En una de esas inolvidables noches cairotas, más de 70.000 aficionados egipcios se habían dado cita en el Estadio Internacional de El Cairo para asistir a la victoria de su selección sobre Costa de Marfil en la final de la Copa Africana de Naciones 2006. Hace exactamente diez años, los Faraones festejaban su quinto título continental, tras doblegar a los Elefantes en la tanda de penales.
Ese triunfo supuso el inicio de una serie histórica para el combinado egipcio, que volvería a conquistar el título continental dos años más tarde, en Ghana, al vencer a Camerún en la final. En 2010, los Faraones lograron el triplete en Angola, imponiéndose a Ghana en el choque por el título (1-0). Egipto se convirtió así en el país más laureado del torneo, con siete trofeos.
El centrocampista Mohamed Shawky fue uno de los principales artífices de las victorias de 2006 y 2008, y comparte ahora sus recuerdos en declaraciones a FIFA.com: “Antes de la edición de 2006 no estaba seguro de participar, porque había tenido una lesión leve. Todo el mundo dudaba de nuestras opciones, porque habíamos perdido un partido amistoso, pero la ayuda que recibimos de los directivos y de los hinchas, que acudieron en masa para animarnos, nos permitió alcanzar la final y ganar el título”.
“En 2008, mi participación era muy importante en el plano individual, porque entonces jugaba en Inglaterra. Al principio no aspirábamos al título, pero después de golear a Camerún [4-2] revisamos al alza nuestros objetivos”, continúa el jugador, de 34 años.
Sin embargo, tras la victoria de 2010, la supremacía egipcia sobre África se desvaneció, ya que los Faraones fueron incapaces de obtener la clasificación para las tres ediciones siguientes de la CAN, y cayeron en la última ronda de la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA™ de 2010 y 2014, al perder contra Argelia y Ghana, respectivamente.
Shawky analiza las razones del desplome de estos últimos años: “El fútbol egipcio retrocedió después de la revolución, pero es sorprendente que haya durado tanto. Muchos jugadores que ganaron títulos con la selección se han retirado o se han mantenido alejados de los terrenos de juego, y eso ha tenido un impacto negativo”.
“Teníamos un buen plantel, a las órdenes de Hassan Shehata, un seleccionador experimentado que sabía dirigir a todas esas estrellas. Su marcha nos afectó. Podría decirse que todo actuó en nuestra contra, y eso es lo que explica esa bajada de nivel”.
Un sueño hecho realidad
La participación de Egipto en Italia 1990 fue lo que impulsó a Shawky y a muchos de sus compañeros de aquella década a practicar el fútbol. El exjugador del Al Ahly tenía nueve años cuando su país compitió por última vez en una cita mundialista.
El tricampeón de la liga egipcia lo recuerda con todo detalle: “Nadie ha olvidado el empate [1-1] contra los Países Bajos y la actuación de la selección nacional. Personalmente, recuerdo muchas jugadas de aquel partido, como las ocasiones que fallaron Ahmed el Kass, Gamal Abdel Hamid y Magdy Tolba. La participación de Egipto en Italia 1990 es la razón que me llevó a jugar al fútbol, como a muchos jóvenes de aquella época, que soñaban con vestir los colores de la selección”.
El sueño de Shawky se hizo realidad cuando tenía 19 años y fue convocado por la selección de la categoría, a pesar de jugar en un modesto club de Port Said. Y logró clasificar a su equipo para la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Argentina 2001, en la que terminó en tercer lugar.
Shawky recuerda aquel torneo: “Para mí fue fantástico disputar un Mundial, y más aún al venir de un club desconocido. La camaradería fue uno de los factores que explican nuestro desempeño. En la fase de grupos sufrimos una abultada derrota contra Argentina, pero la solidaridad existente entre los jugadores nos permitió llegar luego a las semifinales”.
Y añade, riéndose: “Todavía recuerdo las largas esperas para los controles antidopaje después de casi todos los partidos”.
Un futuro mejor
Shawky estuvo en el Mundial Sub-20, pero no consiguió, como muchas estrellas pertenecientes a aquella generación dorada, clasificar a su país para la Copa Mundial de la FIFA. “El destino no lo quiso”, considera.
“La generación dorada que conquistó tres Copas Africanas de Naciones únicamente participó en los clasificatorios de Sudáfrica 2010, y todo el mundo recuerda el partido decisivo frente a Argelia. No estábamos destinados a ir al Mundial”.
Ahora Shawky contempla el futuro con gran optimismo, porque opina que Egipto tiene “muchas posibilidades” de dejar atrás los últimos fracasos y viajar a la Copa Africana de Naciones y al Mundial.
“El fútbol africano ha cambiado mucho: los equipos presentan un nivel similar y ya no quedan selecciones imbatibles. Con el seleccionador actual [Héctor Cúper] y la nueva generación de futbolistas, creo que tenemos muchas posibilidades de llegar a la CAN y al Mundial”.
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