[Por Pablo Aro Geraldes] En la última eliminatoria europea, Armenia, Luxemburgo, las Islas Feroe y Chipre lucieron la misma camiseta genérica provista por Adidas. Algo similar pasa con los modelos Nike que usaron Chile, Noruega y Corea del Sur, prácticamente idénticos. Si selecciones europeas o campeones continentales sufren este desprecio de parte de las grandes marcas, ¿qué le queda a las pequeñas naciones africanas que aún no inscribieron su nombre en ningún trofeo?
Es aquí donde aparece Luke Westcott, un joven australiano de 23 años estudiante de International Bussines, quien en 2014 creó la marca AMS Clothing. Su aparición fue un estallido de originalidad en cuanto a los diseños y le provee uniformes a las selecciones de Sudán del Sur, Eritrea y Djibouti a cambio de los derechos de distribución de sus productos oficiales. Lo mismo ocurre con cada vez más clubes africanos.
También vistió a seleccionados com Rwanda o Sierra Leona, y los contactos se amplían con cada viaje que Westcott emprende por África. Pronto Etiopía y Tanzania lucirán vestimenta AMS, una sigla que significa African Manufacturing Solutions y explica el objetivo final de la empresa. “Yo veía que las grandes marcas como Adidas o Nike que vestían a los equipos más populares de África, no ofrecían sus camisetas en esos países y muy pocos hinchas podían pagar 80 dólares por una prenda oficial; por eso ideé un modelo de negocios que provee al pequeño mercado de cada país camisetas oficiales a precios razonables”.
Westcott comenzó diseñando sus camisetas en el viejo y querido Paint, el rudimentario programa de Microsoft que venía con el sistema operativo Windows. Esos dibujos evolucionaron y hoy no solamente le suministra indumentaria a las federaciones estos países emergentes sino que les dedica diseños especiales a cada uno, que representan parte de su historia y tradición. “Las grandes marcas no se esfuerzan en los diseños para las pequeñas selecciones, nosotros buscamos crear camisetas que serán populares entre los aficionados en cada país. Agregamos tramas o símbolos que representan la cultura de una nación. En algunos casos, tratamos que los mismos jugadores nos sugieran ideas, porque es importante que ellos se sientan orgullosos al jugar con esos diseños”.
A través de Facebook contactó a los directivos de la South Sudan Football Association y el primer kit AMS vio la luz en las eliminatorias de la Copa Africana de Naciones, contra Mozambique. Era mayo de 2014 y el comienzo de una auspiciosa expansión continental.
En Juba, capital de Sudán del Sur, Westcott coincidió con Gianni Infantino, el presidente de la FIFA que hacía allí su primera visita oficial. Westcott siente un cariño especial por esta selección: “En un país que ha sido golpeado por la guerra civil y que a menudo sufre divisiones étnicas, la selección de fútbol, compuesta por jugadores de diferentes tribus, es un símbolo crucial de la unidad”.
AMS ya es conocida mundialmente por los coleccionistas, pero comerciar con ciertos lugares de África no es fácil: tuvo que aprender los desafíos y las idiosincrasias locales. Como ejemplos, cita mercaderías desaparecidas sin explicación en las aduanas, problemas de entrega a sitios sin direcciones de calles y hasta funcionarios que se robaron la indumentaria para revenderla en el mercado negro. Pero estos percances no lo desaniman: “el objetivo a largo plazo es hacer de AMS una marca totalmente africana”, mientras además viste a otras federaciones del continente que no son miembro de FIFA, como Sahara Occidental, Zanzíbar, Barawa o Darfur. Westcott concluye: “Cuando estos equipos juegan torneos internacionales con nuestra ropa diseñada con símbolos locales, sienten un gran orgullo nacional de estas regiones que ahora pueden compartir su cultura y herencia a través del fútbol”.
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