborró de triunfos y vueltas olímpicas, nada menos que 17, incluyendo nueve ligas consecutivas de las 12 que ganó, y tres Champions League de África, siendo parte de una era gloriosa de su club y de Guinea. Sus actuaciones en el Hafia lo colocaron en la selección que disputó los Juegos Olímpicos de México en 1968; en las eliminatorias, Chérif le marcó un gol a Argelia para un gran 3-2 que los puso en las finales, donde jugó los tres partidos. Aunque fueron eliminados en la primera fase, se dieron un gusto de vencer a Colombia. Y mientras ya campeonaba en su torneo doméstico, fue parte del plantel que viajó a la Copa Africana de naciones de 1970, en Sudán, donde también se bajaron rápido.
Pero la alegría explotaría en esa década del 70. Primero, en 1971 hizo doblete con la Liga y la Copa local. Y en 1972 tuvo su año consagratorio: le marcó un gol a Argelia para un inolvidable 5-1 que eliminó a éste del Mundial de Alemania, volvió a obtener la liga y en diciembre, conquistó la primera de las tres Copas de Campeones de la caf, frente al Simba de Uganda. El 10 de ese mes, en Conakry, ganaron 4-2 y Souleymane hizo el tercer gol del desnivel decisivo. Y el 22 en Kampala, Hafia redondeó con un 3-2 donde Souleymane se anotó de nuevo. Se caía de maduro que iba a ganar el recién creado Balón de Oro africano, y así fue en la votación a fin de año, siendo el tercero en recibirlo luego del maliense Salif Keita en 1970 y el ghanés Ibrahim Sunday en 1971.
Siguió siendo parte del Syli Nationale, el apodo del combinado guineano, con el que no pudo ir a Alemania 74 y tampoco anduvo bien en la CAN de Egipto ese año. Pero con el Hafia continuó arrasando en el plano local, y en 1975 se adjudicó su segunda Champions ganando las dos finales al Enugu Rangers de Nigeria. Entonces el foco estaba en el tricampeonato, y el equipo goleó 3-0 en la primera decisión de 1976 al MC Argel en Conakry, pero en increíble partido desquite los argelinos ganaron por el mismo marcador y en los penales, se impusieron 4-1. No pasó mucho tiempo para la revancha, porque el 18 de diciembre de 1977, Hafia volvió a derrotar al Hearts of Oak de Ghana y se proclamó, con Souleymane, primer tricampeón de clubes de África, quedándose con el primer trofeo, la Osagyefo Cup.
Allí no terminó el rosario de éxitos para Chérif. Para 1976 llevó a Guinea de nuevo a la Copa Africana, esta vez en Etiopía, y a punto estuvieron de levantar un título histórico. Luego de una primera ronda con dos triunfos y un 1-1 con Egipto, en la liguilla final superaron 4-2 a Nigeria y llegaron a la última jornada con chances de campeonar contra Marruecos. Fue justamente Soleymane quien abrió el marcador a los 33 minutos, pero el gol de Baba a los 86 les dio a los marroquíes el 1-1 y su única CAN hasta hoy. Igualmente, el protagonista de esta historia fue elegido como parte del once ideal, curiosamente como defensor, ya que ahora actuaba como líbero. El 13 de febrero de 1977 hizo su último gol para Guinea, en un 2-0 a Togo clasificatorio para el Mundial de Argentina 78 al que no pudo llegar, y en ese mismo año arribó con el Hafia a una final más de África, perdiendo con el poderoso Canon Yaoundé, cerrando su tremenda carrera con la selección ese 78 y con el club de sus amores en 1980.
Pero semejante carrera tenía que prolongarse desde la dirección técnica. Y en 1985 clasificó al Sub 16 nacional al primer Mundial de la categoría de la FIFA, en China, donde cumplió gran actuación tocando las semifinales, que perdió con el campeón Nigeria por penales, y cayendo ante el potente Brasil 4-1 por el tercer puesto, con Morlaye Soumah y Mohamed Soumah como destacados. Diez años más tarde volvió a tomar lo que ya era Sub 17 y lo condujo al Mundial de Ecuador, donde esta vez no superó la primera fase, aunque se llevó un espectacular 3-2 sobre Portugal tras ir 0-2 y le hizo fuerza a la Argentina de José Pekerman, que lo derrotó 2-0 con goles de Sixto Peralta y Pablo Aimar. En 2004 fue nuevamente tomado en cuenta y se convirtió en manager de la Federación, cargo que ocupó hasta 2013. A los casi 74 años, Chérif Souleymane tiene para contar toda una vida de gloria. Porque él mismo fue y es una gloria africana.
Ver más de la sección Glorias de África
No hay comentarios:
Publicar un comentario